lunes, febrero 16, 2009

Condenas

En el río. Su hija está en el río. Lo sospechan desde hace días, pero ahora lo saben con certeza.

Lo que desconocen es dónde. A qué lugar se la han llevado las mareas.

Y, sobre todo, por qué. Por qué ese malnacido, ése que nunca les gustó para su niña, decidió matarla a golpes y tirar su cadáver, después de pasearlo en silla de ruedas y en moto, al río que ella tantas veces contempló, absorta en su reflejo, desde el puente de Triana.

Hay que tener sangre fría. Hay que... hay que joderse. Que te desvivas por tu hija, que la mimes, que la tengas entre algodones cada uno de los 365 días de los diecisiete años que la tuviste a tu lado, para que venga un... un eso, un malnacido, y te la quite para siempre. Que ni siquiera te dé la opción de poder velarla en condiciones.

Porque ni eso vas a poder. Ni velarla. Ni ver su cara de muñeca por última vez, como si estuviera dormida. Como tantas noches la viste, dormida, pero respirando, desde el umbral de la puerta de su cuarto.

Hay que... hay que joderse. Que te la quite, que se regodee en tu miseria durante casi un mes, callándose el crimen, disimulando como si tal cosa, y ahora tú sólo puedas pedir justicia.

Que sólo te quede eso. Un tribunal. Un juez. Y, con suerte, una condena.

Eso es lo que te queda. Una condena.

O dos.

O tres.

O más. Porque serán las condenas de todos los culpables, pero, sobre todo, será la tuya.

Porque a ti esos malnacidos te condenaron el 24 de enero de 2009, y vas a llorar tu pena el resto de tus días.

Hay que joderse.

P.D.: Si de condenas hablamos, la que sufre desde el año pasado la familia de Mari Luz Cortés no tiene nombre. En el Carnaval de Cádiz han puesto letra y música a su lucha ejemplar. La chirigota no tiene desperdicio. Se te encoge el corazón:

martes, febrero 10, 2009

Un príncipe con blog

Lleva sobre sus hombros el peso de ser el heredero y a buen seguro que ya le duele la cabeza de pensar que algún día, más pronto que tarde, se ha de ceñir la corona. Sin embargo, se pega sus buenos paseos por el mundo y, como todo hijo de vecino, ha decidido plasmar sus vivencias para todo aquel que quiera conocerlas... ¿cómo? Evidente: en un blog.

Guillermo de Holanda es original para casi todo. Y lo gracioso es que su originalidad estriba en comportarse como usted y como yo. O así. Por ejemplo, en enamorarse de la que había de ser su esposa en una noche de Feria de Abril sevillana, entre fino y farolillos. O, como ahora, en ser él mismo el narrador de su propia historia cuando de relatar unas vacaciones se trata.

Bien. Curioso. Diferente. Cercano. Lo malo es que escribe en holandés. Y, qué quieren que les diga: entiendo español a duras penas... así que, querido don Guillermo, me conformaré con imaginarme lo bien que se lo está usted pasando, porque leer, lo que se dice leer, le voy a leer a usted poco.

domingo, febrero 01, 2009

Inspiración sevillana

Acabo de llegar de Sevilla. Obviaré el regreso. No quiero mosquearme. Me parece indecente que, una vez más, cuatro copos de nieve nos pongan en jaque.

El caso es que de Sevilla me traigo varias cosas. En primer lugar, las pilas cargadas de nuevo. Un pellizquito de duende –con perdón y con permiso de los sevillanos–. Una amistad recién iniciada. Un rincón descubierto por casualidad. Una lágrima de emoción. Y una pizquita de inspiración, con la que he hecho estas cositas:



Y hoy, aunque Sevilla lloraba, entre lágrima y suspiro he descubierto este plumín, que me ha recordado que tengo muy, pero que muy olvidadas mis letras.

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