Ahora que mi muela deja de martillearme y que el Nolotil empieza a desaparecer de mis venas, tengo cierta claridad para escribir algún que otro post. Y como el
espíritu navideño me imbuye pero no tengo la dentadura para empapuzarme de turrón, me tiro por la vertiente de los
regalos, que duelen menos en la báscula –aunque algo más en el bolsillo–.
Una firma que acabo de descubrir y que me ha conquistado es la de
Cristina Sánchez. Sí, sí, Cristina Sánchez. Torero. Que lo de ex torero, además de resultar cursi, es una completa mentira. Uno que lo es, no deja de ser torero nunca.
Foto dcha.: José Ramón Lozano.
Cristina diseña ropa y complementos y ha abierto una tienda con su firma en el
Centro Comercial Zielo, en Pozuelo de Alarcón (Madrid). Allí conviven camisas clásicas con camisetas glam, vestidos de cóctel elegantes y faldas sexies, todas ellas, cómo no, con un toque taurino. Muy imaginativas y coquetas, por cierto, las almohadillas, que le pondrán el toque chic a las tardes de toros.
Seguro que a mi amiga
Ana le encantaría perderse allí. Aunque ella no tiene mucho que envidiarle, porque su tienda,
Complementos 28, ha llenado Salamanca –y ahora Jerez– de gusto torero. Bolsos, pendientes, pulseras, relojes... y unos azulejos maravillosos (obra de
Javier Arroyo) para decorar el rincón más especial de un patio con esencia.
Y si de complementos toreros hablamos, no podemos olvidar
Mira La Marela, una marca en expansión que a sus complementos con alma taurina suma ahora su ropa exclusiva inspirada en los trajes de luces. ¡Me los pido! Si queréis estar al tanto de sus novedades, corred al
blog de Esther Palma, referencia indiscutible en moda y belleza y directora de comunicación de la firma.
Pero el duende no sólo existe en el toreo. Duende tiene, y mucho,
Carla Royo Villanova, una mujer que desprende energía y buenas vibraciones. Su firma,
Carla Bulgaria Roses Beauty, va viento en popa y ha estrenado una nueva línea de cosméticos para hombres. Mis "conejillos de Indias" me dicen que su
Hidra Gel Efecto Total Q10 es genial. ¡Se acabaron las irritaciones después del afeitado! Y los besos con pinchazo, espero...