jueves, julio 08, 2010
Un instante antes de la gloria
Era un instante antes de la gloria. La historia iba a cambiar de rumbo. Se iba a pintar de rojo y gualda. Puyol aún no lo sabía. Los demás, tampoco.
Pero lo que sí sabía Puyol es que aquella era su gran oportunidad. Que , aunque la cabeza se le desgajase del cuello, iba a darle al balón con todas sus fuerzas. Que estaba en una semifinal, qué demonios, y que se tenía que dejar el alma en cada balón.
Y así lo hizo. Ese instante antes de la gloria, Puyol vio venir el balón, sacó a pasear los rizos e hizo lo que, como defensa, no permitió que el rival le hiciera en todo el partido: romper la portería contraria con un remate despiadado, fuerte, preciso, con furia, con rabia, con casta, y, sobre todo, certero.
Era su momento, y luego fue el nuestro. Por eso no había otra opción más que tirarse a matar con toda el alma, en corto, por derecho, con decisión, con la muleta abajo y la espada –su cabeza– firme, firmísima.
Y el toro de los alemanes murió, bravo, eso sí, con una estocada en todo lo alto. Por arriba, como no es fácil que marque y mate nuestra Selección. Porque muy altos no somos, pero muy grandes, sí.
Y ése es el secreto. Ser grande. Y saberse grande.
Foto: Jasper Juinen.
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Me encanta vivir el gol con tu forma de expresarlo; pero no hay que olvidar la gran ejecución del corner de Iniseta y un par de paradas made in Casillas. Un saludo :)
ResponderEliminarGracias, José Luis:
ResponderEliminarTienes razón en lo de Iniesta -el gran mago de la Selección, rayando a gran altura todos los partidos- y en Casillas, redimido desde el partido contra Paraguay.
Y tampoco hay que olvidar a Piqué, y a Pedro, y a Busquets, y a Ramos... Todos están brillando y luciendo en todo su esplendor.