Capa+Taro, un must cultural del verano

El fin de las vacaciones no tiene por qué ser traumático. Sobre todo, cuando no se tienen. Porque a cuatro días -y la prórroga de unas horas- no se le pueden llamar vacaciones, vive Dios. Descanso, sí. En cualquier caso, la vuelta a la realidad no tiene por qué resultar dura. Si pospones la tarea de deshacer la maleta, poner lavadoras, descargar los cientos de fotos que has perpetrado y empezar la dieta para perder los kilos que has cogido, puede que la alegría dure un poco, incluso en la casa del pobre.

Una opción magnífica para lograrlo es pasar la tarde en el Círculo de Bellas Artes de Madrid. No voy a relatar las múltiples opciones de ocio y cultura que acoge tan magno edificio en su seno: me conformo con recomendar dos. De las buenas. Las exposiciones de Robert Capa (y Gerda Taro) y Madrid, Oh Cielos!

Foto: Gerda Taro y Robert Capa, Paris, 1936; © Fred Stein; International Center of Photography 

 Foto: Muerte de un miliciano, de Robert Capa (tomada de Ojo Digital)

De Robert Capa poco hay que decir. De Gerda Taro, algo más. Fue el alter ego del afamado fotógrafo. Trabajaron juntos y hasta podría afirmarse que ella, de algún modo, llegó más lejos que él. El problema es que ella no firmó la famosa instantánea de la Muerte de un miliciano, pero sí que murió con la cámara en la mano bastante antes que él -de hecho, se le considera la primera reportera de guerra muerta "en acto de servicio"-.

La exposición ¡Esto es la guerra!, ideologías aparte -uno de los organizadores es la Fundación Pablo Iglesias- es un must cultural del verano. Quizá muchas de las fotos que se muestran -no sólo de la Guerra Civil española, sino también de la II Guerra Mundial o de la guerra entre China y Japón- hayan pasado ante nuestras pupilas unos cuantos cientos de veces, pero seguramente sorprenderán al visitante documentos impactantes, como los pies de foto escritos por el propio Capa, sus carnés de prensa, sus cartas dirigidas a su familia -genial el pasaje en el que les cuenta que le habían dado por ahogado en el Desembarco de Normandía pero que, llegado el momento, prefiere morir ahogado en whisky- y el resultado final de su trabajo, una vez publicado en las revistas más importantes del mundo -resultará curioso para los nacidos en la era Photoshop comprobar que por aquellos entonces no había retoque fotográfico-.

Foto Gerda Taro: © International Center of Photography



Y tras sumergirse en la historia, qué mejor manera de salir a flote y quedar con buen sabor de boca que subir a la azotea del Círculo. El espacio -o las vistas- bien merecen una visita por sí mismos, pero hasta el 15 de septiembre cuentan con el aliciente de poder contemplar la muestra Madrid Oh Cielos!, en la que fotógrafos consagrados y promesas del objetivo exponen su obra con la cúpula de Madrid como protagonista de excepción. Magníficas las fotos de Ouka Lele, del gran Chema Madoz y, cómo no, de Alberto García Alix o de Cristina García Rodero.


Dejarse mecer por el rojo del atardecer cuando el sol cae por detrás del edificio de Telefónica, imponente y majestuoso, gobernando la panorámica de la Gran Vía, puede convertirse en uno de los momentos más especiales de tus vacaciones. Aunque no las tengas.

Madrid, Oh Cielos!

Hasta el 15 de septiembre
De lunes a domingo, de 11 a 14 y de 17 a 22 horas

Entrada: 2 euros

¡Esto es la guerra!

Hasta el 5 de septiembre
De martes a sábados, de 11 a 14 y de 17 a 21 horas

Domingos y festivos, de 11 a 14 horas

Lunes cerrado

Entrada: 1 euro