Hace un par de meses que colaboro con una de las revistas más divertidas de la Red: es el Antonia Magazine. Divertidas, sin pelos en la lengua, las Antonias que allí escriben te cuentan el mundo como es, sin idealizarlo y sin venderte humo, que es lo que intenta el común de las revistas femeninas –más que nada porque el glamour es un gran invento que hace soñar a unos y ganar dinero al resto–.
En esta ocasión, he escrito acerca de uno de mis grandes fantasmas: la báscula. Pero tranquilos todos: lo he hecho como exige el guión, de manera divertida y quitándole hierro al asunto de los kilos de más y la voluntad de menos.
Ahí va un adelanto:
Se acabó la Operación Bikini. El verano ha llegado como suele hacerlo, a traición, y me ha pillado en bragas, sin depilar y con la celulitis en pleno apogeo.
Me consuelo pensando que es retención de líquidos, pero luego mi cachito de cordura –que es poca, ya lo sé, pero peor sería no tenerla– me dice que sí, que es retención de las cervecitas con limón, los vermucitos, las cocacolas y, sobre todo, del agua con la que acompaño las galletas integrales y el chocolate negro para merendar, que, aunque digan que no engorda, yo no me lo creo, porque tengo la firme teoría de que lo único que no engorda es lo que se queda en el plato –la teoría no es mía, vale, pero yo la sostengo-.
Para leer más, pasaros por Antonia. ¡Os encantará!
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