miércoles, febrero 29, 2012

Un día de regalo

Diez días sin escribir en un blog que pretende ser cuasi-diario es una vergüenza. Y la falta de tiempo no es excusa. Se supone que el que quiere ser escritor escribe. Aunque sean dos líneas.

Pero he decidido no fustigarme. Entre otras cosas, porque durante estos diez días han sucedido cosas demasiado interesantes como para reprocharme que hayan tirado de la agenda el tecleo bloguero.

Primero, he descubierto en primera persona el valor del amor propio. Lo que tira de la vida la fuerza de voluntad. El coraje. La capacidad de cambiar el mundo que tienen los que creen en sí mismos, los que persiguen una meta y no paran hasta que la cruzan triunfantes. No puedo adelantar mucho más: el domingo 4 de marzo podréis verlo vosotros mismos en laSexta Noticias.

También he tenido la suerte de conocer a una mujer de esas que uno ve en los informativos, en los periódicos, de las que todo el mundo habla, de las que recogen premios que reconocen su labor social. Una candidata a Premio Nobel de la Paz. Una mujer que con "Ser Paz" ha conseguido transformar las ciudades sin ley de las pandillas en "Barrios de Paz". Se llama Nelsa Curbelo y transmite serenidad con la mirada. Y fuerza. Porque no va por ahí de perdonavidas, y mucho menos de meapilas. Es una mujer de armas tomar, de las que coge el toro por los cuernos y se cruza al pitón contrario para jugarse la vida (literalmente) con la única esperanza de defender la dignidad. Plataforma Editorial ha hecho que se cruce en mi camino y estoy segura de que esto significa mucho más que una conversación grabada en el iPhone, unas notas en la Moleskine y varias confesiones dormidas al arrullo de una buena comida.

Con Quim, en la charla sobre redes sociales y discapacidad que pronunció en la Fundación ONCE.


Y después ha llegado Quim, un chaval con síndrome de Down que ha decidido convertir su discapacidad en un acicate para hacerse aún más grande de lo que es y para, después, engrandecer a todo el que quiera seguir su ejemplo. "Soy un crack", dice, y al oírlo pienso que no hay otra manera de ir derecho por la vida que creer que uno merece llegar donde se ha propuesto. Que nadie es quien para podar los sueños ajenos.

Quim, a quien conocí en la Fundación ONCE gracias a Nuria Coronado y Juan Merodio, tiene un blog, El món del Quim, que en unos cuatro meses acumula ya más de 50.000 visitas y que se ha convertido en una ventana por la que respirar el aire fresco del que no se resigna a dejar de convertir el futuro perfecto en presente continuo.

Hoy una charla con Pilar ha hecho que me haya propuesto ver la vida de otra manera. Al fin y al cabo hoy, 29 de febrero, es un día de regalo, una oportunidad que solo llega cada cuatro años, y en la que toca plantearse si estamos dispuestos a luchar para que el próximo 29 de febrero sea algo más parecido a lo que hemos soñado.

Mi respuesta es sí.

P.D.: Hoy, 29 de febrero, ha nacido María. Hoy hay muchos más motivos para sonreír. Será una niña muy especial. De momento, es la primera que viene a dos presentaciones de mis libros antes de nacer. Enhorabuena, Bea y Moi. Con unos padres como vosotros no me cabe duda de que María será canela.

P.P.D.: En estos diez días también ha cumplido años la persona que se ha convertido en indispensable para mí, el hombre que mejor me ha entendido, quien descifra mis silencios y no quiere ir más allá de mis palabras. Para él va este regalo en forma de canción.



P.P.D.: Y además me han dado el primer premio que reconoce mi labor profesional en el periodismo taurino. Gracias, Navas del Rey.

domingo, febrero 19, 2012

Cuando citar se convierte en lujo


Citar es una costumbre de alto riesgo. Primero, tienes que encontrar una buena cita. Segundo, has de atribuirla correctamente. Y si lo primero, según el tema, es una búsqueda cansina para no darte con las frasecitas tópicas de siempre, lo segundo se convierte en una tortura cuando lo que encuentras con las típicas palabras apócrifas que circulan por la Red y que unas veces las ha pronunciado Shakespeare y otras Machado, según el color del cristal de las gafas de quien las copió.

Sin embargo, hay personajes con los que nunca se falla. Hombres y mujeres con boquita de piñón que convierten en objeto de deseo "citatorio" cada una de las frases que pronuncian. Y ese es el caso de Nelson Mandela.

Jordi Nadal, editor de Plataforma Editorial, lo sabe, y por eso ha tenido el olfato de hacerse con su único libro de citas autorizado, que ha titulado Nelson Mandela por sí mismo y que con una edición exquisita nos ofrece quinientas páginas de Mandela en estado puro: más de 2.000 citas extraídas de sesenta años de documentos privados, correspondencia, grabaciones sonoras, discursos o, cómo no, los libros publicados por Mandela.

Nada se le escapa al líder sudafricano (¿o sería mejor decir "líder mundial"?), a quien no solo se puede citar en su archiconocida faceta de pacifista, sino también en temas como el servicio público ("Tanto si cambias las sábanas como si suturas heridas, preparas la comida o dispensas medicamentos, está en tus manos ayudar a construir un servicio público digno de todos aquellos que dan sus vidas por el sueño de la democracia", pág. 459), el sida ("Aprende sobre el sexo antes de practicarlo; aprende sobre el sexo seguro. Es mejor esperar y crecer un poco más antes de tener sexo. Cuando lo hagas piensa en ti mismo y en los demás a los que quieres. Usa un preservativo", pág. 463) o el liderazgo ("No hay nada peor que un líder haciendo una demanda que tú sabes que nunca conseguirá", pág. 267).

Está claro que los veintiocho años que pasó entre rejas marcaron su vida y también su pluma y por eso las citas sobre la prisión ocupan buena parte de las páginas de este libro, pero en ningún caso se esconden bajo esas líneas el rencor ni la amargura, sino la necesidad vital de luchar por la libertad propia y colectiva.

Y como a una le tira la tecla, me quedo con esta cita sobre la escritura: "Escribir es una profesión prestigiosa que le pone a uno en el centro del mundo, pero para mantenerse arriba del todo uno tiene que trabajar realmente duro, con el objetivo de hallar un tema bueno y original, la simplicidad en la expresión y el uso de las palabras precisas" (pág. 182).

[Publicado en Diariocrítico]

sábado, febrero 18, 2012

Una de nostalgia (Enrique Sierra, in memoriam)

Era verano y daban igual los P.A. que escupieran las notas: de los deberes no me salvaba ni Dios. Me remangaba después de comer, con toda la galbana. Mi padre roncaba y mi madre fregaba los platos. Yo pensaba en no sé qué, pero sin descuidarme mucho: si la mala letra invadía el cuaderno, la señora C. borraba la página del día y había que volver a escribir. Y aquello era un drama: me perdía Tocata.

Cuando la audiencia era una anécdota y el mando a distancia una quimera, la tele española (o sea, VHF para "la primera" y UHF para "la segunda"; en el dos se acababa de contar) tenía programas que hacían historia, en los que no había ratitas chillonas dando pelos y señales de sus vaivenes vaginales ni vídeos de Youtube haciendo las veces de "producción propia". Y Tocata era uno de ellos.

Supongo que fue en este espacio donde empecé a escuchar a Radio Futura. O a Tino Casal. O incluso a Olé Olé (el de Vicky Larraz, que también hubo vida antes de Marta Sánchez). Y puede que también a Los Secretos.

Y hoy que los informativos cierran con la muerte de Enrique Sierra (a la sazón, guitarra de Radio Futura y "culpable" del cambio de rumbo del rock español en la Movida) me doy cuenta de que me estoy haciendo vieja. Que buena parte de la gente que me rodea en el curro nunca ha oído hablar de Tocata ni de Objetivo Birmania y que la única Kaka de Luxe que conocen es un programa llamado... bueno, mejor no nombrarlo, no vaya a ser que me toque mandar un CV.


 

martes, febrero 14, 2012

Amor sin tickets regalo

Hubo un tiempo en que el Día de San Valentín era un cachondeo y si te presentabas, aunque fuera por casualidad, con una prenda roja en clase eras objeto de escarnio de todos tus compañeros. Pasados los años (y los cursos), la que tenía un apaño con el que morrearse al salir de clase hacía gala, orgullosa, de su condición, y se exhibía con camisetas rojas, bien escotadas, para demostrar que tenía un pecho donde no cabía ni siquiera el corazón. Cosas de las hormonas, caprichosas, las cabronas.

Pasados los primeros escarceos con el amorcito lúdico, llegan los rollos, que también repelen la cuestión sanvalentínica, y más tarde, ya sí, las relaciones naranjiles en toda regla, las de rosas, bombones y cenas con velas cada catorce de febrero.

Si tienes pareja y no lo celebras, eres un paria del sistema, donde el amor (o sus efectos) tiene horario y fecha en el calendario. Y canciones moñas para ponerle ojitos al de enfrente. Y platos afrodisiacos para evitar quedarte dormida después de la cena. Y, si se descuidan, hasta aspirinas en forma de corazón por si se te ocurre calzarte un dolor de cabeza.

Y lo cierto es que tanto rojo, tanta flor, tanto beso y tanto corazón recortado en cartulina le ponen a una la cabeza como un bombo. Empacha el cariño para llevar, las caricias por encargo, los besos en la agenda y los polvos con ínfulas de amor encarnado en dos cuerpos con la suerte de tener las hormonas a tono.

A una le pone más la cena por sorpresa, la flor en un día cualquiera (y a ser posible, sin ser roja), el beso cada mañana, la sonrisa por sistema. El Amor, sí, con mayúsculas y sin tickets regalo.

[Publicado en Madrid2noticias].

"Enamoraté" con "Los hombres de mi almohada"



Hincharse a hacer horas extras para librar un sábado tiene su recompensa: tienes tu momento Umbral (vas a hablar de tu libro) y conoces a gente muy interesante... ¡¡que hasta te ha leído!! Y si además cuentas como colaboradores con personas cinco estrellas como Nuria Coronado (la voy a fichar de manager... cuando viva de la tecla, claro), Mario (el boss de Saboreatéycafé) o Pilar (el alma de Nuevo Espacio Ítaca, con permiso de Nacho), vuelves a casa con un buen chute de energía.

Primera parada: Saboreatéycafé de Zurbano 56. Con una degustación té afrodisiaco (gratuita, como mandan los cánones de la crisis), el señor Juanjo Ramírez y esta servidora nos dimos a la descuartización de Los hombres de mi almohada, muy bien acompañados de un ejército de lectoras y algún que otro lector, todos ellos capitaneados por Marta Checa, la organizadora de los talleres literarios de Saboreatéycafé.

Entre los que me acompañaron, mi querida madre (qué bien que no se escandalice con mis historias de almohada... y colchón), mi amiga Lorena (¡al fin podemos coincidir!), Francisca, la directora de la revista Paideia, y Carolina, la autora del divertido blog Flying Paranoias (que ha tenido el detallazo de escribir esta reseña del acto).


Después, comida en Zamburiña (qué bien nos trata Eva siempre) y en ruta hacia Alcorcón, donde descubrí una tienda de decoración que va más allá del concepto de florero: Pilar y Nacho han abierto en Ítaca Concept un espacio para el bienestar personal, donde organizan sesiones de coaching, cursos de automaquillaje, talleres para niños... y, desde ahora, también presentaciones de libros. Allí me sumergí tanto en el papel... ¡que me dijeron que más que a dar noticias debería dedicarme a interpretar monólogos!

En esta ocasión me acompañó Mario Crespo, compi de Eutelequia. Hicimos intercambio de libros: él se marchó en compañía de mis hombres y yo me llevé bajo el brazo su Biblioteca Nacional, a la que ya estoy deseando hincar el diente... ¡y de la que tengo la suerte de ser socia!




Cuando la moda es arte



Alguna fashionista habrá que me niegue la mayor. O sea, el título. Que me diga que la moda es arte y que ese "cuando" es "siempre". Pero no, no voy por la reivindicación de la cosa cultureta. El tema de hoy es mucho más prosaico e infinitamente más glamouroso: se trata de vestirse con obras de arte.

Sí, ya sé que calzarse unos Manolos o llevar puesto un tailleur de Chanel es lucir arte en estado puro, pero cada vez se pone más de moda vestirse con obras de Gauguin, Van Gogh o Carpaccio (que aparte de ser un plato rico en proteínas y muy apto para la Operación Biquini permanente, fue un pintor del Quattrocento italiano). Carrés y quimonos de seda natural, pintados a mano con diseños únicos, o quizá un chaleco, o una corbata, pero con motivos pictóricos. Todo es posible en el Thyssen. Incluso llevarte puesto un cuadro de Kirchner (convertido en collar, claro) o una pintura de Antonio López (que es el gran "best seller" del arte español, también en lo que a "souvenirs" se refiere) que inspira unos pendientes.

Para los descreídos que identifican "recuerdo" con la flamenca para poner sobre la tele, ahí va un argumento que les desarma: diseñadoras como Paloma Canivet o Helena Rohner son algunos de los "fichajes" de la tienda del Thyssen y convierten en joyas obras maestras de Renoir, Degas o Ghirlandaio.

Apuntad en la agenda: el martes se inaugura la exposición de Chagall y en el taller de Canivet se cuecen imaginativas pulseras inspiradas en la obra del artista ruso. Para no perdérselas.

[Publicado en Todo sobre mis trapos].

Libros en Red

Si vivimos en Red y leemos en Red, parece lógico que escriban y leamos sobre la propia Red. Seamos realistas: vivimos atrapados en una malla de nudos virtuales y desde que abrimos el ojo hasta que logramos cerrarlo, nuestra vida no se mide ya en minutos, sino más bien en bits.

El mundo editorial castañetea los dientes, temeroso de que Internet le corte de raíz unas alas que pesan demasiado. Por eso, quizá, proliferan los libros sobre la Red: ya saben aquello de que si no se puede con el enemigo hay que unirse a él.

El lado oscuro de la red. La nueva mafia del ciberespacio, de Misha Glenny (Ed. Destino) es quizá la lectura más inquietante, por cuanto pone sobre el mantel la crudeza con que actúan las mafias criminales online. Porque, sí, los temores de los que ven en el ciberespacio al Anticristo a veces se confirman. Como escribe Glenny: "Millones de tarjetas. Dinero a espuertas para jugar. A la vista de tantos fajos de billetes electrónicos pululando por la red, acaso no deba sorprendernos que los aficionados a la informática de los países del Este —a quienes les faltaba dinero pero les sobraba ingenio— empezaran a centrar en ellos su atención."

El autor, que ha trabajado como periodista en la BBC o The Guardian y también ha sido asesor político del gobierno estadounidense y de varios países europeos, ha investigado durante tres años el mundo del cibercrimen y de las más de 200 horas de entrevistas que ha recogido en este trabajo se desprende un completo trabajo en el que podremos familiarizarnos con nombres como "phishing", "scareware" o "mulas financieras", términos que quizá desconocemos pero que acechan en millones de correos electrónicos que todos podemos abrir cada día, con el riesgo de que a través de nuestro ordenador, sin ser nosotros conscientes, alguien se infle a cometer delitos.

Y si hablamos de Red no podemos dejar de referirnos a Google, ese gigante que domina nuestro cabotaje cibernético y que ahora Alejandro Suárez nos sirve en crudo con el libro Desnudando a Google (Ed. Deusto).

Google lo sabe todo (o casi) de nosotros pero, ¿qué sabe el común de los navegantes de Google? ¿Qué hay más allá de sus graciosos doodles o de la rapidez con que pone a nuestro alcance cientos de miles de resultados cuando escribimos en su barra de búsqueda la palabra más insospechada? ¿Hasta dónde es capaz de llegar para controlar el mercado e introducirse en países como China, tan poco aptos a la libertad que supuestamente abandera Google? Preguntas que Suárez, vicepresidente de la Asociación de Inversores y Emprendedores de Internet (AIEI) y gurú de la cosa cibernética, trata de responder en las páginas de este libro.

Claro que Internet es para muchos el reino de lo "gratis", del "compartir es vivir", y por eso no podemos dejar atrás libros de descarga gratuita Y LEGAL, como los que tiene disponibles en su web otro prohombre de Internet, Juan Merodio.

Este especialista en comunicación 2.0 acaba de lanzar en forma de libro electrónico Ideas de Marketing 2011, una recopilación de sus mejores post de 2011 sobre marketing en Internet, con ideas para estar al día de todas las redes sociales (sí, hay vida más allá de Facebook y Twitter), montar tu propia tienda online o ejemplos de exitosas campañas de comunicación 2.0.

Si uno se queda con ganas, también puede acceder a los ebooks Cómo empezar a promocionar tu negocio en las redes sociales, Marketing en Redes Sociales y 365 Días (y noches) de Marketing 2.0. El inicio de la e-década, una inteligente manera de seguir dando vida a su blog cuando la actualidad condena a los post a aletargarse en el archivo.

[Publicado en Diariocrítico]

lunes, febrero 13, 2012

La vie en rose... dinner



El color rosa, símbolo distintivo de la lucha contra el cáncer de mama, protagonizará las noches de Zamburiña más solidarias.


"La vie en rose Dinner" es la nueva iniciativa de este restaurante que aúna el glamour con la buena comida y la solidaridad. Se trata de una velada donde se degustarán cuatro vinos rosados de la bodega Gramona en perfecto maridaje con el menú y tanto las bodegas como el restaurante donarán parte de los beneficios a la investigación sobre el cáncer de mama, que puede curarse en un 97% de los casos si se detecta a tiempo.

La cena estará amenizada con una música que nos transportará hasta los clubes y music-halls parisinos: Aznavour, Edith Piaff, Jacques Brel o Francis Cabrel.

La joyería Warlock colaborara desinteresadamente en estas veladas y regalará a cada una de las asistentes un complemento en color rosa.


Menú de "La vie en rose Dinner" de Zamburiña
Crema de guisantes y menta con caviar de oricios GRAMONA MUSTILLANT ROSADO
Coca de verduras de temporada y salchichón de Víctor GRAMONA ROSADO PRIMEUR
Brocheta de atún marinada en soja con dulce de cebolla morada GRAMONA BRUT ROSÉ
Sopa de frutos rojos y espuma de vainilla GRAMONA GRA A GRA PINOT NOIR
Cocktail "La vie en rose" 


Próxima convocatoria: 16 de febrero a partir de las 21.45 horas 
Precio de la cena + bebidas Bodegas Gramona + cóctel la vie en rose: 20 euros


PARA MÁS INFORMACIÓN SOBRE EL CÁNCER DE MAMA, NO DEJÉIS DE VISITAR EL BLOG DE AECC MADRID: aeccmadrid.es


miércoles, febrero 08, 2012

Lecturas para despechados con Cupido

Collage hecho sobre una imagen de www.fondosdeescritorio.org

Pasteles para enamorados, flores para enamorados, colonias para enamorados, vinos para enamorados, lencería para enamorados, discos para enamorados, libros para enamorados. Y si se descuidan, mierdas para enamorados, siempre que vayan envueltas con un lazo rojo y el correspondiente corazoncito grana.

Yo estoy enamorada, sí, pero esta fiebre medionaranjil previa al 14 de febrero me repatea. Por eso me parece divertida la propuesta de la editorial Eutelequia con sus "lecturas para despechados con Cupido".

Desde la editorial del caballito de mar nos proponen los siguientes libros "antivalentín":
  • ¡Oh, Janis, mi dulce y sucia Janis!, de Patxi Irurzun: Dick Grande, un barrendero heavy de Pamplona convertido accidentalmente en estrella internacional del porno, es un hombre que solo persigue desesperadamente el corazón de la mujer que le introdujo en el mundo del porno: la dulce y sucia Janis. Brutal y tierna, soez y poética, animal y, por ello, terriblemente humana, ¡Oh, Janis, mi dulce y sucia Janis! se convierte, bajo la apariencia de una novela de género (erótico) en un pimpampum social que no deja títere con cabeza y un artefacto infalible para hacer reír a mandíbula batiente mientras una pantera resopla en nuestra entrepierna.
  • La enfermedad del lado izquierdo, de Esteban Gutiérrez Gómez: es la historia de un hombre que se rebela contra una vida cuadriculada y paralizante; contra las absurdas normas domésticas que anota su mujer en ese cuaderno (cuándo debe ducharse, cuándo hacer el amor...); contra un trabajo estresante y deshumanizado; en definitiva, contra una existencia que poco a poco enferma la parte del cuerpo en la que se aloja el corazón.
  • Sueños de bolsillo, de Francesco Spinoglio: es básicamente la historia de un mundo que todos conocemos bien, el de la esperanza y la desilusión con el que a diario los seres humanos tenemos que enfrentarnos. Es la historia universal de la lucha contra la inercia, entablada por idealistas capaces de arriesgarlo todo por un sueño que no ve nadie excepto ellos, tipos que nadan contracorriente, en todo, y también en el amor. 
  • Diario de un escritor delgado, de mi admirado Germán San Nicasio: es la historia de un hombre ingenuo y primitivo que unos días contempla la vida desde el optimismo más beligerante y otros desde el más profundo desaliento. Sobre unas cosas parece tener las ideas muy claras, sobre otras no tanto, pero su peculiar sentido de la realidad siempre le está empujando a dejar testimonio de todo. Cualquier incidente cotidiano, por insignificante que pueda parecer, le sirve como excusa para ejercitar el lenguaje achulado y en ocasiones barriobajero que le caracteriza, y mientras se cuenta a sí mismo sus andanzas y chismes íntimos (también desamorosos y sexuales), aprovecha para hacer una crítica, a pequeña escala, del mundo mediocre y ruin que le rodea, disparando en todas direcciones sin pensar en las consecuencias. De modo que al final, entre introspección y autoexamen, nuestro escritor delgado consigue enhebrar sus anotaciones para que el anecdotario del día a día acabe cobrando forma de memoria imaginada.
  • Y el libro de relatos de una servidora, Los hombres de mi almohada, una colección de cenutrios empeñados en exprimir no medias naranjas, sino corazones estrujados de mujeres que, dicho sea de paso, tienen que aprender a no dejarse chulear.
Y atentos, que Eutelequia nos propone un jueguecito: si buscas estos libros en las librerías madrileñas Rafael Alberti, Antonio Machado, Tipos Infames, La Central y La Buena Vida, puede que encuentres una sorpresa entre sus páginas: un naipe con el que ganarás no una partida, sino una botella de vino para degustar tu lectura.

¡Vamos, a leer!

martes, febrero 07, 2012

Falsas esperanzas


De niño vivió en la cárcel y no fue a la escuela, pero aprendió a leer como pudo y devoró miles de páginas hasta que se decidió a escribirlas. Claro que antes tuvo que trabajar en una fábrica de betún, en unas condiciones tan lamentables que jamás pudo lavar su cabeza de tanta mugre y convirtió esa explotación infame en protagonista de su obra.

Cuando logró salir de la fábrica se empleó como pasante, taquígrafo, reportero y cronista parlamentario. Intentó ser actor pero no era lo suyo. Y decidió volcarse en construir personajes mejor que en interpretarlos. Gran decisión, sin duda, porque ese andamiaje de personajes inolvidables, que van por la vida buscando la nobleza y atacados de ruindad, propia o ajena, convertiría a Charles Dickens en uno de los grandes literatos de todos los tiempos.

Una repasa los títulos de sus obras y se queda, por aquello de la metáfora, con Grandes esperanzas. Es la historia de Pip, un niño huérfano con un solo empeño en la vida: hacerse un hombre de bien. Para ello cuenta con un benefactor inesperado, cuya identidad no conoce hasta el final de sus días.

Resulta preocupante pensar que, tal como se está poniendo el patio, el tiempo se torne bucle y regresemos como por cruel encantamiento a las condiciones sociales de aquella época victoriana, negra de fondo y forma (al menos para los que no eran ricos), en la que los obreros eran esclavos modernos, solo aprendían los niños con afán autodidacta y para triunfar en la vida necesitabas un "benefactor" que te apañase la cuenta corriente.

Las esperanzas han dejado de ser grandes para tornarse en falsas. Nos prometieron que si estudiábamos seríamos "alguien". Que ir a la universidad nos garantizaría un futuro. Que cuanto más y mejor trabajásemos, mayor y mejor sería nuestro progreso en la vida. Y nos engañaron.

Nos hemos pasado la vida estudiando sin dejar de ser un cero a la izquierda. Hemos engordado las listas de clase universitarias solo para colgar en la pared títulos que ya no valen nada, tan repetidos como suenan. Nos hemos hinchado a trabajar en condiciones precarias para ganarnos, simplemente, seguir un día más con la precariedad. Y eso en el mejor de los casos.

Los Tiempos difíciles del maestro Dickens, que nació tal día como hoy, hace doscientos años, han vuelto. O quizá no se fueron nunca y todo el esplendor que nos vendieron no era más que una bagatela de oropel.

[Publicado en Madrid2Noticias].


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MÁS INFO

Copio y pego del blog de Eutelequia:

"Londres se ha volcado con el bicentenario del autor que la retrató como nadie. Si quieres estar al día de todo lo que se ha organizado con motivo de este aniversario, no te pierdas la web www.dickens2012.org, donde encontrarás exposiciones, obras de teatro, festivales e incluso los documentales que la BBC dedica al escritor victoriano.

Y si piensas viajar a Londres, la aplicación para iPhone y iPad Dark London, desarrollada por el Museo de Londres, te acompaña por los paseos nocturnos que Dickens solía dar por la ciudad y te ofrece lecturas interactivas con pasajes de sus novelas y un mapa comparado de Londres en 1862 y en la actualidad. 
¿Que estarás en Madrid? Pásate por las librerías Sin tarima y La Fugitiva, porque desde hoy hasta el 29 de este mes hacen un 5% de descuento en todas las obras de Dickens, así como en la biografía que dedica al escritor londinense Peter Ackroyd, Dickens. El observador solitario."

Klimt prefería el desnudo



Decíamos ayer (¿o era anteayer?) que Sardá soplaba cincuenta velas vistiendo la piel más íntima de las españolas y MBFWM (Mercedes Benz Fashion Week Madrid; como escribe mi admirada Rigalt en El Mundo, hay que tomar aire para soltar el nombrecito) no le hizo ni puñetero caso. Pero hete aquí que Klimt, que nos pilla más lejos (concretamente en Viena) celebra su 150º aniversario y va Miguel Marinero y le dedica el desfile. Lo de fuera siempre da más 'rollito glamour'.

Resulta curioso que un diseñador que se pone la piel ajena por bandera escoja a un firme defensor del desnudo para chutar de arte icónico su colección. Porque en las creaciones de Marinero lo que menos se ve es la piel de la modelo, cuidadosamente envuelta en un cachito de piel de zorro. Y en los cuadros de Klimt los desnudos son constantes. Y bien sensuales.

Pero llegados a este punto, Marinero optó por ponerse a Klimt por montera: ¿que la piel que habita no se parece a "El beso"? Pues apaña un tocado de inspiración klimtiana y listo. Y tanto lo apañó que las cabezas de algunas modelos habrían encajado a la perfección en más de una de sus obras.

Lástima que la inacabable paleta cromática del vienés quedase reducida a cuatro colores: marrón, gris, azul y violeta. Ah, y rojo. O sea, cinco. Quizá pasó del omnipresente amarillo de Klimt porque dicen que trae mala suerte.

P.D.: Si tenéis la suerte de pasaros este año por Viena, apuntad las exposiciones especiales que diez museos ofrecen para conmemorar el nacimiento de Gustav Klimt.

[Publicado en Todo sobre mis trapos].

domingo, febrero 05, 2012

Preparen la agenda de la próxima semana...

... porque se avecina movidita.

1. Jueves 9, 20.30 horas, en Diablos Azules (c/ Apodaca, 6 - Madrid), nueva tertulia literaria organizada por Eutelequia. El tema: Lenguaje y barbarie: sobre la extinción del lenguaje en S. Beckett y W. Benjamin. La tertuliana: la filósofa Ana Carrasco-Conde. El coordinador: Carlos Muñoz Gutiérrez (autor del libro Paso a paso. Razones para subir montañas). Un buen motivo para ir y comprar El pensador vagabundo: que además de disfrutar con una lectura recomendada, entre otros medios, en Babelia, Eutelequia te invita a una caña/vino/refresco si te llevas puesto a Benjamin. Y si no has ido aún a los Diablos y dices que te gusta la literatura... chico, es que no te gusta tanto, porque es uno de los bares literarios por excelencia de Madrid. Cultureta pero no rancio.

2. Viernes 10, 17 horas, en Tipos Infames (c/ San Joaquín, 3 - Madrid), arranca el Taller de Fotografía Taurina que imparte Javier Arroyo. Si aún no te has inscrito pero no te quieres perder los consejos de un crack del objetivo como él, aún estás a tiempo de reservar tu plaza.

3. Sábado 11, 12 horas, en Saboreatéycafé (c/ Zurbano, 56 - Madrid), degustación literaria de tés. Anímate a probar un té afrodisiaco mientras te ríes de hombres, mujeres y nuestras ocurrencias, plasmadas en Los hombres de mi almohada por la que suscribe. Me acompañará Juanjo Ramírez, escritor y te-adicto. Diversión asegurada. Y solo por probar los tés tan especiales que preparan en Saboreatéycafé, con su galletita de acompañamiento y todo, merece la pena pasarse. Palabrita.

4. Sábado 11, 18 horas, Espacio Ítaca de Alcorcón (c/ Parque Monfragüe, 3 y 5). Los hombres de mi almohada vuelven a la carga en un lugar muy especial: una tienda de decoración que va más allá del shopping y apuesta por los eventos culturales. Me puede la curiosidad.

5. Sábado 11, 20.30 horas, en Tipos Infames, clausura del Taller de Fotografía Taurina de Javier Arroyo. Tanto si habéis participado como si os lo habéis perdido, os esperamos para probar alguno de los ricos vinos que tienen en esta librería-vinoteca. ¡Ah! Y si os animáis a llevaros Tinta y oro o Los hombres de mi almohada, allí estaré para firmároslo. San Valentín acecha... y la que avisa no es traidora.

Michel Rostain: "Un libro nos da realmente más fuerza de vivir que ideas sobre la vida"

Michel Rostain, por Martine Rostain.

Un padre no se queda huérfano cuando llora sobre el hombro de su hijo la muerte del abuelo. El padre es huérfano cuando pierde a su hijo. Es, de algún modo, una forma de perder el mundo. De quedarse sin un pedazo de vida. Y el pedazo en cuestión puede serlo todo.

Ese dolor, esa orfandad paternal, es el tema de El hijo (Ed. La Esfera de los Libros), debut literario del director de ópera Michel Rostain, que ganó el premio Goncourt 2011 a la primera novela con una historia que, sin dejar de ser desgarrada, tira por momentos de un humor que no llega a ser negro pero tampoco se queda en la medianía del gris.

Basada en la historia real de la muerte de su hijo, Rostain explora con una sencillez tan sutil como descarnada el proceso de duelo de un padre que pierde a su hijo de una enfermedad fulminante. Los porqués, los "cómo no me di cuenta", los "tenía que haber disfrutado más de él" convierten el duelo en una conversación inaudita con quienquiera que dirige los hilos de nuestras vidas y, en última instancia, hacen de la narración un diálogo interior en el que se cuece la esencia de la fugacidad humana.

-Escribe el libro en primera persona, adoptando la voz de su hijo. ¿Por qué ha querido ponerse en la piel ajena para narrar el dolor propio?
-No habría hablado del dolor si no fuera porque me llegó la voz de otra persona. Mi dolor es mi problema personal, no le resultaría interesante a nadie, excepto a mis íntimos. No tengo necesidad de contarlo en público, no tengo ganas de celebrarlo ni de demostrar lo horroroso que es perder a un hijo. Tengo la suerte de no estar alimentado por esa energía negativa. Si no hubiera encontrado esa voz que habla del dolor de un padre desde fuera, jamás hubiera escrito este libro. Mi hijo murió, eso es un dolor verdadero; mi hijo murió, eso no es ficción, desgraciadamente. En la novela, un hijo muerto habla a su padre, le consuela, se ríe de él... eso es ficción. En ese sentido, me ha resultado un placer escribir esa ficción.

-Confiesa que, además del libro, le ha ayudado en el duelo la música. ¿Qué piezas escogería como banda sonora de esta novela?
-Yo, Michel Rostain, cuando estoy perdido, toco a Bach en el piano. Bach es mi columna vertebral musical, me ayuda a mantenerme en pie. Ese soy yo. Realmente no sé qué banda sonora escogería. A veces me he planteado que, si algún cineasta quisiera hacer una película de mi libro, le dejaría elegir a él, no le daría ningún consejo. Yo he escrito el libro y no me siento capaz emocionalmente de ocuparme de otras cosas, ni siquiera de la música.

-Escribe: "Cada día de vida es como una decisión de seguir viviendo". ¿Escribir este libro era también una manera de decidir que había que continuar?
-No, al escribir ya estaba viviendo. Con la escritura de esta novela viví un momento de calidad, y si este libro les permite también a los lectores vivir un momento de calidad, es fantástico.

Todo al negro



Da igual lo moderno que seas o las ganas que tengas de asaltar el establishment fashion poniendo panza arriba el gato de las prendas: o eres Ágatha Ruiz de la Prada o sucumbes al negro. Aunque solo sea un poquito.

A una servidora, la verdad, le congratula ver que en casi todas las colecciones de Mercedes Benz Fashion Week Madrid (con lo fácil que era Cibeles, c-ñ-) hay concesiones a esa ausencia de color tan elegante, tan ponible, tan... tan de salvarte la vida en cualquier ocasión. Y como para gustos, los colores, aquí os dejo cuatro looks para cuatro ocasiones distintas:

1. Sobriedad impecable, por Davidelfín. Creía una -inculta como es- que el malagueño era un enfant terrible peleado con las buenas formas, pero no. Esta pieza al más puro estilo primera-dama-que-hinca-la-rodilla-ante-el-Papa resulta de un clasicismo irreconocible en esta firma. Elegante, es un candidato perfecto para ocupar un buen fondo de armario.

2. Sensualidad racial, por Hannibal Laguna. Inspirado en la mujer morena de Julio Romero de Torres, Laguna desplegó sobre la pasarela un nutrido homenaje al sempiterno noir. Me quedo con esta propuesta, a medio camino entre el aire lencero y los faralaes reconvertidos en flecos dispuestos por alturas.

3. Elegancia geométrica, por Ion Fiz. Combinar la dulzura de un pliegue con el concepto geométrico de una prenda es cosa difícil, pero el guipuzcoano lo logra en piezas como este traje de noche, que reinventa el clásico vestido negro, sobrio, para convertirlo en un apetecible y envolvente diseño.

4. Vaquero chic, por Teresa Helbig. ¿Quién dijo que las botas camperas eran para calzar un look vaquero? Teresa Helbig las incorpora a un concepto chic, rockero y respondón del vestidito negro de cóctel. Volante inocente en el bajo + tul provocador en las mangas = picardía a tutiplén.

¿Con cuál te quedas?

[Publicado en Todo sobre mis trapos]

sábado, febrero 04, 2012

100% yo (o eso dicen)

Hasta ahora siempre había sido yo quien hacía las preguntas y otro el que las respondía. Pero ha llegado el día en el que me ha tocado el turno de responder al Proust de Eutelequia (cada sábado, un autor cumple con el protocolo en el blog eutelequiano).

He aquí las primeras preguntas:

¿Cuál es su idea de la felicidad perfecta?
No existe. Pero levantarme sin que suene el despertador, escribir en pijama, comer chocolate sin engordar y tener tiempo para leer todos los libros que compro se le parece bastante.

¿Cuál es su miedo más grande?
No poder pagar la hipoteca. Bueno, no. Que le pase algo a la gente que quiero.

¿Cuál es el rasgo que más deplora de usted mismo?
Mi falta de autoestima.

Qué, ¿te pica la curiosidad? Sigue leyendo en el blog de Eutelequia. Te contaré mis apodos, mi posesión más preciada, aquello de lo que me arrepiento o cuál es el amor de mi vida.

Los que ya lo han leído dicen que me muestro 100% yo. Qué remedio: no sé actuar. Ni siquiera cuando escribo.

Cicateros con Sardá


En España somos cutres. Cutres y carniceros. La envidia es el deporte nacional y de tanto practicarla terminamos haciendo músculo de la idiotez supina.

No, no he acabado con los cócteles del Kissing Room (de hecho, ayer pasé por primera vez, y eso porque los dioses cibelinos (¿o ahora serán "mercedinos"?) obraron el milagro de que me encontrase con C.R. (no, Cristiano Ronaldo no. Es tía y tiene mucha más clase. Y sobre todo más inteligencia) y de que C.R. me cogiera del brazo y me colase en esa performance de silicona labial rociada con chupitos de vodka rebajado). Lo digo con conocimiento de causa: solo en un país idiota, envidioso y cutre como el nuestro puede celebrar su 50º aniversario un tótem de la moda patria como Andrés Sardá sin que se le rinda ni el más mísero homenaje.

La indignación me la contagia Jesús Mari Montes-Fernández, el tío que más sabe de moda en esta república cicatera. Él se lo cuenta a C.R. mientras coge por banda a Alberto Murtra, el estilista de Andrés Sardá, que acaba de firmar un desfile impecable para celebrar cinco décadas de gloria lencera. Bien mirado, ningún homenaje habría sido tan logrado como el que se han hecho ellos solitos. Mantillas pecaminosas (lejos quedaron ya aquellos primeros encajes con los que la firma vestía, en sus primeros años, las cabezas de las catalanas. Vestir su pubis resulta más divertido). Flecos. Plumas. Satén. Zorro. Gasas, antifaces, sombreros, pañuelos. Siluetas etéreas. Espectáculo.

Show must go on. Y para la envidia, ajo. Y agua. Que de eso hay mucho en Cibeles. Digo en Mercedes.

[Publicado en Todo sobre mis trapos].

viernes, febrero 03, 2012

... y "Los hombres de mi almohada" se hicieron sevillanos

Fotos: Javier Arroyo

Presentar un libro es lo más divertido de escribirlo. Encontrarte con tus amigos. Hacer que un discurso y una firma sean la excusa para volver a verse. Reírse a costa de los recuerdos y brindar por lo que nunca debe olvidarse.



Los hombres de mi almohada terminaron el mes de enero en Sevilla y allí se encontraron con Bea (y María, en su tripita: es acojonante tener fans que ni siquiera han nacido), Eli, Moi, Quique, Juan, Conchita, María, Noelia (no, no hablo en tercera persona, como Aída: es que mi Umbralita se llevó a una compi que se llama como yo), Patricia, Paco... hasta Rubén Sánchez, la voz de Facua, se acercó a Fnac Sevilla para oírme hablar de mi libro (perdón por el momento Umbral, pero lo necesitaba) ¿Habrá recibido alguna queja de consumidores de líneas descontentos con mi ristra de cenutrios?



Como padrino, un escritor de tronío, Daniel Ruiz García. Aproveché el viaje en tren para terminar su novela Moro y me dio cierto pudor que alguien con tanto músculo narrativo dejase al aire mis vergüenzas en forma de flacidez literaria.

Daniel no me conoce de nada (bueno, sí, de mi libro) y clavó mi perfil: el sí pero no, la frivolidad disfrazada de gafapastismo, el alma de Audrey aprisionada en mis eternas lorzas. Dice de mis Hombres que son una especie de estudio de antropología sexual, un streaptease literario en el que doy rienda suelta a mi alma de entomóloga y convierto al hombre en un insecto digno más de escarnio que de estudio.



Daniel, tienes razón: nunca dejaré de ser una bocazas.

P.D.: A todo esto, para los que os preguntáis qué opina mi hombre-almohada del resto de los hombres que aparecen en el libro: se parte de la risa. Y por tenerle a mi lado ha merecido la pena besar unos cuantos sapos.

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