lunes, enero 31, 2011

El puzle de los instantes

Miles de fotos tiradas con el mismo ángulo. O con ligeras variaciones. Paciencia. La vida pasando ante el objetivo. Tiempo. El puzle de los instantes. Espera. El día que se hace de noche. Clic. Clic clic clic. La noche que se confunde con la mañana. Minutos. La ciudad que nunca duerme. Sueños. La gente que vuela por las calles. La calle. El cielo. Las nubes. Las luces. Las almas que se aparecen, translúcidas, dejándose traspasar por la prisa.

Mi hermano me descubrió ayer este Timelapse de Nueva York (vía Ionix PhotoBlog) y quería compartirlo con vosotros para empezar la semana con un toque diferente. Las fotos son de Josh Owens y la música –que le pone ese punto diferente y evocador–, de Dredg, una banda estadounidense de rock alternativo que merece la pena conocer (cómo no, la tenéis en Myspace).


NYC - Mindrelic Timelapse from Mindrelic on Vimeo.

domingo, enero 30, 2011

De políticos, tocapelotas y promesas literarias

Con el libro entregado y la actualidad asaltando portadas desde un convulso Egipto -donde le está echando un par de huevos a la flamenca mi compi sextera y bloguera Miriam Márquez-, este fin de semana he tenido tiempo para leer un par de entrevistas que me han hecho desempolvar la moleskine.

La primera, a Hans Magnus Enzensberger. La firmaba ayer en El Mundo Rosalía Sánchez, corresponsal en Berlín, que con esto del 'efecto Merkel' hoy a vuelto a ventilarse ella solita medio periódico. Insiste el ensayista en la importancia de tener en cuenta los errores, de no dejarse amedrentar por ellos, de usarlos, estrujarlos y exprimirlos antes de que nos estrangulen ellos a nosotros. Y habla también de los políticos y de su afán regulatorio:

Hans Magnus Enzensberger. Foto: Alma Magazine

En el fondo es el sueño de todos los políticos, que lo que desean en lo más profundo es un pueblo que no moleste. Ellos se dedican a regularlo absolutamente todo: desde cómo debe ser mi cepillo de dientes hasta lo que pone en la etiqueta de una bebida refrescante. Y lo que más me molesta es que nos quieren "mejorar", se atribuyen competencias morales. Tenemos prohibido engordar, está regulado el alcohol, el tabaco, el azúcar... y ya no pueden parar.

 V. S. Naipaul. Foto: El canódromo

Hoy le siguen las palabras del controvertido Naipaul, Premio Nobel de Literatura 2001, que en primavera publica en españa su polémica Máscaras de África. Dice el literato:

Me gusta cuando provoco una reacción negativa, porque eso significa que sigo siendo irritante. Y eso es bueno. Lograr irritar a la gente es un modo de saber que tus palabras aún siguen teniendo un efecto. Si tus palabras no tienen efecto en la gente significa que probablemente has entrado en el ciclo de morir.

Párrafo que viene a decir aquello de "Que hablen de mí, aunque sea malamente", pero en versión fina.

Por ahora no voy a leer ni al uno ni al otro. Los aparco en mi lista infinita de lecturas pendientes. Ahora me espera el Diario de un escritor delgado y una nueva perlita que me ha recomendado mi compi Ana Boyero: se llama Celacanto, lo escribe Jimina Sabadú y, al margen de que sea la ganadora del XVI Premio Lengua de Trapo de Novela, me temo que me enganchará porque, si mi Boyero no me falla, es sensible, tierna y femenina. Pero al tiempo irónica. Un pecaminoso cupcake, aderezado con una pizca de pimienta, para espabilar el paladar de los ojos marchitos en una tarde helada de invierno como ésta.

sábado, enero 29, 2011

La indignación se lee en español

Foto: AP

Hay muchas razones para indignarse. Cada día, cada página de periódico nos echa a la cara tres o cuatro. O cinco o seis. Pero estamos alelados, sin inmutarnos, como si la cosa no fuera con nosotros. Como si todo se tratase de un mal sueño del que alguien nos va a despertar con una caricia. Y en lugar de caricias, sólo hay bofetadas, que no sólo no nos despiertan de nada, sino que nos dejan claro que la pesadilla no es más que la cruda realidad.

Frente a esta apatía general en la que andamos sumidos, un señor nonagenario ha decidido actuar con las letras en la mano. Con Indignez vous!, un libro de poco más de treinta páginas, Stéphane Hessel ha herido las conciencias de más de un millón de franceses y se ha convertido en uno de los fenómenos editoriales más impactantes que se recuerdan.

Este manifiesto era hasta ahora una joya virgen en el idioma galo. Sin embargo, la editorial Destino publicará ¡Indignaos! en español el próximo 22 de marzo. Para los que renieguen de las traducciones, un dato que les hará interesarse por esta edición: José Luis Sampedro imprimirá su firma en el prólogo y así unirá sus reflexiones a las del francés que ha movido corazones enarbolando la bandera de la "insurrección pacífica".

Hessel no ejerce de mesías. Escribe de lo que sabe y sus lecciones las ha aprendido a golpes de bruta realidad. El francés sobrevivió a la tortura y la deportación en el campo de concentración de Buchenwald y en 1948 formó parte del equipo internacional que redactó la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Por eso el testimonio de este veterano de la Resistencia francesa es tan aclamado: porque sabe lo que dice y dice todo lo que sabe. Así, de su pluma suenan mejor frases que en otros parecerían huecas, como que "ya es hora de que la preocupación por la ética, por la justicia, por el equilibrio duradero prevalezcan".

(Publicado en Diariocrítico).

miércoles, enero 26, 2011

Los enemigos están dentro

"El flamenco tiene los enemigos dentro. Le pasó a Camarón, que no fue comprendido entre los propios flamencos". Lo dice Pablo San Nicasio, que, además de guitarrista de arte, es amigo de los buenos. De los que se entregan siempre. De los que siempre están dispuestos a echarte una mano. Sea la hora que sea, no importa el día que marque el calendario ni el frío que se le meta a uno en los huesos.

Y lo dice en El Mundo. Con un par. En la contra del M2. En una entrevista que firma Cristina Álvarez Cañas, ilustrada con una foto a lo American Beauty, pero con guitarra en vez de tetas y con hojas secas en lugar de pétalos de rosas. Ole mi Pablo.

Entre él y su hermano Germán se llevaron todo el arte. Que viva la madre que los parió –un saludo, pues, para Regina- y a los demás, que nos ondulen con la permanén. Menos mal que tengo la suerte de que los dos son amigos... y que los dos participarán en mi libro: Germán ha hecho las ilustraciones –sencillamente brillantes– y Pablo tocará en la presentación –que, si todo sale según lo previsto, será en Las Ventas, a finales de abril–.

Mientras voy deleitándome con el momento en cuestión –me estoy poniendo tan ancha que ya he engordado un par de kilos–, me rebozo en mi fortuna solazándome con uno de los cantaores que Pablo menciona en su entrevista: Miguel Poveda. Dice que es lo más y si lo dice él, que sabe, me reafirmo yo, que no tengo ni idea, pero escucho con las entrañas y noto cómo se me sale el corazón por la boca con temas como éste.



Sí, sí. Ya sé que es copla. Ya sé que a los puristas les va más el Miguel Poveda flamenco.



Pero vuelvo al inicio: "El flamenco tiene los enemigos dentro". Y me da por pensar que el toreo también. Falta pureza. Lo hablaba hoy con Germán, que ya anda dedicando ejemplares de su nuevo libro, Diario de un escritor delgado.

 
Yo ya lo tengo entre mis manos y estoy deseando devorarlo. A la presentación (martes 15 de febrero, 19.30 horas, FNAC Callao) llegaré con los deberes hechos, la lección bien aprendida y unas cuantas citas en la moleskine. Os avanzo una: "Cada día que uno deja sin escribir es un tablón que le falta a ese puente colgante que viene a ser un diario íntimo".

lunes, enero 24, 2011

Un Guinness para el cine español


La actualidad es caprichosa: se aparece cuando y como quiere y, si le da la gana, rebate todas y cada una de las cosas que hayan sido actuales en el pasado. Porque de eso se trata: el hoy dentro de medio segundo ya es ayer y lo que ayer fue noticia hoy es, en el mejor de los casos, carne de hemeroteca.


Álex de la Iglesia entonaba un mea culpa desgraciado y responsable en la presentación de las candidaturas a los Goya 2011. Reconocía que si 2010 había sido el peor año para el cine español era por la crisis, sí, pero la del mundillo del celuloide patrio.



Y quiere el capricho de la actualidad que apenas un par de días después llegue a mi correo la noticia de que precisamente el cine español ha batido un récord Guinness. Y para las malas lenguas y las mentes aviesas diré que no es el récord de inasistencia a la salas, sino el de la película más premiada. Se trata del corto Porque hay cosas que nunca se olvidan, de Lucas Figueroa, el más premiado de la historia, con más de 300 galardones internacionales en sólo año y medio, incluida la preselección en los Oscar y una candidatura a los Goya 2009.


La cinta, que ha representado a España en más de 500 festivales internacionales, narra la historia de venganza –cruel, muy cruel– de cuatros niños a los que una anciana hace la vida imposible por jugar al fútbol ante la pared de su casa. Y tratándose de pelotas, no es extraño que hagan sus cameos los futbolistas italianos Fabio Cannavaro y Amedeo Carboni.


Lucas Figueroa, madrileño de adopción, ha sido "chico para todo" en este corto: director, productor, director de arte, montador, ambientador musical. El resultado merece dedicarle los doce minutos que dura la historia y embelesarse con una fotografía cuidadísima -con guiños a la lomo- y un ritmo muy especial, logrado con un montaje frenético pero no agobiante.


El corto puede verse en la web de la película, Porque hay cosas que nunca se olvidan. Como aperitivo os dejo este repor made in AVNC.


Un Guinness para el cine español from Noelia Jimenez on Vimeo.

domingo, enero 23, 2011

Juanjo Oliva, maestro de moda


Este fin de semana he vuelto por mis fueros con la cosa de la moda. No sé para qué propongo estos temas si resulta que me presento en los talleres y me siento como un pulpo en un garaje. Tanto glamour me supera. Ni una sola de mis lorzas cabría en esos vestidos maravillosos que me llaman a gritos desde el maniquí y sé que las telas que veo esparcidas sobre la mesa de patronaje se quedarían enganchadas en cualquiera de los michelines que adornan mi serrano cuerpo.

Un secreto de mentira



Este año me he propuesto engordar mi colección de plumas con dos nuevas adquisiciones. Pero no han de ser compradas. Debo ganármelas con el sudor de mi tecla.Tengo que conseguir que premien mis cartas en XL Semanal y el Magazine de La Vanguardia con una Duran Exquse y una Montblanc Starwalker Midnight Black Resin respectivamente -ustedes se quedan sin resuello al leerlo y yo también sólo de pensar tenerlas entre mis manos. Ay-.

De momento lo llevo malamente. También es verdad que sólo he escrito tres veces. Una me han publicado sin premio y las otras dos, ni eso. La última carta que escribí era en torno a dos artículos que me gustaron mucho, firmados por Suso de Toro y Andrés Trapiello. Y como yo sí que me publico todo y a veces hasta me regalo plumas porque hoy es hoy, ahí va el intento:

Mentir. Mentirse. Trapiello. De Toro. El primero escribe en varios actos la tragicomedia de la falta de verdad. De los secretos que no lo son. De los chanchullos que hacen que los secretos se conviertan en verdades irrefutables aunque las mentiras sean, en realidad, el único secreto a voces. Como la vida que colgamos en las redes sociales, en forma de instantáneas privadas con ínfulas de publicidad y fama. El beso junto al río. El helado de las vacaciones. La borrachera del siglo. El día de la noche. Qué noche la de aquel día. Llego a la conclusión de que, en contra de lo que escribe De Toro, no revelamos las instantáneas -mejor: no las imprimimos- para ahorrarnos el trámite de romperlas cuando queremos olvidar el pasado que no debió ser presente. Es mejor tirar un archivo al limbo de la papelera virtual que ver una figura hecha añicos. Mejor oír ese "Rrrrrrrr" del archivo muriendo que escuchar cómo agoniza la historia que un día quisimos ver para siempre inmortalizada en papel brillo. Pero no lo digan, que es secreto. Y si lo cuentan diré que es mentira. Y luego lo contaré en Facebook.

viernes, enero 21, 2011

La mano que mece la tecla


Hay lectores que tienen tanto amor por los libros que sus ansias de novela superan el afán de pasar página. Quieren más. Convertirse en parte de la trama. Y no me refiero a ser protagonistas, a que nadie se inspire en tal o cual momento de su vida para llenar páginas: quieren ser ellos la mano que mece la tecla.

Publicar no es fácil, pero a veces hay iniciativas que hacen el ingrato sueño algo más cercano —o al menos lo intentan—. Es el caso de TO BE CONTINUED, una novela en la que sólo está escrito el primer capítulo y son precisamente esas páginas el pretexto para que los lectores más creativos pasen la frontera y se conviertan en autores.

martes, enero 18, 2011

El hombre que marcó mi vida

Mi vida está marcada por dos canciones. Una resulta evidente. Mi madre jura y perjura que no me llamó Noelia en homenaje a Nino Bravo, pero yo no me lo creo. ¿Quién conocía ese nombre antes de que él lo cantara? ¿Y por qué hay tantas chicas de mi edad que se llaman así? ¿No será que la cancioncita en cuestión lo puso de moda?



Ella dice que si hay una canción que le inspiró a la hora de bautizarme ese tema fue Penélope. Que a punto estuvo. A puntito. Pero le faltó valor. Mi tía le decía que los niños en el colegio iban a llamarme "Pene" y mi madre, que es muy mirada, se echó atrás y cambió de idea –luego me llamaron "bola de sebo" y "repollo con lazo", así que no sé muy bien con cuál de los tres escarnios quedarme; el primero, al menos, da placer si se sabe usar en condiciones–.



Odié Noelia durante años. Cada vez que alguien me preguntaba mi nombre terminaba tarareando la cancioncita y huelga decir que ninguno de los intérpretes improvisados le llegaba a Nino Bravo ni al bajo de los pantalones de campana. Penélope no lo descubrí en la voz de Serrat, sino en la versión que grabó Miguel Ríos en El gusto es nuestro, pero me conquistó, y me rebelé contra mis progenitores por no haberme puesto tan mitológico nombre –sí, sí, a Penélope no la inventó Bardem, sino nuestros tatatatatatatarabuelos griegos–.

Durante mucho tiempo creí que esa canción la había compuesto el gran Joan Manuel, igual que Lucía, uno de mis temas favoritos, por el que no dudaría en llamar así a una futura e improbable hija, pero el domingo descubrí que el padre de Penélope, igual que el de Noelia, era Augusto Algueró, que subió a la España sesentera en una Tómbola, la llenó de chicas ye-ye y la puso a confesar Te quiero, te quiero, porque desde que estoy Contigo, contigo la vida es de otro color.

Algueró ya no está, pero las teclas de su piano dejan nuestra memoria musical llena de historias inolvidables, de melodías dulces, alegres. De notas con sabor a nostalgia. Porque cualquier tiempo pasado fue mejor si suena a ternura.

domingo, enero 16, 2011

"Amor, dulce muerte"

Hoy he vuelto a escuchar a Vicente Amigo en el coche. Llevo el disco Poeta siempre conmigo y lo pongo una y otra vez cuando necesito inspiración. O cuando me siento inspirada. Cuando es un día especial. O cuando quiero que lo sea.

Me gusta entero. Todos y cada uno de los temas. "Poeta en el mar" es quizá el que más me inspira, pero antes hay un corte en el que la voz de Miguel Bosé, recordando a Rafael Alberti, me estremece.

Cuando tú apareciste,
penaba yo en la entraña más profunda
de una cueva sin aire y sin salida.
Braceaba en lo oscuro, agonizando,
oyendo un estertor que aleteaba
como el latir de un ave imperceptible.
Sobre mí derramaste tus cabellos
y ascendí al sol y vi que eran la aurora
cubriendo un alto mas en primavera.
Fue como si llegara al más hermoso
puerto del mediodía. Se anegaban
en ti los más lucidos paisajes:
claros, agudos montes coronados
de nueve rosa, fuentes escondidas
en el rizado umbroso de los bosques.
Yo aprendí a descansar sobre sus hombros
y a descender por ríos y laderas,
a entrelazarme en las tendidas ramas
y a hacer del sueño mi más dulce muerte.
Arcos me abriste y mis floridos años
recién subidos a la luz, yacieron
bajo el amor de tu apretada sombra,
sacando el corazón al viento libre
y ajustándolo al verde son del tuyo.
Ya iba a dormir, ya a despertar sabiendo
que no penaba en una cueva oscura,
braceando sin aire y sin salida.
Porque habías al fin aparecido.

"Retornos del amor recién aparecido"

Y luego se escucha esto:



Y ya no hay palabras. Sólo duende. Sólo poesía.

sábado, enero 15, 2011

Semana de infarto literario

O no escribo o no paro de escribir. Sobre todo en la agenda. Pero lo que escribo ahora me duele en el alma, porque son citas indispensables que servidora, por aquello de que hay que ganarse el pan -o el anticelulítico-, se tendrá que perder.

La semana que aguarda al pasar la página de la agenda es clave para Eutelequia. Y por si aún no sabéis qué significa este nombre, os pongo al día: es la editorial que ha creado Clea Moreno, una mujer de aspecto frágil y mente prodigiosa, con una sensibilidad sobrenatural y un valor fuera de lo corriente. Viene a ser al mundo literario algo así como José Tomás al toreo. O sea, una editora que cree en la verdad, en la pureza y sin miedo a morir en el intento de buscar la gloria.

El primer libro que publicó Eutelequia fue La cárcel de Jackson Pollock, de Germán San Nicasio, a la sazón mi mejor amigo y un autor más que recomendable -y no precisamente por el argumento anterior-. Esta semana, Germán y Clea tienen ante sí tres grandes presentaciones:
  • Martes 18, 20 horas, en Fnac Málaga Plaza (c/ Armengual de la Mota, 12).
  • Jueves 20, 19 horas, en la Librería La Central de Madrid (Museo Reina Sofía, Ronda de Atocha, 2).
  • Sábado 22, 19 horas, en la Casa de las Conchas de Salamanca (c/ Compañía, 2).

Germán os va a encantar. Su libro, más. Y el arte de su hermano Pablo, que es guitarrista y dará un concierto al final de cada presentación, ni os cuento. Y nos perdáis la fina ironía de Israel Cuchillo, que presentará los tres actos -y que pronto será también autor de Eutelequia-.

Segundas partes también pueden ser buenas

Tras el paréntesis navideño y el atracón de glucosa en forma de pecaminosos pedazos de turrón y roscos de vino, vuelvo a mis colaboraciones semanales con Diariocrítico. Ayer escribía sobre las segundas partes literarias, que no tienen por qué no ser buenas. ¿Por qué no desafiar los tópicos? Aquí os dejo el artículo en cuestión.

Se da por hecho que las continuaciones no son más que secuelas, con toda la carga peyorativa que esta palabra guarda entre sus ocho letras. Sin embargo, las segundas partes -que, no lo olvidemos, siempre llegan acompañadas de la utopía de una historia sin final- pueden ser igual de buenas que sus predecesoras.

Este mes tenemos en las librerías dos ejemplos patentes. En primer lugar, la esperada continuación de Los ojos amarillos de los cocodrilos, de Katherine Pancol, que ha sido un fenómeno literario internacional. En esta ocasión, la autora francesa nos invita a bailar El vals lento de las tortugas. Aparece de nuevo entre nuestras manos las vidas de la abnegada Joséphine, que sigue avanzando firme entre su mar de dudas, la pasión por un padre perdido, la inquietud que le provocan los hombres y los dolores de cabeza que siempre dan los hijos adolescentes. Son, como avanzan desde la editorial (La Esfera de los Libros, que, por cierto, está de enhorabuena porque cumple una década), "personajes que avanzan tercamente. Como pequeñas tortugas obstinadas. Que aprenden a bailar lentamente, lentamente. En un mundo demasiado rápido, demasiado violento".

En un tono más dicharachero, David Safier vuelve a la carga con Jesús me quiere (Ed. Seix Barral) . No se trata en sentido estricto de una continuación de su exitosa Maldito karma, pero sí guarda similitud con ella: su personaje protagonista vuelve a ser una mujer en apuros y su manera de contar la historia es un refugio para la sonrisa. En esta ocasión, Safier narra la historia de Marie, una treintañera que, tras dejar a su novio, conoce a un joven carpintero extravagante y desaliñado que le confiesa ser el mismísimo Hijo de Dios. Y claro, enamorarse del Mesías tiene varios peligros: el primero de ellos, que se sabe que habrá de morir para redimirnos y una historia de amor con fecha de caducidad obliga a plantearla en términos descabellados que, bajo el tono de humor, guardan la reflexión sobre el valor de los sentimientos.

jueves, enero 13, 2011

Silencio: se escribe

Disculpen ustedes mi silencio. Esta vez no es apatía: estoy entregando mi alma en un libro que, si Dios quiere, verá la luz cuando la primavera nos caliente el corazón y vuelco toda la fuerza de mis teclas en sus páginas.

Pero no quiero dejar esto abandonado. Y por eso quiero compartir con ustedes, mis queridos y sufridos lectores, una de las frases que más me han calado estos días, escribiendo:

"El temple en la vida y en el toreo marca unos caminos en los que todo se ve con más claridad", Juan Mora.











P.D.: Las fotos las tomo prestadas de otro hombre capaz de templar la luz y envolverla en un muletazo de duende: Javier Arroyo. Siempre al quite. Siempre genial. Siempre De blanco y azabache.

domingo, enero 09, 2011

El gran corazón polaco


Corazones en los coches, en las motos y hasta en los vehículos militares. Hoy toda Polonia desafía al frío y sale a la calle con un corazón por bandera. Es el día de la Gran Orquesta de Ayuda Navideña, que recauda fondos para hospitales infantiles con carreras, conciertos y subastas benéficas por todo el país...


sábado, enero 08, 2011

¿Pero los toros no eran "ya" cultura?

 Foto: El País

Tengo un lío que no me aclaro. Primero me educan en la idea de que los toros son un arte. Bien. Luego pasan los años y mis amigos me sugieren que soy anticuadita por eso de que me guste el toreo. Vale. Después vienen los catalanes y, tras un arduo ¿debate?, prohíben los toros, disfrazando de defensa animal una salida de tono independentista. Qué le vamos a hacer. Meses después, reaccionan los toreros. Las figuras, vamos. Dicen que quieren que los toros dejen de pertenecer al Ministerio del Interior y sus competencias estén regidas por el Ministerio de Cultura. Sinde no les hace mucho caso, pero Rubalcaba, que es perro viejo y zorro agudo, accede y hasta se hace la foto. Bueno.

Los toreros entonces piden que los medios de comunicación se impliquen en el tema. Que den más contenidos taurinos, al margen de las cornadas sangrientas. Que los toros son más que tragedia. Y dicen que quieren reunirse con quien corresponda para que RTVE le dé cancha al toreo.


miércoles, enero 05, 2011

Una de magia para llevar, por favor



No son horas de escribir cartas a los Reyes. Ya han pasado por las calles, ateridos de frío pero sonrientes –será porque las barbas amortiguan el biruji– y quizá hayan empezado a visitar los hogares de los niños más obedientes, los que se van a la cama sin rechistar apenas llegan de la Cabalgata, aunque les cueste dormirse, aunque pasen la noche con los ojos casi entreabiertos y el oído avizor.

Pero una tiene sus costumbres –o más bien sus manías– y de un tiempo a esta parte siempre escribo la misiva real con el día 6 de enero tendiendo las redes en el calendario. Y no creáis que me va mal: habitualmente Sus Majestades –supongo que con la nueva Ortografía será con minúscula, pero me niego a rebajar el rango de tan ilustres personajes– me traen todo lo que pido, aunque lo pida con el tiempo justo.


lunes, enero 03, 2011

¿Quieres ser un rey mago?

No hace falta que te pongas peluca. Ni barba postiza que te obligue a rascarte las mejillas. Ni que vistas ropajes pasados de moda, ni zapatones con hebillas. Ni que te empeñes en montar un camello al que no sabes ni subir. Ni que gastes cientos de euros y miles de minutos en regalos que has comprado porque sí.

Si quieres ser un rey mago, sólo hace falta que veas este vídeo (tranqui, es corto) y que actúes en consecuencia. O que se lo envíes a tus amigos. O que lo cuelgues en tu blog. Es La Caravana por los Refugiados 2010. Y no, no hace falta que te pongas un turbante y te pierdas por el desierto. Todo es mucho más sencillo. Está a golpe de clic.

Piensa que quizá mañana seas tú quien necesite la ayuda de los demás. Y no tendrás palabras suficientes para agradecerla.

El difícil guiso de ser uno mismo



Entre compras y calorías, este comienzo de año se hace más pesado de lo deseable. Y no hay piña que valga para hacer que fluyan los líquidos.

Menos mal que, tras el atracón de Visa, una encuentra un pequeño oasis en películas inesperadas, como Ratatouille. La vi en el cine y ahora la repaso en Antena 3, casi de casualidad, agazapada entre la manta y soñando que el tacto de las teclas se asemeje al de una piel que anhelo habitar. Supongo que queda menos.

Y mientras, como me encanta plagiarme a mí misma, recuerdo lo que escribí cuando vi la historia de Remy en la gran pantalla.


domingo, enero 02, 2011

¿Por qué escriben?

Porque no saben hacer otra cosa. Es la respuesta más frecuente entre los escritores a los que se pregunta por qué escriben. La mayoría, porque sí. Que porque lo sienten. Porque lo viven y es lo que les hace vivir. Porque leen. Porque sueñan. Porque imaginan. Porque sienten. Porque no podrían no escribir.

Hoy El País Semanal publica un interesante reportaje en el que cincuenta escritores cuentan el porqué de sus letras. Hay de todo: vanidosos, engreídos, modestos por necesidad, engreídos por pose, pero, los más, auténticos, entregados a la pasión de la que han hecho su vida -y en algunos casos, su oficio o incluso su negocio-.

Algunas respuestas son muy previsibles. Otras, algo más dignas de anotar en la libreta donde escribo y escribo -sobre todo, palabras ajenas- sin saber por qué, ya que no suelo volver sobre el rastro de la tinta para nutrirme de los trazos muertos. En cualquier caso, como tengo que darle salida a las plumas que colecciono, he anotado esto:
  • "Escribo porque no sé hacer otra cosa. [...] Escribo para devolver algo de todo lo que he leído", Andrea Camilleri.
  • "Odio que me digan lo que tengo que hacer y cuándo tengo que hacerlo y, aunque disfruto en compañía, necesito pasar varias horas al día solo, únicamente pensando", Mark Haddon.
  • "Nada hay más inalcanzable que lo vivido, y la escritora incluye a veces la quimera de atrapar el pasado junto a la posibilidad de soñar despierto", Use Lahoz.
  • "Escribo porque las palabras fabrican tiempo, y tiempo nos queda poco", Andrés Neuman.
  • "Me preguntan por qué elegí escribir. Yo no lo elegí. Es igual que enamorarse. Se sabe que no es una buena idea y uno no sabe cómo ha llegado ahí pero al menos, hay que intentarlo", Amélie Nothomb.
  • "Escribo para no tener que aguantarme, para negar el mundo, para huir. Escribo porque me da la gana y me lo puedo permitir", Fernando Royuela.
 Y todos empuñan la pluma porque, como dijo Flaubert, "Escribir es una manera de vivir".

365 días para ser mala





Aunque sea con un día de retraso, ¡Feliz Año Nuevo! Lo cierto es que, para servidora, el día 1 apenas existe. Hasta ahora, porque me lo pasaba dormitando y comiendo restos de la cena de Nochevieja; ayer, porque lo gasté con no sé cuántos miles de vatios martilleándome la cabeza con música electrónica mientras intentaba -casi en vano- que los más fiesteros del lugar me dijesen qué tal iba el desfase sin que se les desencajase la mandíbula.

Pero no voy a hablar del Day One ni de ninguna otra macrofiesta. No tengo cuerpo. Y no me apetece contar por qué murió el chaval de 20 años en la fiesta. Ni a cuántos otros tuvieron que atender los médicos de Vistalegre, pasaditos como iban de ya se imaginan qué.

Hoy voy a recuperar mi última colaboración de 2010 en Antonia Magazine. Son mis propósitos de Año Nuevo. Y no esperéis nada bucólico, ni metas al uso, ni deseos para ganarme el cielo. Porque este año pienso ser mala. Requetemala.


LinkWithin

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...