miércoles, diciembre 31, 2008

La vida en un segundo

Un segundo. Tenemos un segundo. 2008 se va con la palabra "crisis" colgando sobre su espalda y con el horror de una nueva matanza prendida en sus últimos días a modo de interrogante que nunca podremos resolver. Se va con eso y con otras cosas, pero nos deja un segundo más. Qué considerado.

Yo llevo días pensando qué hacer con ese tiempo extra. Parece insignificante, pero no está la cosa como para andar desperdiciando presentes. Sobre todo si llegan en forma de indulto de las agujas del reloj, que son crueles y despiadadas, siempre a su ritmo, tic tac, tic tac, sin perdón, sin consideración, y da igual que te quieras bajar, porque allí siguen ellas, tic tac, tic tac, una y otra vez, dando vueltas y vueltas, sin tregua, tic tac, tic tac, y cuando te quieres dar cuenta, el tiempo ha pasado y tú no has sido capaz de hacer nada con él porque ni siquiera has caído en que el tic tac, tic tac, era la sentencia de tu presente.

Así que yo ese segundo quiero aprovecharlo. Bien mirado, un segundo puede dar mucho de sí. En un segundo, por ejemplo, se puede dar las gracias. Gracias a todos los que este año, más que nunca, han estado a mi lado, sacándome a hombros de la enfermería cuando el toro de la vida se empeñaba en coserme a cornadas. Gracias a quienes fuisteis fieles a la cita con mis desvaríos ciclotímicos, aunque sólo fuera "devezencuando". Gracias a quienes me regalasteis una sonrisa sin pedir otra a cambio –aunque la esperaseis y la deseaseis–. Gracias a quienes me brindasteis una palabra de aliento. A quienes me enjugasteis las lágrimas. Y a quienes me hicisteis llorar de alegría.

En un segundo, también, puede nacer una historia de amor. Con una mirada. Con dos pupilas clavadas, una en otra, y ensartadas en el hilo de la pasión para siempre –o al menos mientras el tic tac no deje de correr para ellas–. Y con una caricia. Con el tacto de una piel erizada por la emoción, que te vuelve el estómago del revés, te corta la respiración. Con un beso. Con sólo un beso.

Y en un segundo, también, se puede cambiar el chip. Se puede dejar de ser agorero para asumir que sí, que 2009 no parece que vaya a ponérnoslo fácil, pero que en peores plazas hemos toreado, y que tenemos valor de sobra para lidiar con las embestidas de un burel que sale a la plaza cual manso pregonado pero, quién sabe, puede terminar por hacer el avión en la muleta de la esperanza. La de cada uno.

Así pues, como diría mi amigo Emilio, feliz segundo nuevo. Y, después, cómo no, FELIZ AÑO 2009.

sábado, diciembre 27, 2008

Estilo Audrey

Lo leí hace tiempo. Más de un mes. Creo. Sí, más de un mes. Pero hasta ahora no había tenido tiempo -o quizá ganas- para recopilar las grandes frases que encierra en sus cuidadas páginas.

Cómo ser adorable, según Audrey Hepburn, es una lectura deliciosa. Rápida, pero deliciosa. Sobre todo para fanáticas de Audrey, como servidora. No sé si me convertiré en un ser adorable por obra y gracia de sus palabras -lo dudo, como en la canción, lo dudo, lo dudooooooooooo...-, pero puede que lo intente. Por Año Nuevo, por ejemplo.

Ahí van algunas de sus perlas:

- "Creo que el pasado me ha ayudado a valorar el presente, y no quiero estropearlo preocupándome por el futuro".
- "Me falta confianza en mí misma, y no sé si algún día la alcanzaré. Tal vez sea mejor no estar seguro de ti mismo, como yo. Pero resulta agotador".
- "Hay un refrán holandés que dice: 'No te preocupes; pasará lo que tenga que pasar'. Yo creo en él".
- "Me ha acompañado en todas mis relaciones. Cuando me enamoré y me casé, siempre tuve miedo de que me abandonaran. Todo lo que más amas, y crees que puedes perder, sabes que puede cambiar. ¿Por qué miras de izquierda a derecha cuando cruzas la calle? Porque no quieres que te atropellen. Sin embargo, sigues cruzando la calle".
- "Se te rompe el corazón, eso es todo. Pero no puedes juzgar o señalar con el dedo. Sólo debes tener la suerte de encontrar a alguien que te valore".
- "Si no está roto, ¡no lo arregles!".
- "Tardé mucho tiempo en encontrar a alguien como él, pero a veces más vale tarde que nunca. Si lo hubiera conocido a los dieciocho, no lo habría apreciado tanto".
- "Vivir es como visitar un museo a toda velocidad. Sólo más tarde empezamos a asimilar lo que hemos visto, a pensar en ello, a buscarlo en algún libro, y a recordarlo; porque no podemos retenerlo todo de una vez".
- "Tienes que mirarte a ti misma de manera objetiva. Analizarte a ti misma como a un instrumento. Tienes que ser totalmente sincera contigo misma. Afrontar tus defectos, no intentar ocultarlos. Y, en lugar de ello, desarrollar alguna otra cualidad".
- "Me parece que desarrollar un estilo personal está al alcance de toda mujer si aprende a conocerse a sí misma".
- "El silencio es algo que jamás se olvida".

Cómo ser adorable, según Audrey Hepburn, Melissa Hellstern, Ediciones B, Barcelona, 2005.

miércoles, diciembre 24, 2008

Un premio por Navidad

El día a día se ha rebelado contra el calendario. Se anticipa. Quiere vivirlo todo intensamente. Antes de tiempo. O quizá, quién sabe, es que el tiempo no lo marcan las hojas del almanaque. Por eso los regalos anticipados se disfrutan más. Por el encanto de la subversión. Quizá.

El caso es que este año he tenido avalancha de regalos adelantados –lo que significa que no tendré apenas uno solo en su debido momento... pero el deber he decidido apartarlo del placer de regalar– y uno de ellos ha sido el de Mara.

Mi querida hadita me ha obsequiado con el premio Symbelmine, que son "aquellas flores que, según Tolkien, crecen sobre las tumbas de los reyes Rohirrin. Flores también conocidas como 'No me olvides'. La idea es otorgar este premio en agradecimiento a los blogs, premiando su trabajo y como un motivo más para estrechar lazos existentes, para que así, no nos olvidemos de esos blogs que hacen que cada día queramos seguir haciendo lo que hacemos".

Una vez recibido el galardón, se debe cumplir con tres normas:

1. Elegir 7 blogs o sitios de Internet que por su calidad, su afinidad o cualquier razón hayan conseguido establecer un vínculo que desees reforzar y premiar con un premio y enlazarlos en el post escrito.
2. Escribir un post mostrando el premio, citar el nombre del blog o web que te lo regala y notificar a tus elegidos con un comentario.
3. Opcional: exhibir el premio en tu blog.

A mí me cuesta elegir sólo siete blogs con quienes continuar la cadena, pero me pongo a ello –para ponérmelo más fácil, evitaré premiar a ya premiados, que merecerían, no obstante, nuevo galardón, como la propia Mara o mi querido Juan Rodríguez Millán–:

1. De pezón a rabo. Explicar los motivos para premiar a la Condesa no tiene sentido a estas alturas. Precisamente por la altura de su persona y de sus escritos. Y más allá del blog, por la altura de su amistad.
2. La fábrica de sueños. Lo mismo sucede con Berrendita. Con esa elegancia para escribir. Con ese decirlo todo sin decir apenas nada. Con esa capacidad para removerte las entrañas. Con ese puñal clavado en cada letra. Con ese corazón danzante en cada línea. Otro pedazo de mujer. Y otro pedazo de blog.
3. El diario de Petrarca. Hay que ver cómo escribe este niño. De arte.
4. El mundo por montera. Y si hay alguien que escriba de arte, de arte y también de valor, ésa es mi Covi. A veces se deja pervertir por la vagancia y actualiza poco, pero sus letras son esencia pura... y, si vienen en frascos pequeños, ¿qué importa?
5. La segunda oportunidad. Con A pesar de mí me siento muy identificada. A veces. Pero esa forma descarnada de escribir –e intuyo que de sentir– me toca muy de cerca.
6. Gominas Power. Y, cómo no, también dejo un hueco para mis pasiones. Como todo lo que tenga que ver con el mundo cofrade. Con el Sur, en general. Que se refleja de forma fiel y emocionante en la casa de Caballa. Gracias por hacer que cada día pueda ser Jueves Santo, con sólo leer tu blog.
7. De tacones y bolsos. Y otra de mis grandes aficiones es la moda –aunque no predique con el ejemplo–. Y, si de moda y de estilos de vida hablamos –porque no sólo de trapos vive la mujer–, el rincón de Beatriz es el sitio ideal para perderse.

Gracias, Mara, por tu regalito. Y gracias a quienes, con vuestras visitas, lo hacéis posible. Para todos vosotros, ¡¡¡FELIZ NAVIDAD!!!!

viernes, diciembre 19, 2008

Felicitaciones toreras

Hoy está siendo un día de felicitaciones toreras. Primero, la de Israel Cuchillo. Qué arte tiene el gachó, oye. Qué arte. Qué torero es. Que no se me escape el valor por los boquetes de las cornadas, dice. Como a él. Y como a Él. Bien. Al año nuevo le pediré un pelín del coraje de JT –con una millonésima parte me bastaría– y una pizca de la inteligencia de IC. Aunque sólo sea un pellizquito.


Después abro el buzón y me encuentro postal de Talavante –gracias a Olga y Virginia, siempre prestas al quite... y no se me olvida que nos debemos una comida o similar, chicas–. Él me invita a soñar. A tener temple "para hacer eternas las 365 noches" que tengo para soñar.


Lo voy a intentar. Todo. Tener valor, hacerme un torniquete en los boquetes de las cornadas y hacer acopio de temple para vivir soñando. Por las noches y por los días. Dormida y despierta.

Feliz Navidad a vosotros también. Y Feliz 2009. Llenito de puertas grandes. Para todos.

jueves, diciembre 18, 2008

Un año ya

Un año. Un año ya. Más. Un año y tres días. Ese es el tiempo que hace que comenzó mi nueva vida.

El principio no fue prometedor. Sin trabajo, sin ilusión. Sin fe en una historia de amor con los días contados. Con miedo. A no poder pagar la hipoteca. A seguir enviando mi curriculum sin encontrar respuesta. Y, sobre todo, a no verle despertar a mi lado. A seguir cerrando los ojos sin haber pronunciado un "Buenas noches" y a despertarme sin que nadie pueda musitarme, desde el otro lado de una cama demasiado grande y siempre vacía, un "Buenos días" soñoliento.

De eso hace ya un año. Un año y tres días. El primer mes, las cosas fueron a peor y di con mis huesos en el saco roto de la esperanza perdida. Del abatimiento. Del no querer despertar un solo día más. El segundo mes, me fui haciendo a la idea de que había vida al otro lado de la reja de mi ventana. Al menos ciertos días. Y poquitas noches. Allá por marzo, se fue encendiendo alguna velita más al fondo del túnel. Y en abril, un par de ellas extra. En mayo, pese a la lluvia, el sol me inundó por momentos, hasta hacerme creer, ya en junio, que podía recuperar ese escalofrío que me había hecho vivir un día y sin el que ahora vagaba moribunda. Eso sí, llegó julio y la realidad me zarandeó: debía caminar en otra dirección. En la que se abrió ante mí, quizá, un mes de agosto. Aunque sufriera. Aunque me costase llorar. Aunque fuera difícil decidir. Cortar. Empezar de cero. Sin mirar atrás. O casi. Septiembre no fue fácil. Ni octubre. Los días menguaban y las noches eran demasiado largas. Y empezaban a ser frías.

Pero en noviembre la cosa cambió. Paré, cogí aire, respiré y dejé que la luz me inundase. Aunque todos se empeñasen en augurarme un futuro de tinieblas. Y decidí que yo podía ser quien yo quisiera.

Y en estas llegó diciembre. Y se mantuvo el reto. El que espero no perder. Porque tengo trabajo, tengo casa, tengo amigos,... pero, sobre todo, tengo ilusión. Y fe. Y sé que es mi principal patrimonio. Lo único verdaderamente valioso en este viaje. Lo que no puede faltar en la mochila.

Con este post participo en el concurso "1 año en 1 post", de Atrapalo.com. Sé que quizá voy justa de tiempo para que me votéis, pero nunca es tarde si el post no es malo, ¿no? Venga, porfi, un votito... (pulsad abajo) ¡¡Gracias!! Y, a los que no me votéis pero me leéis, gracias igualmente. Sois la razón de que siga escribiendo. Aunque sea a trompicones.

VotarVotos participante1 año en 1 postVotarVer otros participantes

Mi hijo

Hace días que pasé por el blog de Vicky y me quedé con las ganas de verle la cara a mi hijo virtual...

Pues bien, ya he tenido cinco minutos seguidos para ponerme a la tarea... y ahí va el resultado:

No hubiera sido feo, ¿verdad? Eso sí, yo habría preferido niña, que conste. Para llenarla de lazos, puntillas, volantes, flores,... Vamos, una auténtica cursilería de niña.

Quien quiera animarse, que se pase por aquí...

miércoles, diciembre 17, 2008

Todo lo que quiero para Navidad...

... eres tú... Al menos, para esta Navidad, ¿no?



All I want for Christmas, de la B.S.O. de Love Actually.

domingo, diciembre 14, 2008

Un premio para soñar

Sueño con el olor a jazmín. Y azahar. Sobre todo a azahar. Sueño con los naranjos en flor, con una luz tenue, con la brisa que te empapa de duende al cruzar el puente.

Sueño con el rasgueo de una guitarra. Con unas palmas a compás. Con un paseo de caballos.

Y sueño, claro está, con un festival de volantes, con una cintura ceñida, con una silueta en forma de guitarra... Con una mirada cómplice bajo un cielo de farolillos, con una caricia robada en mitad de una sevillana, con una letra susurrada al oído en una noche de luna...

Sueño con la magia.

Y, mientras llega, me alegro por un premio que me ha hecho volver a soñar. Se lo ha ganado Vicky Martín Berrocal, Mejor Diseñadora de Trajes de Flamenca según la revista Glamour. Motivos no le faltan para llevarse el galardón: sus diseños son elegantes y respiran esencia andaluza. Duende. Tienen fuerza. Tienen garra. Y supongo que el simple hecho de vestirlos debe de transportarla a una a la mismísima gloria hispalense.

Yo, por el momento, tendré que esperar. A poder comprarme un modelo de Vicky, al jazmín, al azahar, a la brisa, a la guitarra, a las palmas, al paseo de caballos... Tendré que esperar a la magia.

Pero ya queda menos. Y, entretanto, puedo seguir soñando. Incluso despierta.

martes, diciembre 09, 2008

Menuda conquista

Me levanto. Me despierta el timbre. Si no, aún seguiría en la cama. Creo, ilusa de mí, que es mi madre, que me trae el desayuno. Pero no. Es la cartera. Con un certificado. Uff. El catastro. Puag. No lo entiendo. Mucha cifra y poca letra. Ya me lo dirá el banco cuando vengan los recibos. El banco. Tengo que ir. Pero hoy no. No.

Vale, va, no me acuesto. No son horas y he dormido mucho. Venga, va, a levantarse. Hay que ser productivo.

Pongo la tele mientras me preparo el desayuno. Demasiado desayuno para tan poca actividad física. Debería ir al gimnasio. Pero no, hoy no. Llueve. No en el gimnasio, pero llueve. Y tengo que poner lavadoras.

La tele. Hablan de no sé qué, hasta que empiezan a hablar de las parejas. De las mujeres que ganan lo suficiente como para vivir solas, y de la conquista que supone la propia soledad.

Eso, la conquista. Ya no soy solterona. No. Soy una conquistadora.

Y como quiero dejar de serlo, me tomo el desayuno deprisa y corriendo, cambia que te cambia de canal, hago la cama, me lavo como los gatos, me visto, y me subo con mi madre. No es un novio, pero es la única que me da cariño. A veces. Y sólo un ratito. Sólo antes de irse a trabajar.

A ella no le hablo de mi conquista. A ella voy a terminar por reconocerle que ya paso de la independencia. Que quiero que me quieran. Un poco, un poquito nada más. Y que esto de la soledad es una mierda.

Menuda conquista.

jueves, diciembre 04, 2008

Gracias, Manuel


Hace casi una semana que tenía que haber escrito este post, pero bueno... todos sabéis de mi inconstancia, así que no voy a disculparme ni a fustigarme más de la cuenta.

Sólo voy a agradecer a Manuel Durán –alma mater de la entrega anual de los premios que otorga la Peña Los Olivares a los triunfadores de la feria de San Sebastián de los Reyes– que, un año más, me invitase a compartir con amigos de verdad una noche inolvidable.

Sencillez, prestancia y brillo fueron, una vez más, las claves de esta velada. Y, aunque la cita es un clásico en mi agenda, esta nueva edición la recordaré con más cariño aún que las anteriores. Fue especial. Especial de veras.

Así que, aunque sea tarde, gracias, Manuel.

Libre

La libertad no se logra. No se compra ni se vende. No se espera. No se construye. No se gana. No se regala.

La libertad se siente.

Dice que está libre. Que es libre. Pero no. No lo es. No es libre porque su corazón sigue atado. Porque sigue anclado en otra historia. En otro mundo. En otra vida. Y le habrán dado todas las cartas de libertad que él quiera –las haya pedido o no–, pero no será libre, libre de verdad, hasta que no ahuyente sus propios fantasmas. Hasta que no abra su corazón. Hasta que no busque el infinito. Hasta que no deje de dar vueltas a sus propias pesadillas para dejarse llevar por sus sueños. Los pasados, los presentes o los futuros. Da igual. El caso es soñar.

Porque para ser libre hay que tener algún sueño. Y en cumplirlo consiste la libertad.

Al menos la del corazón.

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