viernes, noviembre 28, 2008

[Sin comentarios]

Una imagen vale más que mil palabras. Y quien dice una imagen dice los peep-toes con calcetines... o, sobre todo, la risa de Figar y compañía. Ay, que me da que de la jefa no se ríe ni Dios... con perdón.

jueves, noviembre 27, 2008

Dejada por naturaleza

Lo reconozco. Soy dejada por naturaleza. Y eso que la naturaleza no me pone. No es que la desprecie, ni que le falte al respeto. Es que la vida estilo Félix Rodríguez de la Fuente no se hizo para mí.

Es por ello que casi todo lo dejo a medias. Que me falta constancia. Que casi nunca llevo a buen término lo que me propongo. Que me dejo llevar por la vagancia, por el "luego", por el "después le pongo más ganas", y así me va. Vagancia suprema, "nunca" y "las ganas no llegan, porque hay que ponerlas antes".

Lo digo por eso de llevar una semana sin escribir. Porque yo, señores, me había propuesto escribir cada día. Aunque, después de casi treinta años de experiencia empírica, puedo decir que los propósitos están precisamente para eso, para no cumplirlos. Sobre todo si no existe un compromiso en firme con uno mismo, que, a la postre, es el más fugaz de todos los compromisos.

Y claro, en una semana sin escribir, se me ha colado por el hueco de la inconstancia, por ejemplo, cantarle el Cumpleaños Feliz a Menchu, escribir unas líneas para concienciar sobre la lacra que supone la violencia de género –sí, ya sé que es un tema manido, pero nunca me cansaré de ponerlo sobre la mesa–, recordar a una persona a quien quise mucho y que falta desde hace un año o celebrar con todo mi sentimiento cofrade –que cada vez es más intenso, aunque pueda parecer un tanto friki– el primer aniversario de un blog que, desde hace días, logra que mi mesa huela a incienso, a canela y clavo, a naranjos recién florecidos... a Sevilla en pleno alarde de Pasión. Enhorabuena, Caballa, y que cumplas muchos más.

Me propongo escribir más. Y más a menudo. Pero, ya saben: es sólo un propósito. Y de año viejo. Uf.

jueves, noviembre 20, 2008

A solas

He estado cinco días a solas. Con gente, pero a solas. Sin cerrar del todo la boca, pero en silencio. Sin darle vueltas a las cosas, pero pensando. Sintiendo. Queriendo. Queriéndome.


Me he dado cuenta de muchas cosas. No caben en una entrada. Quizá no quepan en un libro entero. O puede que se resuman en una sola frase. O en un solo pensamiento. O en apenas un par de palabras.


Necesitaba parar. Echar el freno. El de mano. Nada de pisar un poquito con el pie, pero con la vista puesta en el pedal de al lado. No. Frenar. Frenar de veras. Parar. Recomponerme. Relanzarme. Empezar. De nuevo. Y nueva.


Las cosas no pintan demasiado bien. Todos se empeñan en decirlo y, lo que es peor, la realidad les da la razón. Pero yo, que no presumo de optimista, no siento el agobio sobre mi cabeza. Ni en el pecho. Ni en el estómago.


En el estómago lo que tengo son mariposas. Y no sé lo que significan, pero dudo que se transformen en pájaro de mal agüero.


Por una vez, lo dudo.

De momento, no hay por qué preocuparse. El mundo se ha detenido a mis pies y yo he escrito desde el cielo.

No puedo pedir más.

jueves, noviembre 13, 2008

Cuando la crisis es más que un número

Sí, he caído. Yo también hablo de la crisis. Pensaba evitarlo, porque estoy harta de que, de cuatro palabras que se oyen al cabo del día, una sea "crisis". Porque me supera. Porque me deprime. Porque me agobia. Porque me aturde.

Pero ahora no puedo seguir tapándome los oídos, seguir cerrando los ojos y decirle al mundo eso que canturreábamos de canijos, cuando algo no nos convenía... cómo era... eso de "Habla, chucho, que no te escucho...". No, no puedo obviarlo.

Porque la crisis es ya la Crisis, así, con mayúsculas. Ya no son números. O no sólo números. Tiene muchos nombres, nombres y apellidos y, aunque los ha tenido siempre, ahora cada vez están más cerca, cada vez afectan a más gente conocida... y cada vez se le encoge a una más el estómago cuando oye hablar de un nuevo cierre, de un nuevo despido, de un nuevo recorte... De una nueva historia de horas en la cola del Inem, de envío masivo de currículos, de entrevistas que no llegan, de cifras que se tornan rojas, de cuentas corrientes menguantes... de ilusiones caducadas, de esperanzas dormidas, de suspiros embargados... De pasados que siempre fueron mejores, de presentes que se tornan negros y de futuro que apenas acierta a dibujarse en la espesura de la niebla.

Hoy la Crisis lleva prendido el logo de Localia. Y duele. Duele mucho. Duele por todos mis compañeros. Los de antes y los de ahora. Duele por tantas horas de buen trabajo. Duele por tantos buenos profesionales. Duele por tanto cariño. Duele por tanta ilusión. Duele por tanta lucha.

Duele porque allí empezó a cambiar el rumbo de mi vida. Porque allí me regalaron siempre una sonrisa. Porque allí creyeron en mí. Porque allí me enseñaron. Porque allí confiaron.

Porque sin ellos, no sería lo que soy. Si es que soy algo, claro.

Espero que volvamos a encontrarnos pronto. Muy pronto. Todos ellos merecen lo mejor. Porque son los mejores.

miércoles, noviembre 12, 2008

Necesito respirar Sevilla

Amanecer en Triana, en calle Betis, sentadita junto al río, viendo cómo se despereza el sol, rojo, todo rojo, reflejado en las aguas templadas del Guadalquivir.

Despertar en la calle Pureza, todas las calles blancas, mis pies dejando atrás la tristeza de sus pasos en el empedrado.

Acariciar el día en el Altozano, y robarle el corazón a Belmonte, que sigue oyendo su latido entre la gloria de la Puerta del Príncipe y la majestuosidad de la Giralda.

Cruzar el río y perderme en la locura de la calle Sierpes, arriba y abajo, y dejarme llevar por mis pasos, primero hacia el Salvador, más tarde, de nuevo, a La Campana, y volver por Tetuán a Plaza Nueva, y enfilar hacia la catedral, y embriagarme de la esencia de Santa Cruz.

Y soñar con una nueva noche de azahar. Y con un beso robado en un patio cuajadito de macetas. Y con la magia que brota de un surtidor de agua.

Y abrir los ojos y, aunque sea mentira, respirar. Y sonreír para seguir viviendo.

Eso, eso es. Necesito respirar Sevilla.



Miguel Bosé y Amaia Montero, Sevilla.

lunes, noviembre 10, 2008

Qué risa la de aquella noche

Hacía tiempo que no sonreía como lo hice el pasado sábado. Prometo repetir la operación. Hace falta estirar el cutis. Y con actuaciones tan grandiosas como las de Roberto y Enric, los compis de España Directo, es fácil tirar de sonrisa.

¡¡Gracias, chicos!!



P.D.: Por cierto, querido Roberto, a las sevillanas te reto yo... ;)

domingo, noviembre 09, 2008

El alma en una imagen


La felicidad. La inquietud. La alegría.

La mariposa en el estómago. La lágrima que empapa la sonrisa. La mirada brillante.

La respiración entrecortada.

La mano amiga que sostiene un velo con un broche heredado.

La lazada azul, la pulsera nueva, la diadema prestada.

La niña que sueña con convertirse, ella también, un día de estos, en una princesa blanca.

La vida, en estado puro.

El corazón, en un puño.

El alma, en una imagen.

Y todo en sus ojos: Ruth Zabalza.

sábado, noviembre 08, 2008

La última noche

¿Te imaginas que esta noche fuera la última noche? ¿Te lo imaginas? ¿Que no existiera mañana? ¿Que el plano fundiese en negro y ya no hubiera tiempo siquiera para una carta de ajuste?

Mi duda es: si esta noche fuera la última noche, ¿tú te enterarías? Sí, creo que sí. Y, dado que te enterarías, ¿cómo reaccionarías? ¿Qué pensarías? ¿Dirías algo? ¿Sí? ¿Qué? ¿A quién?

¿Y después? ¿Qué harías tú después? ¿Recordarías aquellas otras noches? ¿Recordarías mi mirada? ¿Las tonterías que nos decíamos? ¿Aquel último café que nunca tomábamos? ¿La distancia absurda en el sofá? ¿El primer abrazo, casi forzado? ¿El beso inventado en la mejilla?

¿Y el de verdad? ¿Recordarías el beso de verdad?

¿Y lo demás? ¿Lo recordarías? ¿Me recordarías?

¿Serías capaz de recordar lo que no existió si esta noche fuera la última noche? ¿Echarías de menos la historia que no se escribió si mañana todo fuera negro? ¿Te atreverías a querer mañana, sabiendo que hoy se acaba todo?

¿Y querrías mañana, si yo no estuviera, pintar el amanecer de azul turquesa? ¿Sí? ¿Querrías?

Pues es una pena... porque me temo que esta noche no va a ser la última noche. Me temo que no.

Algo contigo



Rosario Flores, Algo contigo.

jueves, noviembre 06, 2008

Adicta al Facebook

Puede que sea patético, pero no me duelen prendas en reconocerlo: mi vida virtual es mucho, pero que mucho más rica que mi vida real, que de puro plebeyo se está tornando en rutinaria. Mucho más rica y mucho más intensa, todo sea dicho.

La fiebre por la @ comenzó con el Messenger. Gracias a los muñequitos de Windows me adosé a mi primer novio-novio, que resultó siendo tanto o más virtual que su cuenta de correo, porque, claro está, en la distancia -sobre todo si de distancias cibernéticas se trata- todos los gatos son pardos y las visitas, placenteras.

Del Messenger pasamos, años después y con no pocos vaivenes, al mundo blog. Éste me ha servido, más que para enamorarme, para "amistarme" (mucho) y "autoafirmarme" (en menor medida, pero, qué coño, también).

Y del blog -y tras Flickr, que también tiene su punto-, pasamos al Facebook, donde entré por ver qué era aquello del perfil público de Bibiana Aído, que se comentaba por doquier cuando la hicieron ministra. Y, qué quieren que les diga, me paso más tiempo husmeando en el 'libro de las caras' que leyendo la prensa -cosa que no me vendría nada mal, no sólo por mi profesión, sino también por mi aspiración-.

Me he hecho adicta al Facebook. Allí me he reencontrado con gente de la que hacía años no sabía nada -pero nada de nada- y he conocido más -mucho más- sobre otras personas a las que tengo más cerca de lo que pensaba.

Es pintón. Muy pintón. Y sacia las ansias de las cotillas como yo.

Qué pasa. Siempre tuve alma de portera. ¿Algún problema? Ah, creía.

miércoles, noviembre 05, 2008

Todo es posible en América

La Historia se está escribiendo ante mis narices... ¡y yo con estos pelos! Sí, sí, que Obama ha ganado. Que las encuestas, por una vez -o una vez más, según y depende- han acertado, y que la esperanza se quita el manto verde para vestir de negro. Por raro que parezca.

Desde este 5 de noviembre de 2008, el futuro, ese futuro que invocamos como sinónimo de optimismo y prosperidad, ya no se ve de color de rosa. Qué va. Ahora se ve negro. Y todo por Obama. Y por su "Yes, we can". Y por la fe. La que ha puesto en él una abrumadora mayoría de estadounidenses y, por qué no decirlo, mucho más de medio mundo. Y más de tres cuartos, tal vez.

Este miércoles frío se está escribiendo la Historia, así, con mayúsculas, y yo, que acostumbro a renegar de las raíces de mis mechas cuando la actualidad se viste de titular a cinco columnas y todas las letras son negritas -más allá del color del presidente de los United States-, cojo y me voy a la pelu. Pero hoy no voy de intelectual. Qué va. Que la última vez que me puse finolis, pedí que me cortasen el pelo a lo Rachida Dati y, tras la debacle, por poco cambio de modelo y termino rapándome a lo Demi Moore en La teniente O'Neil. Hoy simplemente quiero que mi futuro también cambie de color. Y, a ser posible, de estilo.

Eso sí, de momento no me atrevo con el negro. Y con el corte, me atrevo por poco. Sólo porque el pelo crece. Por lo demás, soy incapaz de aplicarme la doctrina Obama. En cuestión de pelos, lo reconozco, "No, I can't".

Por cierto, no lo he dicho, pero me alegro. Por Obama. Y por mí... "y por todos mis compañeros, pero por mí el primero". Como en el escondite. Aunque, eso sí, el que no se ha escondido ha sido McCain. Un caballero ha sido cuando ha pedido unidad. Que arrimen el hombro para sacar al Imperio del atolladero.

Se ha merecido una bolsita de sus patatas. Pero fritas como Dios manda, con aceite de oliva. Que se lleva lo hispano. Ténganlo muy en cuenta.

Ah, y que sea enhorabuena.

martes, noviembre 04, 2008

¡Temblad, infieles!

¡Temblad, infieles del mundo, temblad! Vuestra gloria tiene los días contados. O casi.

Las cornudas, hartas de llevar los pitones a cuestas, han decidido ponerse la rabia por montera y pegar cornadas a diestro y siniestro. Que para siniestras, ellas. O nosotras. Vaya usted a saber.

Nace Descubre al infiel, un portal donde se identifica con pelos y señales (pero sólo con el nombre de pila, por aquello de la intimidad que ellos mismos dejan a la altura del betún con sus aventuras varias) a los infieles del mundo entero, se ofrecen consejos para superar una crisis pitonil, te ponen el hombro para que llores en un peculiar muro de las lamentaciones y... ¡hasta dan consejos sobre sexo! (aunque, en este sentido, apunto yo: ¿cómo mantener la compostura en la cama con un tío que sabes que viene de hacer lo mismo con otra incauta como tú?).

Y, para que no falte de ná, hasta el propio infiel tiene su minutito de gloria con el que explicarse, defenderse o vanagloriarse, según el estado de su autoestima... Dice el muy cachondo que no nos entiende: "Con los años pensé que encontraría respuestas. El tiempo no me las ha dado, pero sí hallé la solución: no preguntarme absolutamente nada"... y digo yo que lo mismo nos pasa a nosotras... así que, de momento, la menda va a empezar a borrar todo tipo de interrogantes; después, se pondrá el mono de faena y pondrá sobre aviso a las féminas de aquellos "sus" infieles que andan sueltos...

Lo de Los hombres de mi almohada era sólo un aviso... ¡¡seguid temblando!!

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