Estos días me he propuesto hacerme buenos propósitos. Y no es una redundancia. El primero, terminar mi libro a tiempo. Y, para eso, leo. Vuelvo sobre mis letras y repaso las ajenas en busca de algo parecido a la inspiración. Y hoy la inspiración llega en forma de entrevista: la que hace Antonio Lucas a Carlos Marzal en El Mundo, y de la que extraigo frases como éstas:
- "La literatura es el arte de explicar lo que no tiene explicación alguna".
- "Los títulos han de procurar coger al lector por el cuello, o por donde se deje. Son la primera frase del texto y la atención hay que ganársela ya desde ahí".
- "Como en cualquier libro, no se aspira a la verdad, sino a lo verdadero. Toda escritura es una fábula, incluida la lista de la compra. Los personajes y lugares de la literatura, por más que lleven nombres reales, son siempre el producto de un artificio, y son el símbolo del mundo".
- "La literatura es un arte de marear y de no marearse más de la cuenta, de explicar lo que no tiene explicación ninguna: la vida y el mundo".
Las leo entre pieza y pieza, porque estos últimos días en la tele han sido bastante productivos -seamos elegantes, que es Navidad- y apenas he tenido tiempo para pintarme la pestaña. Pasé la Nochebuena trabajando y, aunque no negaré que se está más a gustito en casa, comiendo turrón y lamentántome por la posterior riña de la báscula, el balance del brownie navideño fue bastante positivo. Currar con Carmelo siempre es un lujo y contar con amigos que te ayuden a salvar el tema y profesionales que te den todas las facilidades puede convertirse en el regalo más deseado un 24 de diciembre.
Primero, farmacia de guardia. Una de verdad. Entre Almax, Frenadol y Vispring -bueno, y algún que otro lubricante combinado con preservativos- comprobamos que las farmacéuticas "agraciadas" con la noche en vela no paran un momento, ni para catar el turrón (pincha aquí para ver el reportaje de laSexta Noticias).
Después, cena de urgencia en el chino -y no todos estaban abiertos, que conste-. Semejante escena surrealista no podía quedar sin inmortalizar.
Y, tras coger fuerzas con rollito primavera, arroz tres delicias y pollo con almendras -un clásico, sí, pero no estaba la noche para innovar-, nos lanzamos a la aventura de recorrer la noche madrileña en taxi. Fernando, nuestro taxista particular, nos contó que trabaja en Nochebuena, Nochevieja, Reyes y otras madrugadas de guardar, porque es la única manera de llevarse un dinerito extra al menguado bolsillo. Trabaja once horas cada noche, pero en días como éstos le compensa el atracón de volante, porque puede llegar a recaudar el triple de una noche cualquiera (pincha aquí para ver el reportaje de laSexta Noticias).
Lo peor de la noche, el vaticinio de Fernando. No es que sea pitoniso, sino que por su taxi pasan personas de todo tipo y condición, le comentan cómo les va la vida, así, sin querer, y todos coinciden en que la cosa está jodida. Y más que se va a poner.
Pero que no cunda el pánico. Mientras llega la jodienda -o más bien mientras se prolonga-, pidamos a los Reyes una dosis extra de vaselina y dejémonos llevar. Aunque sea en taxi.
Antonio Lucas es muy bueno, para mí lo único salvable de El Mundo junto con David Torres y Villena (por lo menos hacen literatura). A veces es mejor trabajar en esas noches y no aguantar esas cenas familiares solamente asimilables tras certeras combinaciones alcohólicas. un saludo
ResponderEliminarMe quedo con esta verdad : "no por falta de ganas, sino por falta de tiempo" <-- no te imaginas como te entiendo!.
ResponderEliminarQue todos tus deseos lleguen a buen puerto y cumplas todos tus propositos.
Te deseo un Feliz 2011!
Bss!
Pd: La felicitacion saldra mañana en el blog, pero yo me adelanto...
Jorjowski, bienvenido al blog. A mi, aparte de Lucas y Torres, me gusta Gistau y, por supuesto, Rigalt.
ResponderEliminarWilliam, ¡cuanto tiempo sin verte! Te deseo tambien que se cumplan todos tus deseos.
Un beso a los dos.