El orgullo de ser Antonia

Yo soy una Antonia. Aunque me llame Noelia. Y estoy orgullosa de serlo. Noelia, pero sobre todo, Antonia.

Ser Antonia significa que no eres perfecta -como todas-, pero, además, lo sabes. Y no pretendes serlo. No es tu fin. Te aceptas como eres -en mi caso, sólo a veces- y sabes que hay algo más allá de los anticelulíticos, el botox, Dior y el Photoshop.

Por eso cuando descubrí Antonia me enganché. Me gusta leerla y me gusta escribir en ella.

Porque es una revista online fresca, que no juzga a las mujeres en función del número de arrugas que tenemos o de los kilos de más que no nos podemos quitar; no nos venden productos imposibles ni nos obligan a ser perfectas. Más aún: nos demuestran que cada una es óptima en sí misma, entre otras cosas porque es irrepetible e imposible de clonar a golpe de retoque fotográfico.

Hoy, otra de mis revistas favoritas (Yo Dona) publica una entrevista que hizo a Mabi y Pau, las madres de la criatura en la que "Cualquier mujer puede ser portada". Y yo os pongo el link porque me siento orgullosa de colaborar con ellas... ¡¡y porque citan dos de mis trabajos!!: la entrevista a Erika Lust y mi artículo sobre depilación (en tono irónico, como no podía ser de otro modo).

Ay, acabo de engordar otro kilo (más). De plena satisfacción.