domingo, febrero 14, 2010

Valentines


Odio San Valentín. Sí, sí, lo odio. Y no me duelen prendas decirlo. Lo odiaba cuando yo quería y no me querían, lo odiaba cuando me querían y la que no quería yo y lo odio cuando quiero y me quieren.

Odio los besos enlatados, las rosas rojas a granel y las lisonjas que empalagan. Odio las palabras vacías y las convenciones llenas. Los abrazos obligados, los "te quiero" que se ensayan y se dicen sin pensar. Las cenas a dúo preestablecidas de antemano por el calendario.

En Madrid han llovido globos rojos en forma de corazón. Qué potito. Pero yo no quiero globos rojos ni cajitas con anillos dentro. Ni champán a la luz de las velas. Ni bombones. Ni collares. Ni abrigos, ni pendientes, ni relojes que se paren una vez al mes. Yo no quiero un Día de los Enamorados. Yo quiero enamorarme cada día. Y no desenamorarme nunca. Y quiero que ese amor sea de verdad. Sin fisuras. Sin vaivenes. Sin excusas. Sin dudas.

Y sé que quizá eso no exista. Por eso odio San Valentín.

Ayer leía a Alain Badiou y tenía que pellizcarme para comprobar que sí, que era verdad lo que estaba leyendo. Que un filósofo marxista, uno de los padres ideológicos del 68, aún no esté desencantado del querer y diga que "El amor es un camino, una vida, que no se enfoca desde el punto de vista de uno sino de dos". Hoy lo cita Carmen Rigalt y añade una cita algo más prosaica, pero más cercana –muy habitual en las estampitas que antaño repartían las monjas, apunta–: "Amar no es mirarse el uno al otro, sino mirar juntos en la misma dirección". Toma ya.

Yo me quedo con la versión del amor que hoy me regala mi Rigalt de mis entretelas: "No reniego del amor romántico, que haberlo, haylo. Es la versión más escenificada en la literatura y el cine de un sentimiento abrupto, próximo a la enajenación. Pero la vida nos ha enseñado que los enajenados no tienen capacidad para mirar en la dirección de nadie y entregarse a 'la esencia de la alteralidad', como la llama Badiou".

Insisto: paso de Valentines. Y, sobre todo, de enajenaciones. Por muy románticas que sean.

Foto: EFE

2 comentarios:

  1. Muy bonito Noelia, muy bien contado, me encantan tus post!

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  2. ¡Gracias, Diva! Yo no puedo ver tu blog... y me encantaría!!

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Gracias por contribuir a este blog con tus comentarios... pero te agradezco aún más que te identifiques.

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