Preguntas teledirigidas. Entrevistas pactadas. "No digas esto". "No hables sobre lo otro". No, no, no. El periodismo está descafeinado: en las ruedas de prensa todo el mundo se traga la morcilla del parlante de turno y nadie pregunta nada. Para qué. A tragar información oficial y a escribir lo que quieren que se escriba. Amanuenses de la información. Eso son ahora muchos "periodistas". Eso y muñecos parlantes. Qué penita.
El otro día tuve la ocasión de hablar con una periodista de verdad. De rompe y rasga. De corazón -y no sólo "del" corazón-. Rosa Villacastín me recibió en su casa -junto a mi equipo de AVNC- para hablar de su nuevo libro, Si a los 60 no te duele nada, es que estás muerta (Ed. Temas de Hoy), y me contó una anécdota de lo más sabrosa que puede ilustrar la definición de "periodista" en cualquier diccionario que se precie.
"Tenía que entrevistar a Richard Gere, que estaba en España promocionando su última película", me contaba; "era la típica entrevista en la que tienes diez minutos contados y la gente de la productora te rodea y te 'vigila' para que no te salgas del guión preestablecido. Y en éstas que me siento frente a Gere y me quedo callada. Él me dice: '¿No me vas a preguntar nada?', a lo que yo respondo: 'Es que me han dicho que no pregunte acerca de tu vida privada y, la verdad, tu vida privada es lo único que me interesa'... porque entonces estaba en la picota por su relación con Cindy Crawford y mi trabajo consistía en que me hablase de ello".
No sé cuántos "colegas" serían capaces de hacer esto. Me temo que muy pocos. De hecho, habría que empezar por no asistir a ruedas de prensa y presentaciones encabezadas por la ya manida frase de "No se admiten preguntas". Pues si "No se admiten preguntas", ¿qué pintan allí los medios?
No sabe, no contesta. Digo "no pregunta".
Foto: terra.es
El periodismo no se atreve por miedo a perder las miguitas que lanzan los protagonistas de las noticias. Eso se ve sobre todo en la política, donde se echan tanto de menos las preguntas y aún más las repreguntas, un género casi desaparecido. Esas ruedas de prensa con el "no se admiten preguntas" son un atentado tan grave contra la democracia como aceptado por quienes deberían ser sus protagonistas.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo, Petrarca. Sobre todo en lo de las repreguntas. Muchos "cachorros" no saben ni lo que es.
ResponderEliminarEstá claro, si no se admiten preguntas, no se debería ir a las Ruedas de Prensa. Para eso, que manden una nota de prensa, o un videocomunicado.
ResponderEliminarRecuerdo que quién puso de moda esta falta de demócracia en las ruedas de prensa por parte de los politicastros en España fueron los muchachos de Herri Batasuna.
ResponderEliminarEstá claro que todo lo malo se pega.
El otro día Zparo se quedó pasmado porque una compañera tuya, Noelia, le hiciese una pregunta incomoda. Partiendo siempre de la base que una pregunta incomoda para la casta política es aquella que no los alaba.
Alabados sean sus señorías...serán..me callo.
Llevo ya años quejándome de este fenómeno, sí. Es curioso, porque le quita al periodismo toda razón de ser y a casi nadie parece importarle. Si el periodismo es el cuarto poder (sí, sí, podéis llamarme ingenuo, loco o lo que queráis...), ¿cómo es posible que esté tan supeditado a los otros?
ResponderEliminarNo son demasiadas las entrevistas que he hecho o las ruedas de prensa que he cubierto, pero nunca me he encontrado, por suerte, con indicaciones de este tipo. Sí es cierto que en una entrevista, la persona a la que entrevisté me pidió hacer unos cambios en lo que iba a publicar (yo le ofrecí leer la entrevista antes, por lo que me pareció fuera de lugar negarme a cambiar lo que me pidió). Fue una decepción, porque rebajó bastante algunas afirmaciones valientes que había hecho. Nada demasiado sustancial, pero reconozco que mi corazoncito periodístico se resintió un poco.
Bate: me gusta lo de "Zparo". Buen mote. Atinado. El problema ya no está en que ellos no acepten preguntas incómodas, sino en que nosotros ni siquiera las planteamos.
ResponderEliminarJuan: es indignante que desde arriba te pidan cambiar las cosas. Puedo entender ciertos ajustes de edición, pero no "escribir al dictado". Si quieren que se publiquen ciertas cosas, que las firmen ellos.
Pero ¿y qué hay realmente independiente? Quiero decir, no se conoce aún ningún medio de prensa que no esté supeditado a las leyes de mercado. (todos "tragamos" para comer... vaya gracia que me ha salido...)
ResponderEliminarPor ende, "casi" no existen periodistas que estén dispuestos a escribir en contra (o, la verdad) de los intereses de su propio medio. O resumiendo, ¿quién está dispuesto a jugarse el pellejo? Haciendo un paralelo dime tú qué democracia está dispuesta a hacer lo que realmente cree, si lo que cree está en contra de las inmaculadas leyes de mercado... Y no estoy en contra del mercado, sino de la hipocresía.
Nico, tienes razón. Al final, todos estamos "a las órdenes de alguien". Lo que me parece mal es que quienes se ponen frente a los periodistas les pongan trabas de antemano. Si no quieres que te hagan preguntas, no convoques a los medios.
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