Con lo bien que llevaba yo febrero, escribiendo cual posesa y menos ciclotímica que nunca, y llega el lunes, y empiezan mis casting y, aunque en mi vida he visto a tanta gente como en los tres últimos días, me veo obligada al disconecting people.
Ni escribo, ni leo, ni apenas hablo por teléfono. Sólo sonrío, escucho, suelto mil veces el mismo sermón, tomo notas y cruzo los dedos para que la gente que me gusta sea la que debe ser –y la que el cliente piensa que es–.
Es bonito ver cómo la gente busca una oportunidad. Ver que cogen un avión desde Lisboa, que se pegan un viaje de catorce horas desde la otra punta de España o que van y vienen en el día a Barcelona sólo para cumplir el sueño de dar el salto a una cadena nacional. De seguir saltando. Sobre todo, saltando obstáculos y pasando líneas de meta.
Acojona darse cuenta de que los jóvenes pisan fuerte. Que si estudiaron en Londres, han vivido en Nueva York, hablan tres idiomas o han tenido su propia agencia de modelos y emprendido carrera con una web pionera. Eso por no hablar de las auténticas modelos que desfilan ante la cámara, con sus rostros perfectos y su voz angelical, y esa estatura... bueno, para qué hablar de la estatura cuando una no llega siquiera al 1'60... que por eso dice uno que yo me sé que veo a todo el mundo alto, porque los bajitos somos así.
Supongo que la clave está en saber lo que se quiere. Fijarse un objetivo y plantearse la estrategia más adecuada para lograrlo. Eso y confiar en las propias posibilidades. Y no dejar de mejorar.
Ése ha de ser mi reto. Aunque los treinta ya no los cumpla. Al fin y al cabo, dicen que la juventud llega hasta los 35...
Y más lejos aún , Noelia, que yo tengo 38, no te pases tron..
ResponderEliminarSe te echaba de menos por este mundo.
Jejejejeje... ya sabes eso que se dice, que los años no es lo que pesa... jejejeje.
ResponderEliminarBesos.