![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh4Sof5J2tNDlond8CTDlHab1XmP761LoSOA9t5ID-aQDNkiTbPZ15tnw_cbqucjz2tGPdpGLFSjZR7dufCcufXqRjm7PjIZZkJrknjTdbBcGbch-eUwXNjWbMwQahYQJZlUjo_/s320/ni%C3%B1aconflorfotogratis.jpg)
Despierto, algo inquieta. Sin sobresaltos, pero con la respiración agitada. No sé qué he soñado. No lo recuerdo. Tengo la sensación de estar sudando, pero a la vez noto la piel de gallina. Serán cosas mías.
Cierro los ojos y vuelvo a abrirlos. Despacio. Me pesan los párpados. La penumbra me aturde. Sólo alcanzo a percibir a golpe de tacto, porque no veo, y tampoco oigo nada en medio de un silencio atronador.
Pero allí, al otro lado de mi piel, fría y sudorosa a un tiempo, la paz se viste de sonrisa en tu boca, y la quietud traspasa tu brazo para posarse en mi mano, más pequeña y frágil que otras veces. Y dejo de ser frágil, y soy menos pequeña, y ni sudo ni tengo frío. Ni suena el silencio. Ni destella la penumbra.
Estás tú.
Imagen: Foto Gratis
Bonito, Noelia.
ResponderEliminarUn abrazo,
Miguel
Gracias, Miguel. Me alegra leerte de vuelta por mi casa.
ResponderEliminarUn abrazo.