jueves, marzo 19, 2009

De nuevo, el nudo

Creí que nunca podría volver a sentirlo. Que nunca más tendría ese peculiar pellizco en el estómago.

Se fue hace poco más de un año. He intentado recuperarlo, en vano, aun a sabiendas de que el nudo llega cuando no se le llama, y de la mano de quien menos te lo esperas.

Y hoy, hoy que lo he recuperado, he vuelto sobre mis pasos para recordar aquel otro nudo... y para demostrarme a mí misma, tras mirarme en el espejo de mis palabras, que sí, que siento algo parecido. Parecido, pero mejor.

De todo lo que escribí entonces, me quedo con esto:

Vivo más acompañada que nunca. También sola. Descubro en ti lo que nunca tuve. Lo que soñé, despierta y dormida, pensando que no podía existir más allá de mi cabeza. Lo que pedí, lo que sigo pidiendo siempre y lo que pediré toda la vida. Todo aquello en lo que creo, aunque dejase de creerlo, porque llegué a creer -incrédula de mí- que nunca lo encontraría.

[...] Me acompañas. Me acompañas cuando estás, y también cuando te marchas. Cuando hablas y cuando callas, cuando sólo respiras. Incluso cuando llega el viernes y me despido, sin querer, como si me fuera la vida en ello, porque sé que me queda una eternidad para volver a tenerte sin haberte tenido nunca. Sólo con tu voz. Con tu voz y con tu aliento.

Pero aun entonces me acompañas. Aun estando sola. [...]

Porque al mismo tiempo que tú se quedó conmigo un nudo -"el nudo", ¿te acuerdas?-, que me aprieta, que me oprime, que me dice que no intente entender toda esta marea, que sólo me deje arrastrar. Que la gente de tierra adentro nos asustamos con esto de las corrientes, pero que lo único que puede ocurrirte si te dejas llevar por la marea es que te arrulle la luna, que la luna, al fin y al cabo, es la dueña y señora de todos estos vaivenes.

Y se hace de noche y la miro. Y la miro y me mira y me dice que quizá tú la mires también, y le pido que me guarde este secreto.

Con esto, y con el comentario de mi siempre sabia y siempre amiga Esteffi... que, como siempre, también aquella vez tuvo razón:

Sabe esperar, aguarda a que la marea fluya, así en la costa un barco, sin que el partir te inquiete.
Todo el que aguarda sabe que la victoria es suya, porque la vida es larga y el arte es un juguete.
Y si la vida es corta y no llega la mar a tu galera, aguarda sin partir y siempre espera, que el arte es largo y además, importa.

6 comentarios:

  1. Pues que ese nudo te atenace fuerte el estómago para que, cuando se deshaga, no pierdas la felicidad que te hoy procura...

    Un abrazo,

    Miguel

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  2. Ahora, espero y deseo que el nudo que has trasmitido a mi garganta, afloje la tuya y puedas gritar con la voz alta y clara, vaciando los pulmones: ¡¡¡¡¡Soy Feliz!!!!
    Un anudado beso
    Salud

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  3. Gracias, chicos. En cuanto pueda, cuento más. De momento, está todo en el aire... pero es tan bonito...

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  4. Vive esa ilusión aunque aún este en el aire,esos nudos en el estómago o en la garganta son los que nos recuerdan que estamos vivos y que sentimos, que somos personas.

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  5. Tienes toda la razón... los nudos son señal de que estamos vivos.

    Gracias por pasarte de nuevo... y perdona que te tenga un poquito abandonada.

    Muchos besos, Lorena.

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  6. Te diría que aprovechases el momento del nudo, pero no, porque ya lo estás haciendo, está aquí, está escrito.

    Me quedo con esto : " Me acompañas. Me acompañas cuando estás, y también cuando te marchas. Cuando hablas y cuando callas, cuando sólo respiras. Incluso cuando llega el viernes y me despido, sin querer, como si me fuera la vida en ello, porque sé que me queda una eternidad para volver a tenerte sin haberte tenido nunca. Sólo con tu voz. Con tu voz y con tu aliento."

    UFff!


    Beso grande!

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