Nunca me ha tocado el Gordo. O sí.
Con el soniquete de los ¡¡Miiiiiiiiiiiiil euuuuuuuuuuros!! haciendo de las suyas por mis tímpanos -sí, qué quieren que les diga, me uno a esos que piensan que las vocecillas de los niños de San Ildefonso (cada vez menos angelicales, todo hay que decirlo) son el verdadero pistoletazo de salida para la Navidad- pensaba yo, desde antes de que se supiera que De Madrid, al Gordo (y al segundo premio, también), que tienen razón quienes llevan décadas convirtiendo cada 22 de diciembre en el Día de la Salud.
Efectivamente, eso es lo importante. La salud. Y por salud se entiende la física, la mental, la anímica y la laboral. Que también es verdad esa frase hecha de que El trabajo es salud. Y si no, díganselo a los casi cuatro millones de parados que hacen cola en las oficinas del Inem.
Para ellos, el Gordo es firmar un contrato mañana. Aunque tengan que currar en Nochebuena.
Para mí, el Gordo es seguir como estoy.
Cruzaré los dedos.
Para mi el Gordo me toco hace unos años, cuando os conoci a ti a La Condesa y me sigue tocando cada año, aunque no podamos vernos los ojos.
ResponderEliminarFelices Fiestas Noelia y ¡como no! en estas fechas.: ¡¡¡Mucha Salud.!!!
Besos
Mas salud
¡Gracias, Coronel! A mí también me toca cada día, cuando compruebo que tengo amigos como vosotros. Nos debemos una... y me temo que tendrá que ser gordísima (nunca mejor dicho) después de tanto tiempo como ha pasado...
ResponderEliminar¡¡Feliz Navidad!!
A mi sólo me toca un gordo delante de la cola del banco... o cuando voy en un metro petado. Ahora si hablamos de sinónimos de felicidad he ganado muchos e inmerecidos premios. Besos
ResponderEliminarPuf... como me toque a mí un gordo en una cola... ¡¡la liamos!! Besos.
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