miércoles, julio 06, 2011

Moratones en el alma

Helena Resano, periodista. Campaña "Saca tarjeta roja al maltratador"


No te diste cuenta de lo que tenías enfrente hasta que no te viste el moratón en el espejo. Hacía tiempo que renqueabas del alma y te escocían las entrañas, que te parecía que lo mejor que podía pasarte era no oír el despertador mañana. Pero te hacía falta una evidencia.

Le perdonaste los desprecios, aquella forma suya tan sutil de sugerirte que tú a su lado eras poco menos que detrito. No le tomaste en cuenta las voces a destiempo, los portazos a deshora, las malas caras cuando decidías pasar parte de tu escaso tiempo libre con alguien que no fuera él. Las indirectas. Los interrogatorios al regresar a casa.

Tampoco te diste cuenta de que aquella obsesión por regalarte ropa de su gusto era una manera de disfrazarte de lo que tú no habías sido nunca, de robarte tu personalidad, de anularte poco a poco.

Y de pronto aquella noche empezó a acabarse tu ceguera: los golpes, los gritos. Sus insultos. Su manera de llamarte "puta". El emprenderla a patadas con los muebles de la habitación. Tú te quitaste del medio porque sabías que eras lo siguiente. Y en cierto modo lo fuiste. No supiste apartarte a tiempo.


Cuando se marchó, miraste alrededor y no reconociste tu habitación. Y te miraste al espejo y tampoco fuiste capaz de saber quién eras. Todo eran restos. Restos de tus cosas esparcidos por el suelo. Restos de tu vida esparcidos por los surcos de llanto que te zurcían la cara.

Aquello debía haber sido el fin, pero le perdonaste. Intentaste que todo volviera a ser como antes, pero te daba miedo que te tocara, te parecía ver en sus ojos restos del odio de aquella noche y a partir de entonces, como si fuera una olla a presión recién abierta, fueron apareciendo ante ti los vapores del veneno con el que te había ido aniquilando el alma.

Volver al pasado no era la solución. El pasado era una trampa para osos. Los buenos tiempos podían cogerse con pinzas y hasta te parece que lo fueron porque tú tragaste quina, porque te empeñaste en que aquello tenía que funcionar.

Presente y futuro. Sin él. 

Ahora ves cómo abandera la causa contra el maltrato y te parece una broma de mal gusto. Si la gente supiera. Pero claro, qué forense puede certificar los moratones del alma.



[En lo que va de año, ya son 32 las mujeres asesinadas en España por sus parejas o exparejas].

Si sufres violencia de género o conoces a alguien que pueda estar sufriéndola, llama al 016, número gratuito del Gobierno que no queda reflejado en la factura telefónica.

4 comentarios:

  1. Me ha gustado y producido escalofríos por igual tu post, Noelia.
    Desgraciadamente conozco algún caso al que le ha ocurrido algo parecido, y no han sido mujeres de 52 años del pueblo de toda la vida. Sino chicas de 29 que no lo descubrieron a tiempo.
    De cosas tan poco bonitas y tan deleznables también hay que hablar.
    Un saludo y un placer leerte, como siempre.

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  2. Se me ponen los pelos de punta. Yo creo q la solución pasa por la educación, pero de las mujeres. Todavía necesitamos saber mucho más claramente dónde están los límites, y fortalecer la autoestima y la no-dependencia. Y también necesitamos que la gente de nuestro alrededor, aquellos que nos quieren, se atrevan a ver y a decirnos que sufrir en una relación no tiene que ser normal

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  3. Raquel, Peterlulupan, gracias por vuestros comentarios. He intentado ponerme en la piel de esos miles de mujeres que sufren la violencia machista para que, si de alguna manera alguien que me lea y lo padezca se siente espoleada a denunciar, lo haga.

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  4. Ojalá te hayan leído y lo hagan, porque hay cosas que no son normales, y ésta es una de ellas...
    sin sentido alguno...

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Gracias por contribuir a este blog con tus comentarios... pero te agradezco aún más que te identifiques.

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