Con canciones como ésta recuerdo por qué Ana Belén es una de mis cantantes favoritas. Por qué me ha llenado tanto en tantos momentos y por qué siempre vuelvo a ella, como el colega de El Almendro.
... porque a veces no decir la verdad -o no reconocerla- es tanto -o más- que mentir continuamente.
Acaba de nacer –El blog del Manifiesto de los Aficionados– para sumar adhesiones a la iniciativa de un grupo de aficionados a los toros que reclaman una fiesta íntegra, auténtica y justa.
ResponderEliminarDiganme que no soy el único que desearía saber a quién va dirigida esta canción... el dvd, Noelia.
ResponderEliminarBesos
¡¡Gracias, Noelia!! Me tienes sobrevalorada :D Últimamente me cuesta mucho hacer una frase decente, la verdad :(
ResponderEliminar¡¡Pues nos conocemos cuando quieras!! O cuando podamos... Que para el caso es lo mismo.
¡¡Un saludillo!!
Cuando pueda. Y no va dedicada a nadie. Guarda las distancias o perderé las formas y los nervios.
ResponderEliminarNo sé por qué esta canción me conmueve. No me eriza la piel, ni me sensibiliza románticamente, sino que me conmueve. Lo he pensado muchas veces y sólo encuentra respuesta en la voz de Ana. Creo que es su voz lo que me tiene subyugado, el leve seseo que se cuela en los oídos como un murmullo del viento por la rendija de alguna ventana otoñal. Yo no soy ni poético ni poeta, es el intimismo de Ana que me inspira. Saludos. Buena bitácora.
ResponderEliminarGracias, Migramundo. Te debo una visita. Y siento decirte que, pese a que tú opines lo contrario, sí me pareces bastante poético.
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