lunes, julio 21, 2008

Mi verdadera historia. Un Chihuahua en adopción

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Pablo se ha ido a pasar unos días con sus padres a la playa y, como a Paco le da alergia la arena, se ha quedado de “rodríguez”. Y para no echar de menos a su chico, sale conmigo todos los días. Y la gente nos mira y se le escapa un ademán de “qué buena pareja hacen”. Ay, si ellos supieran...

Hoy me ha dicho que quiere ver una película de risa. Que le da igual quién actúe, pero que quiere reírse. Y yo he aceptado, porque he llegado tarde del trabajo y estoy segura de que me dormiré antes de llegar a la tercera escena.

Por cierto, no sé qué ponerme. Ayer estallé mis pantalones preferidos, los que me hacían culito de animadora, y no tengo otros limpios. Y de falda, ni hablar, que tengo las piernas con más pelos que el gorila de Melody –la comparación es de mi hermano, sí, el Chihuahua, la mente pensante de la familia... como decía aquel anuncio, “yo no puedo estar sin él”-.

Mi hermano no quiere venir. Ha venido a pasar unos días a mi casa –lo de “casa” es completamente eufemístico, pues en realidad parece el apartamentucho de Julia Roberts en Pretty Woman- porque dice que no aguanta más a mi padre. Que le va a dar algo y que se va de casa. Que va a echar una solicitud en el McDonald’s y que va a dejar de estudiar. Y que si no, siempre podrá hacerse gigoló. Yo le he dicho que casi es mejor lo segundo. Total, sé que esto es un pronto y que no tardará mucho en volver al redil.

Mi madre, pobre, no piensa lo mismo. El día que se marchó Chihuahua llamó a casa toda desconsolada, ahogada en sollozos indescifrables –porque la española, cuando llora, es que llora de verdad- y, como yo tenía la radio a todo trapo y el móvil desconectado, dejó el mensaje en el contestador rogando a Dios y a todos los santos que su pequeño –que, a todo esto, ya tiene veinte años- hubiera pedido asilo político en este mi humilde hogar. Y yo, como tengo la mala costumbre de no mirar el buzón de voz gratuito, escuché el mensaje cuando Chihuahua ya se había apoderado de mi cuarto de baño y del sofá nuevo del salón. En mi estudio ya sabe que tiene prohibido el paso. Él y todos los demás, que empiezan a tocarme los papeles y luego no hay cristiano que encuentre las facturas cuando toca hacer la declaración de la renta.

Total, que cuando escuché los lloros maternos, le devolví la llamada para decirle que, tal como le había comentado quince días antes, su hijo estaba de vacaciones en mi apartamento. Que no se preocupase... que sí, mamá... que se hace la cama todos los días... sí, come bien... de hecho, se encarga de vaciar la nevera que es un gusto... que no, que no sale hasta tarde... que vuelve muy prontito a casa... ¡si hasta me trae el desayuno!... que sí, que está buscando trabajo, pero que no... que no, que no, que no va a dejar la facultad... que dice que se lo pasa de puta madre y que cuando termine Periodismo va a estudiar Comunicación Audiovisual... sí, mamá, sí... no, mejor no vengas, a ver si va a seguir mi ejemplo y se va a fugar a China con Patricia... ¿que quién es Patricia?... Ah, no, perdón... no, no, nadie... venga, mamá, que tengo que colgar, que llego tarde... ¿que a dónde? Mamá, por Dios, que tengo casi treinta años... adiós, mamá... adiós...

Pues eso, que, después de optar por una falda larga, me voy al cine con mi amigo gay, que dice que se siente como si estuviera premenstrual –y digo yo que qué sabrá él qué coño es eso-, mientras mi hermano duerme la mona, con el Segundamano asomando por entre las sábanas sucias, mientras el móvil pita que te pita en la mesilla con mensajes de la tal Patricia. No se te acabará el saldo, guapa...

Continuará...

5 comentarios:

  1. Pues lo peor es que después de haber leído toda la historia, lo primero que me viene a la cabeza es lo siguiente: ¿Otro periodista en la familia...? Madre mía, je, je...

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  2. David: muchas gracias. Creo que eres nuevo por estos contornos. Prometo devolverte la visita, así como cierta constancia en mis paseos por tus dominios.

    Juan: no, mi hermano se retiró a tiempo y está estudiando Administración y Dirección de Empresas. Pero me parece que tiene mucho talento -aunque no es Chihuahua, se parece a él en eso de ser la mente pensante de la familia-. De hecho, enseguida cuelgo en el blog algunas cosillas suyas que, al menos a mí, me hacen bastante gracia.

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  3. (Respiro aliviado) Menos mal, Noelia, menos mal, je, je... Por su propio bien, claro está, que más vale poder comer y saber escribir que escribir y no poder comer..

    Ahora lo leo, he preferido antes contestar aquí...

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  4. Gracias, gracias... A ver si él logra comer y escribir al mismo tiempo, o sea, poder comer de lo que escribe... o algo así.

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Gracias por contribuir a este blog con tus comentarios... pero te agradezco aún más que te identifiques.

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