martes, julio 22, 2008

Un día en Irlanda (by Hugh Jim)

No, mi hermano no es periodista. Aunque se le daría bien. Escribe desde pequeño y tiene chispa. Y es inteligente. Diría -aunque sé que parece pasión de hermana- que destaca en todo lo que se propone. O al menos así ha sido hasta ahora.

Este es uno de los mails que me envía desde Irlanda. Puede que bajo el prisma de las pupilas extrañas a la familia -o sea, que no pertenezcan a ninguna de las dos mujeres que andamos loquitas por sus huesos- estas letras no tengan gracia pero, qué quieren que les diga, yo creo que sí.

Domingo

5.37. Suena el despertador y por tanto me despierto, que no me levanto, acto que haré tres minutos después. A continuación una duchita (con meo previo, el primero del día), desayuno y a preparar los sandwiches para comer en Galway. Como siempre, pan de molde St.Bernard, con sucedáneo de mantequilla St.Bernard, queso St.Bernard y jamón york St.Bernard. Todo a la mochila, y directos a la Bus Station, no sin antes pasar por el baño (y van dos).

7.20. Nos subimos al bus (les Clements, Diego y yo). Soy el único al que no le piden el carnet de estudiante, lo cual puede ser por: a) parezco un niño pese a la barba de tres semanas o b) parezco un irlandés por el blanco leche de mi cara. El bus sale al momento, y vamos bastante cómodos, ya que apenas va gente. Cabe destacar que hice intención de ir al baño en la estación, pero me querían cobrar un pavo por hacer uso del mismo (mis cojones).

9.10. Llegamos a Limerick (menos de mitad del camino). De momento hemos parado en todos los puebluchos posibles, y la autovía no tiene más que rotondas. Encima el buen hombre del conductor nos trae con el aire frío a tope. Su puta madre. Me bajo del bus (ya que hace una parada de diez minutos según el horario) para, cómo no, ir al baño (vamos por la tercera). Gracias a Dios, no hay torno que reclame el pago. A mi vuelta al autobús, está lleno y tres cuartas partes del mismo hablan español. Como el frío continúa, me pongo mi manta rosa por encima, ya que, como no sabíamos lo que nos íbamos a encontrar en el albergue, nos las hemos traído. A falta de sacos, buenas son mantas.

11.35. Ya estamos en Galway tras inumerables paradas, cómo no, en pueblos de dos, tres y cuatro habitantes. Y para no perder el ritmo, directo al baño (mírala cara a cara, que es la cuarta). Tampoco me cobran, nuevamente doy gracias a Dios (a este paso me aprendo el Our Father). Llamamos a la Rubi, y nos dice que van con retraso, pero que en cinco minutos están aquí y que traen a una italiana ("traen" porque viene con una amiga de la uni que también está de au pair en Dublín, Bea). Lo de los cinco minutos no lo termino de entender. Cinco minutos me faltan para llegar a casa cuando voy por el Planetocio. ¿¿Pero para llegar a Galway?? Es un poco arriesgado aventurarse a decir cifras.

11.50. Aparecen las tres mujeres y nos vamos a dar una vuelta por la ciudad, que intentaré resumir en pocas palabras: bonita y colorida, con mimos, magos, músicos y artistas varios por las calles (es el festival de las artes durante estos días). Tras un paseo y comprar unas cervecillas (St.Bernard, of course), nos ponemos a comer nuestros sandwiches 100% St.Bernard (tanto los de Diego y míos, como los de les Clements).

15.30 (aprox.). Me vuelvo a mear. Mientras el resto sigue con su paseo, yo me vuelvo a la estacion de bus, único lugar seguro en el que puedo encontrar un baño público gratis. No me decido a mear en la calle, ya que, pese a no ver ninguna señal que lo prohiba, sí he visto las de 150€ por chicle y 1.900€ (y no pongo ceros de más) por no recoger la cacota de los chuchos (como lo vea el Churri [así se conoce coloquialmente al alcalde de C. Villalba], inagura el subterráneo a los tres días). Tras mear por quinta vez en lo que va de tarde y secarme las manos, os llamo. No os recuerdo lo que hablamos, porque, pese a que estáis mayores, espero que aún lo recordéis (yo posiblemente no). Tras colgar y salir del centro comercial en el que me había metido no sé muy bien por qué, vuelvo con la parte masculina del grupo (la parte femenina estaba durmiendo en un césped) y nos vamos a dar una vuelta. A lo lejos divisamos una playa (la primera que vemos en desde que estamos aquí), lo cual hace que nos acerquemos a hacer unas fotillos. Allí encuentro a Piedra, mi piedra de Galway. Volvemos con las mujeres y regresamos al bus.

18.10. Tras unos segundos de incertidumbre, en los que pensamos que habíamos perdido el último bus hacia Oughterard (nuestro próximo destino), encontramos el bus y nos subimos en él. La italiana, por su parte, se vuelve a Dublín, ya que no había sitio en nuestro albergue. Antes de todo esto, sexta de la tarde.

18.45. Se cae Piedra por debajo de los asientos y en un momento de angustia y preocupación se produce la siguiente conversación:
Yo: "¿Dónde esta la piedra?".
Irene: "¿Qué piedra?".
Yo: "La piedra".
Irene: ¿Pero qué piedra?.
Yo: "La piedra".

18.46. Encuentro a Piedra.

18.47. Llegamos a Oughterard (nombre impronunciable, por cierto). Preguntamos por el albergue y una buena señora nos da un mapa, que como siempre no viene a escala. Nos explica cómo llegar y nos dice que está a diez minutos.

19.15. Tras diez minutos bastante largos llegamos al albergue. Very beautiful (ya lo puede ser tras los veinte euros por cabeza). En la recepción encontramos una nota: "Vuelvo en veinte minutos, Mike". ¿Pero desde cuándo se cuentan veinte minutos? Ahh... Al rato aparece el susodicho Mike y nos da la llave de la habitación (tenemos una para seis). La habitación, también muy beautiful. Repartimos las camas y nos disponemos a volver al pueblo de impronunciable nombre a por la cena y el desayuno (amén de unas birras). Y como es tradición, pueblo nuevo, meada nueva.

21.00. Estamos de vuelta en el albergue. Los españoles (Diego, Irene, Bea y yo) hemos comprado unas pizzas y una ensalada para cenar, y leche y galletas para desayunar al día siguiente. Diego y yo pasamos por la ducha (primero uno y luego el otro, como podréis imaginar) y nos bajamos a cenar. En la cocina comedor nos espera el chucho del albergue, que, en su casi lecho de muerte, fue bautizado por el que escribe como O'Brien (antes probé con O'Sullivan y O'Doherty, pero sólo reaccionó con O'Brien). Bea le tiene miedo a O'Brien (y al resto de perros en general). Durante la cena se siente amenazada por el viejo O'Brien, el cual apenas puede andar y cuya mirada no era muy amenazante precisamente. Una vez que terminamos la cena, friego los platos y cubiertos, ya que me siento obligado por mi madre tras su frase lapidatoria: "Por lo menos fregarás".

23.50. Un cartel avisa de que a las 00:00 cierran la cocina y el comedor, por lo que subimos a la habitación. Vuelvo a mear por octava vez en lo que va de día, y puedo jurar que no bebí demasiado. Los chicos decidimos irnos a dar una vuelta por la oscuridad. Cuando nos cansamos de andar y tras mear, por novena y última vez, volvemos al albergue.

0.30 (aprox.). Nos tiramos a dormir.

0.35. Clement moreno empieza a roncar. La habitación truena. Pienso en ponerme el mp3, pero cinco minutos antes se lo había dejado a Irene. Temo lo peor. Pero se calla y conseguimos conciliar el sueño.

5.00 (aprox.). Me despierto. Posteriormente, Diego me dirá que sonó una alarma, por lo que me cago en la madre de los franceses que querían ver el amanecer.

5.02. Me vuelvo a dormir.

Y hasta aquí lo que aconteció en las primeras veinticuatro horas, puesto que me muero de sueño, y, pese a que por las noches mi vena creativa está hinchada como si de un heroinómano se tratara, necesito dormir.

5 comentarios:

  1. Tiene gracejo, sí señora... Y eso se nota cuando uno se va riendo de ciertas cosas (me ha encantado lo del cartel de los veinte minutos... ¿por qué la gente no es consciente de que no estaba mirando el reloj cuando avisó que tardaría 20 minutos...?) e, incluso, identificándose en otras.

    Hace ya unos cuantos años estuve en Irlanda de viaje de estudios y el país me encantó, aunque no llegué a ir a Galway. Que lo disfrute...

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  2. Sí que lo está disfrutando, sí... Lo de aprender inglés no lo tengo tan claro, pero al menos se lo está pasando en grande, cosa de la cual me alegro.

    Besos... ¡¡y gracias por tu fidelidad, a pesar del granizado que te debo!!

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  3. Desde luego...¡¡¡que envidia de viaje!!! Dale un beso enorme de mi parte a Hugo. Y otro para ti...¡¡¡guapa!!!

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  4. Esteffiii... ¡¡qué alegría verte por estos lares!!

    A mí también me da un poquito de envidia... Yo me voy un finde y está previsto que llueva... ¡¡HORROR!!

    Otro beso muy muy grande para ti... ¡¡que tú sí que estás guapa, jodía!!

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  5. Ya llegará el día, tú tranquila, je, je...

    En Irlanda siempre está previsto que llueva, aviso... Me acuerdo del mes que estuve, un día soleado era sinómino de barbacoa en el jardín... aunque hicieran doce grados...

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Gracias por contribuir a este blog con tus comentarios... pero te agradezco aún más que te identifiques.

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