Quince meses de espera. Una
vida en juego. Once mil corazones latiendo al mismo son. Al ritmo que marca la
Verdad.
La
dignidad del hombre que lucha consigo mismo para ser más él y hacernos más nosotros al contemplarle.
La mirada de la
muerte. La lucha hasta la
vida. El
dolor transmutado en
gloria.
José Tomás, torero, ha vuelto.
José Tomás, hombre, no se marchó nunca. Ni lo hará. Es leyenda. Es mito. Y está aquí, de nuevo ante nuestros ojos. Para que contemplemos la grandeza de ese canto al honor que lleva prendido a la suela de sus zapatillas, prolongación sublime de un corazón que nació cosido a la puerta grande de la vida.
Una tarde inolvidable para todos los aficionados al mundo de la Tauromaquia. Sin duda, un ejemplo de superación personal tras la grave cornada sufrida. Unos dicen que es un hombre singular...se equivocan..es un gran hombre y lo demostró en Valencia. Yo de mayor me gustaría ser como JT..ya lo sé...en su sueño...y gracias a Noelia Jiménez por su gran profesionalidad..sigue por ese camino!!!.
ResponderEliminarGracias guapo! Estoy deseando ver fotos del gran día en tu blog.
ResponderEliminarBesos!
Pasaran las horas, los días o quizas semanas pero en mi cabeza aun se escucha el rugir de la gente cuando el de Galapagar salió a saludar antes de empezar la corrida.
ResponderEliminarFue inolvidable, desde luego. Nunca lo olvidaré. De hecho, nunca he vivido nada igual.
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