miércoles, noviembre 03, 2010

Obama: un juglar en busca de prosa

Foto: El País / AP


Gesto adusto y mohín de disgusto. Un amago de puchero. Corren malos tiempos para la lírica –pero el soniquete no es de ahora– y la poesía está sobrevalorada. Obama se baja del pedestal del verso global y cae del guindo de un sueño americano que se ha convertido en pesadilla por obra y gracia de una fiesta hecha de té reaccionario.

Nunca un Halloween fue tan amedrantador para los Obama. Ni truco ni trato. Sólo té, y amargo. La fiesta republicana y el adiós a la poesía del "Yes, we can". Claro que "we can". We can lose. Podemos. Podemos perder. Podemos apearnos del andén de la utopía y bajar a la arena de la realidad por culpa de una crisis que no muere ni a golpe de gasto ni a fuerza de contención.

Obama ganó por su poesía. Entre otras cosas, supongo, pero sobre todo por su poesía. Por su manera de encandilar a las masas. Por hacerles sentir. Por hacerles ilusionarse. Por hacerles emocionarse.

Sin embargo, a Obama se le olvidaba que el poder puede ganarse a base de emociones, pero se mantiene a fuerza de razones. Con prosa. Con letras cabales apuntaladas con una buena dosis de números –a ser posible, no precisamente rojos–.

Ahora Obama se afana en la tarea de convertir en prosa su antaño triunfal poesía. Ya no hay carisma que valga. El tiempo se acaba y, en la dictadura de lo efímero, los juglares tienen los frames contados.

5 comentarios:

  1. Este tipo es una anormalidad, un charlatán de feria, un cuentacuentos. Algo así, como el zapancarta yankie.
    Como anormalidad fué, que le dieran un nobel de la paz, sin haber dado un palo al agua.
    El populismo del que goza, no es precisamente en su país, que le está zurrando la badana. Aquí, deberíamos tomar nota, claro que, como siempre digo, esto de la democracia, tiene el inconveniente de aguantar la cuota de gilipollas, cada X tiempo, como a los misters Xs de turno.
    Nunca - y no por cuestión racial, ni mucho menos - me sonó bien, eso de, un negro en la casa blanca.

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  2. Pablo, las ilusiones son bonitas mientras duran. El problema comienza cuando los ideales no son suficientes para luchar por cambiar la realidad y el dinero pesa más que las razones.

    Angelito, gracias por tu visita y tu comentario. Yo no digo que Obama sea ningún charlatán: digo que supo emplear como nadie el discurso y las redes sociales, pero que, a la hora de la verdad, la realidad ha superado a la intención. ¿Populista? Puede. En lo del Nobel estoy más que de acuerdo, pero la culpa no la tiene él, sino la inefable Academia.

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  3. El tiempo ha sido juez de los discursos levantados con arena que hábilmente lanzaba. Al final, propuestas sin concretar le han ido cubriendo, y este golpe es la conclusión a todo. Me alegro de que los hechos se hayan impuesto a las palabras, Obama estaba creando un precedente muy peligroso para las democracias. No hay que vender, sino hacer.

    Un beso Noe, y por cierto acabo de agregarte a mi lista de Blogs (me dí cuenta antes que no estabas jajaja)

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  4. ¡Gracias, José Antonio! Ya me sentía desplazada... jejejeje.

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