lunes, agosto 09, 2010

Firma invitada: 'Tarde de toros... y palomitas', por Cristina Casero


Este post me hace especial ilusión. Es la primera vez que cuento con una firma invitada en mi blog, mas espero que no sea la última. Y el estreno no puede ser mejor: Cristina Casero, responsable de Cultura de laSexta Noticias, ha querido compartir con los lectores de esta humilde bitácora su tarde de toros en la feria de Vitoria.

Abusando de su confianza –y de su amabilidad, siempre al quite–, le he pedido que nos cuente cómo se vive un cartel de figuras en la Feria de la Blanca. Desde fuera. Sin que los ojos estén perturbados por prejuicios taurinos. Sólo por el placer del espectáculo. Por el colorido. ¡Disfrutadlo!



En Vitoria a los toros se llega justito de tiempo porque el camino hasta la plaza hay que hacerlo con los blusas. Las cuadrillas son el alma de la fiesta desde primera hora de la tarde y el sábado, gracias a Ponce, El Juli y Castella, la fiesta duró hasta el final.

Alguna sospecha debía de haber cuando la plaza casi, casi se llena. Quien no subió con los blusas es porque se fue directo a la plaza a ver si quedaban entradas –a esas alturas, sólo de sombra, pero nadie dejó de comprarlas porque fueran más caras–. 

No voy a presumir: puedo contar con los dedos las corridas en las que he estado, pero sin duda ésta ha sido la más espectacular. Espectáculo con el capote –impresionante-, entre el público… y de todos juntos.

Fue genial ver a Ponce saludando a los tendidos entre capotazo y capotazo cuando la charanga empezó a tocar “Valencia” entusiasmada por lo que el de Chiva estaba haciendo con el segundo toro; a El Juli dar la vuelta al ruedo con la plaza entera cantando “…sigo siendo el rey” y a Castella dejando claro que es él quién le dice al toro dónde, cuándo y qué tiene que hacer.

Normal que incluso las palomitas sobraran –por cierto, jamás imaginé que vendieran cubos de palomitas en los toros–.

Sólo faltó que el conejo que le regalaron a Ponce desde los tendidos se escapara corriendo por el albero, que a punto estuvo de hacerlo.

Porque sí, daban ganas de saltar al ruedo y abrazar a los toreros. Aunque viendo que la única que se atrevió a hacerlo abandonó la plaza acompañada de la Ertzaintza, el resto nos echamos atrás y seguimos aplaudiendo a rabiar. 

Lo de menos fue que sólo se cortaran dos orejas –Ponce y El Juli-– cuando podrían haberse ido con cinco o seis; aquí y ahora firmo porque todas las corridas a las que vaya sean como la del sábado en Vitoria.

Cristina Casero

4 comentarios:

  1. Felicidades Cristina por disfrutar de un arte sin complejos... y por supuesto, Felicidades Noelia por su trabajo diario.

    ResponderEliminar
  2. ¡Gracias, Peterlulupan! Bienvenida al blog. Gracias por leer y comentar.

    Un beso.

    ResponderEliminar

Gracias por contribuir a este blog con tus comentarios... pero te agradezco aún más que te identifiques.

LinkWithin

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...