martes, febrero 14, 2012
Cuando la moda es arte
Alguna fashionista habrá que me niegue la mayor. O sea, el título. Que me diga que la moda es arte y que ese "cuando" es "siempre". Pero no, no voy por la reivindicación de la cosa cultureta. El tema de hoy es mucho más prosaico e infinitamente más glamouroso: se trata de vestirse con obras de arte.
Sí, ya sé que calzarse unos Manolos o llevar puesto un tailleur de Chanel es lucir arte en estado puro, pero cada vez se pone más de moda vestirse con obras de Gauguin, Van Gogh o Carpaccio (que aparte de ser un plato rico en proteínas y muy apto para la Operación Biquini permanente, fue un pintor del Quattrocento italiano). Carrés y quimonos de seda natural, pintados a mano con diseños únicos, o quizá un chaleco, o una corbata, pero con motivos pictóricos. Todo es posible en el Thyssen. Incluso llevarte puesto un cuadro de Kirchner (convertido en collar, claro) o una pintura de Antonio López (que es el gran "best seller" del arte español, también en lo que a "souvenirs" se refiere) que inspira unos pendientes.
Para los descreídos que identifican "recuerdo" con la flamenca para poner sobre la tele, ahí va un argumento que les desarma: diseñadoras como Paloma Canivet o Helena Rohner son algunos de los "fichajes" de la tienda del Thyssen y convierten en joyas obras maestras de Renoir, Degas o Ghirlandaio.
Apuntad en la agenda: el martes se inaugura la exposición de Chagall y en el taller de Canivet se cuecen imaginativas pulseras inspiradas en la obra del artista ruso. Para no perdérselas.
[Publicado en Todo sobre mis trapos].
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