José Miguel Arroyo Joselito recoge la Gran Cruz de la Orden del 2 de Mayo de manos de Esperanza Aguirre. Foto: Javier Arroyo. |
Los toros no han sido para mí una forma de ganar dinero, sino una filosofía de vida, una religión que me exigió grandes sacrificios, pero también me dio grandes recompensas. Al toreo le debo todo lo que soy, porque con él aprendí los valores que me ayudaron a ser mejor persona y artista.
José Miguel Arroyo, Joselito el verdadero (Ed. Espasa, Madrid, 2012, p. 13).
Y esa filosofía de vida es la que hoy ha llevado a Joselito a recoger la Gran Cruz de la Orden del 2 de Mayo, justo dieciséis años después de que escribiese con letras de oro esa fecha en la historia del toreo.
El chaval de la Guindalera, ya convertido en Excelentísimo Señor (por cuanto ganó la Medalla de Oro al Mérito de las Bellas Artes), es ahora madrileño insigne por hacer de la grandeza del toreo un modo de vida.
Ah, y su libro (magníficamente redactado por Paco Aguado) es un auténtico best seller: lleva cuatro semanas en la lista de los más vendidos en la categoría de No Ficción. Para que luego los de siempre digan que el toreo no le interesa a nadie.
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