Tengo la sensación de que llevo demasiado tiempo viviendo donde no me corresponde. O que esta casa en la que vivo ahora -esta casa, este pueblo... esta vida, en general- me estaba esperando desde hacía mucho tiempo.
El otro día venía de comprar -en Alpedrete vas a la compra andando y no hay riesgo de que te atropellen, y hasta los vecinos te abren la puerta si te ven llegar cargada- y en la plaza del Ayuntamiento encontré una placa de granito en la que hay grabado un poema de Bécquer -sí, ya sé que es muy tópico que te guste Bécquer, pero es que yo soy así, qué le voy a hacer-.
Total, que ahí estaban las oscuras golondrinas... las que volverán y las que están condenadas a no volver.
Y entonces caí en la cuenta de que quizá no sea conveniente que la emprenda con el nido de golondrinas que tengo en mi balcón. Es verdad que todas las mañanas me dejan "regalitos", pero a lo mejor ser becqueriana tiene este precio, ¿no?
Joder, que para una vez que las golondrinas cuelgan sus nidos en mi balcón...
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