“Las mujeres de todo el mundo tienen derecho a vivir libres de violencia. Cualquier forma de violencia contra las mujeres representa una privación de los derechos humanos más primordiales”. Éste es un extracto de la Declaración de Beijing del año 1995, la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer, y supone la clave de los actos que hoy inundarán calles y foros públicos para conmemorar el Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.
A la vista de las políticas sociales emprendidas por las diferentes instituciones, pudiera parecer que la sociedad ha tomado conciencia de la lacra que supone el maltrato hacia la mujer. Sin embargo, no es oro todo lo que reluce. Aunque las mujeres tienen un mayor respaldo legal y administrativo, que cobra carta de naturaleza con la Ley Orgánica de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género, en buena parte de los casos, las denuncias en juzgados y cuarteles de la Guardia Civil terminan por volverse contra las propias víctimas, a quienes sus vecinos desprecian por ‘abandonar’ a sus maridos, que, a los ojos de los demás siempre habían aparecido como ‘buenos hombres’, ‘maridos ejemplares’ y ‘padres abnegados’, volcados en el trabajo para mantener a sus familias. Y aparecían así porque sus mujeres, haciendo gala de una firme discreción, siempre callaron sus malos modos e intentaron darles la vuelta siendo ‘mejores esposas’. Es decir, ‘tragando’ más.
Es cierto que la defensa de un colectivo -en este caso, un género-hasta ahora desprotegido no puede ir en detrimento de otros seres humanos. Así, la Ley Integral resulta discriminatoria, pues no contempla el maltrato hacia el hombre -que, aunque en muy inferior proporción, también existe-, y dicha desigualdad no puede justificarse con el argumento empleado por muchas abanderadas del más visceral feminismo, aquél que reza “si durante tantos años hemos estado nosotras bajo el yugo, no pasa nada porque ahora lo estén ellos un tiempo”. Sin duda, sería más elegante condenar todo tipo de violencia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por contribuir a este blog con tus comentarios... pero te agradezco aún más que te identifiques.