viernes, agosto 24, 2007

Seguir subiendo

(Imagen: Gárgolas de la Torre de la Basílica de Colmenar Viejo, en Madrid.)

Subes. Subes y sigues subiendo. Un peldaño tras otro. Y otro. Y otro más. Y de pronto llegas hasta arriba y te preguntas cómo pudieron colocar para ti esa meta. Cómo alguien pudo proponerse llegar más cerca del cielo, ver el mundo desde arriba, cambiar la perspectiva de las cosas, parecerse a los pájaros y, aun sin poder volar, ser capaz de sentir ese impulso de libertad que revolotea en el estómago cuando el suelo, cuando la rutina, se han quedado ahí abajo, tan lejos.


Y entonces te das cuenta de que, aunque la escalera acabe, tú siempre puedes seguir subiendo. Que hasta llegar a las nubes queda mucho camino por recorrer y que a ti nunca te gustó dejar un sueño a medias.

2 comentarios:

  1. Que bonito,guapetona. Tienes toda la razón del mundo...si quieres alcanzar el cielo, no te queda otra que seguir subiendo peldaños, aunque sea poquito a poco y sin mirar abajo, no sea que te ataque el vértigo. Pero cuidado con los sueños, que a veces hacen daño. Ya lo dijo don Calderón..."y los sueños..."

    Así que moraleja: nunca hay que dejar de soñar, pero no está de más aterrizar de vez en cuando, que el cielo es de los pájaros, el mar de los peces, y la tierra...de nuestros pasos.

    Un besote gordo

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  2. Gracias!!!! Aunque pueda parecer una barbaridad, lo malo de los sueños es que se cumplan... entra una desazón insoportable.
    Besotes.

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Gracias por contribuir a este blog con tus comentarios... pero te agradezco aún más que te identifiques.

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