domingo, octubre 07, 2007
De sueños y de razón
Ay. Me despierto sobresaltada. El sol entra por los huequecitos de la persiana, que nunca llego a bajar del todo, e inunda la habitación. Se cuela hasta mi cama y yo, nada más abrir el ojo, me dejo llevar por la agorera que hay en mí y me acojono pensando que si entra el sol es que es muy tarde, y que si es muy tarde es que me he dormido y no llego a trabajar, porque resulta que cuando yo me levanto no están ni las calles puestas y a la noche aún le quedan un par de horas de juerga.
Y cuando estoy a punto de gritar porque no se puede jugar con el despertador cuando tienen que renovarte un contrato, caigo en la cuenta de que es domingo. Coño, estoy peor de lo que pensaba.
Así que me rebozo un poco más en las sábanas, pego un tironcito de la colcha y, antes de dar media vuelta, cojo por banda a Umbral.
No hago ni caso al punto de lectura. No. Quiero releer. Volver sobre las marcas que voy dejando, con la esperanza de hacer una especie de comentario de texto que nadie leerá -quizá ni siquiera yo-, pero que me dejará tranquila la conciencia de lectora aficionada.
Así que abro Mortal y rosa por la primera página y me embobo en el segundo párrafo:
"Hay una época de la existencia en que uno decide ser sólo sus sueños, y el surrealismo es una adolescencia en cuanto que quiere alimentarse de sueños. Hay una madurez, un clasicismo -a cualquier edad de la vida- en que optamos por nuestra razón, por nuestro rigor, por nuestra estatura. Qué más da. Tan pueril es vivir de sueños como vivir de silogismos. Claro que se vive de lo que se puede, y tarda uno en aprender a vivir de realidades, de cosas, de objetos, como viven los seres naturales."
Toma ya. ¿Y qué hago si quiero vivir de sueños pero no tengo más cojones que rendirme a la evidencia del silogismo?
Foto: "La vida es sueño", por Avellanita, en Flickr.
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Los sueños sirven para descansar del esfuerzo de la razón. Un comentario interesante que me ha hecho reflexionar.
ResponderEliminarYo hace tiempo que hago caso a Calderón de la Barca: "Toda la vida es sueño; y los sueños, sueños son"...
ResponderEliminarMartín Bolívar: estoy contigo en tu reflexión. Y quizá el descanso debería durar más que el esfuerzo. Al menos viviríamos más felices. O más ilusionados. Gracias por tu visita y tu comentario. Espero verte más veces por aquí.
ResponderEliminarJuan: ¿qué hacemos entonces? ¿Soñamos? ¿Aunque todo se quede en eso? ¿En un sueño? Total, es lo que nos vamos a llevar, ¿no? Besos.
Soñar es lo que nos da fuerzas cada día para seguir adelante. Los sueños son las esperanzas de cada mañana. Son lo que te hace decir hoy me levanto de la cama. Que no mueran nunca.
ResponderEliminarBesos guapa!
Si no tuviéramos sueños qué es lo que nos haría luchar día a día.Eso sí, siempre con los pies en la tierra.
ResponderEliminarUn beso
Alguien comparó los sueños con las alas de los pájaros. Son los que nos hacen volar...(y las que nos hacen libres). Imposible vivir sin ellos, aunque a veces duelan. En eso consiste la vida. Estoy con J.R Millán...y los sueños, sueños son...pero,¿qué haríamos sin ellos?.
ResponderEliminarPD. Me pido colibrí...¿tú qué pájaro serías?
Es que, si no volamos de vez en cuando, las alas se nos secan, pero claro, si nos concentramos demasiado en los sueños, te suenan otros despertadores, y todo se convierte en un sinviví, tenemos que aprender a soñar y despertar en el momento justo, pero solo en el justo.¿Y, como lo hacemos? porque a veces te despiertan antes!.
ResponderEliminarQue mal rollo da despertarse asi desalentado-a creyendo que se te hizo tarde, lo bueno viene despues cuando lo descubres y dejas de sudar.
Yo una vez, llege hasta vestirme!.
Mara: estoy contigo. Sin sueños, probablemente no dejaríamos de dormir. Lo malo es creérselos. Y te lo dice una experta en ese dudoso arte...
ResponderEliminarJavi: lo que digo, que lo malo es levantar los pies de la tierra...
Ladysteffi: creo que sería un flamenco, por aquello de mis raíces, o un cisne, por lo del romanticismo, pero me temo que, por el momento, me quedo en loro.
William: divertido tu comentario, como siempre. Volvemos a lo mismo: lo importante es diferenciar la frontera entre sueño y realidad. ¡¡Y es tan estrecha!!