martes, noviembre 10, 2009

Ágora o la inspiración de Hipatia


No sé mucho de cine. De imagen, algo. Poco, pero algo. Y por eso me gusta mucho el cine de Amenábar. Porque creo que lo borda. Que saca el máximo partido de las cámaras. Que consigue planos imposibles y sugiere en cada uno de ellos. Que te obliga, como espectador, a ir más allá del guión, más allá del argumento, más allá del personaje.

Por eso quería ver Ágora. Y, en ese aspecto, no me defraudó. Sobre las características técnicas, recomiendo la lectura del blog de Juan Rodríguez Millán, verdadero cinéfilo, que sabe ver y, lo que es mejor, sabe contarlo. Cabe destacar, en este aspecto, los planos simbólicos que juegan con las formas elípticas –elemento clave en el trabajo conjunto de Hipatia y su padre, Teón de Alejandría, según historiadores clásicos–, así como un plano subjetivo invertido que parece querer decir que, con el asalto a la Biblioteca de Alejandría, se puso el mundo del revés.

Sin embargo, el argumento adolece de lagunas históricas. O, más que lagunas, inexactitudes. Cierto es que Amenábar se cura en salud aclarando, en el último crédito de la cinta –o sea, unos diez minutos después del final, cuando ya hemos visto hasta la empresa de mensajería con la que trabajaron y quiénes les alquilaron los walkie-talkies–, que la película está "inspirada en hechos reales". "Inspirada", que no "basada", como bien me apuntó mi más querido colega, porque, si uno se toma la molestia de indagar, aunque sea a golpe de Google, en la historia de Alejandría y de su más famosa filósofa, hay que poner en tela de juicio varios pilares argumentales de Ágora:

  • que la Biblioteca del Serapeo –y no la Gran Biblioteca de Alejandría, que ya había sido destruida en el año 365 d. C. (o sea, casi treinta años antes de la época en la que comienza el relato de Amenábar)– fuera saqueada, y sus libros destruidos, por el fanatismo cristiano. Si bien es cierto que el templo fue asaltado tras el decreto de Teodosio el Grande que prohibía el paganismo, no hay evidencias literarias ni documentos históricos que permitan asegurar que, además de destruir las efigies paganas, los cristianos quemaron y rompieron los pergaminos.
  • por otra parte, la figura de Hipatia ha sido todo un símbolo para la literatura universal y ha alimentado todo tipo de leyendas, sobre todo en lo que se refiere a su muerte, nunca del todo aclarada. Sí parece seguro que el patriarca Cirilo persiguió a la filósofa y fomentó un clima de verdadero oprobio en su contra, pero tampoco hay unanimidad entre los historiadores –clásicos y modernos– respecto a que la causa de dicha persecución fuera su negativa a convertirse al cristianismo.
Más allá de la crítica feroz y del retrato manipulado que se hace de los cristianos, cierto es que en nombre de todo tipo de creencias y religiones se han cometido verdaderos crímenes, en todas las épocas. No seré yo quien los defienda. Y también es verdad que a ningún gobernante le ha interesado que el pueblo accediera a la sabiduría, ni siquiera en sus estadios más primarios.

Así que me quedo con el valor del saber. Con la pasión por el estudio. Con la mesura y la rectitud de Hipatia. Con eso y con el innegable valor de Amenábar como director de cine. Tiene mucho que aportar al cine español. Aunque sólo sea en lo que a la técnica se refiere. Y no es poco.

4 comentarios:

  1. Está claro que tiene licencias históricas, como todas las películas históricas. Reconozco que, salvo contadísimas excepciones, a mí no me molesta demasiado que la historia no sea excesivamente fiel a la Historia, asumo que voy a ver una película de ficción y no un documental.

    Coincido contigo en que Amenábar tiene muchísimo que aportar porque no hay otro realizador como él en España. Y sigo convencido de que mejorará cuando dirija guiones que él no haya escrito.

    Muchas gracias por tus palabras... y me alegro de que aparezcas por aquí más a menudo...

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  2. Gracias, Juan. Por escribir y por enseñarme. Intentaré seguir escribiendo más a menudo...

    Besos.

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  3. No hace falta saber mucho de Cine, si se tiene tu vista , tu manera de mirar y tu pluma inquieta para hacer una visión sobre esta y cualquier película.

    Como bien dices, no es lo mismo cuando la historia se inspira y no se basa.

    Admiro a todas las personas que se tragan los titulos finales, yo tambien lo hago, El trabajo de un Director nunca está completo sin todos esos nombres que ayudan a crear cualquier historia.

    Besos!.

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  4. Gracias, William. Leer los títulos de crédito (o intentarlo) es algo que me enseñó el mejor profesor que he tenido nunca, en la facultad, en toda mi etapa formativa... y creo que en la vida.

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Gracias por contribuir a este blog con tus comentarios... pero te agradezco aún más que te identifiques.

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