martes, noviembre 17, 2009

Fabricar noticias


No seré yo quien defienda ningún tipo de manipulación. Ni hacia un lado ni hacia otro. Me repugna. Porque creo que, antes que periodista, un comunicador debe ser buena persona. Y honesto. Trabaje para quien trabaje. Que recibir un sueldo –de los que todos vivimos... o viviremos, cuando lo volvamos a tener– no significa venderse.

He tenido que convivir durante años con la campaña "antimanipulación" en Telemadrid –campaña que, de todos es sabido, es más contraria hacia Esperanza Aguirre que proclive a la defensa del buen periodismo–. He tenido que tolerar miradas desafiantes por no apoyar guerras que no eran la mía. Porque a mí nadie –repito, NADIE– me ha obligado a escribir al dictado absolutamente nada. Ni a manipular. Ni a decir lo que no era cierto. Ni a rebuscar en busca de una verdad a medias.

Y en otros medios "del otro lado" sí he visto cómo lo hacían. Pero no pasaba nada. Las mentiras venían de "los buenos" y nadie iba a ponerlas en duda.

En este pseudoperiodismo maniqueo y rebuscado que nos toca sufrir cuando nos exponemos al 90 por ciento de los medios, hay dos máximas:

1. no hay buenos o malos periodistas, sino sólo medios "buenos" o "malos" en función no del producto que hacen, sino de su línea editorial;
2. si las noticias llegan de la mano de los "buenos", son creíbles y cabe arrodillarse ante el púlpito de quien las publica; en el caso contrario, cualquier noticia se pone en duda, se da la vuelta, se tergiversa y se crucifica no al medio que la publica, sino al periodista que la firma.

En esta ocasión, es un medio ¿"bueno"? quien fabrica una noticia. Lo cuenta Periodista Digital mejor de lo que pueda hacerlo yo, así que no voy a extenderme. Sólo diré que me llama la atención cómo para un periodista el auge efímero de un grupo en Facebook (sí, sí, el Feisbuc, esa red social en la que todos –o casi todos– se suman a cualquier causa por el simple hecho de divertirse y seguir a sus amiguetes) es noticia y se convierte en un arreón político con el que intentar tumbar, una vez más, al "enemigo".

Ah, y que conste: ni soy proPP ni antiPSOE. Sólo quiero que mi país lo gobiernen políticos cabales y que sean periodistas cabales y serios quienes cuenten lo que pasan y ejerzan, de manera efectiva, de cuarto poder.

4 comentarios:

  1. Yo lo que tengo claro es que ser periodista (y más si te dedicas a la información política) es incompatible con la militancia en un partido (con o sin carnet). Cada cual es libre de expresar sus opiniones en las tertulias entre amigos, pero al escribir o hablar públicamente la cosa debiera cambiar.

    Y no sólo no cambia, no, es que es un mal que lleva mucho tiempo agravándose. Hasta el punto de que el periodista, ese individuo que (sí, sigue existiendo) sólo quiere hacer su trabajo e informar a la gente que le lee o escucha, está marcado si no toma partido (y lo que dices no hace más que confirmarlo).

    A mí me han intentado 'orientar' más de una vez, en este caso desde la derecha. Sólo una vez consiguieron su propósito y me vi obligado a anular una información que me negué a cambiar.

    ResponderEliminar
  2. Totalmente de acuerdo contigo, Juan:

    1. un periodista puede tener ideas, pero no ha de militar en su trabajo;

    2. es cierto que, si no tomas partido públicamente (o si unas veces das la razón a unos y otras, a otros, en función de que creas que lo hacen bien o mal), ya no eres "de los suyos" y comienza el ostracismo;

    3. siento que te hayan orientado. Yo repito que a mí no me ha ocurrido y espero que no me ocurra, porque no quiero quedarme sin comer ni renunciar a mis principios "apolíticos".

    Gracias por seguir leyéndome. Un beso.

    ResponderEliminar
  3. No soy periodista y, por lo tanto, no conozco ese mundo por dentro. Pero leo la prensa y escucho tertulias, de periodistas.

    Y debo decir que la prensa y las tertulias son penosas. A veces encuentras noticias o comentarios que pueden parecer objetivos, pero son los menos.

    Y es una pena. Estoy contigo, Noelia, en que el periodista debe ser honesto y, sobre todo, objetivo, sin tendencia predeterminada. El periodista, que tendrá sus ideas políticas como todo el mundo, debe abstraerse de ellas cuando escribe o comenta. No digo que sea fácil, pero debe informarse bien y tratar la noticia con el máximo rigor.

    Lamentablemente, en nuestro país hay quienes defienden lo indefendible, contando las noticias de manera tendenciosa. Es una pena. Y si además el autor es manipulado por el medio... muy triste.

    ResponderEliminar
  4. Y lo peor es que el problema no está en las tertulias, que, al fin y al cabo, son opinativas "per se": el problema está en las noticias, que sí deben ser objetivas y, sobre todo, ciertas. Y que uno pida que las noticias sean ciertas ya es el colmo.

    Gracias por tu comentario, Miguel.

    Saludos.

    ResponderEliminar

Gracias por contribuir a este blog con tus comentarios... pero te agradezco aún más que te identifiques.

LinkWithin

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...