Cuenta que sintió pronto la llamada de las piedras. Que por eso se hizo arqueólogo. Y que su vocación no tiene nada que ver con las películas de Indiana Jones.
Él no se enfrenta a bandidos ávidos de tesoros. Pero sabe lo que es pelarse de frío en medio de un descampado toledano que guarda en sus entrañas claves para comprender mejor la historia de España, y también sabe lo que es trabajar de sol a sol, en plena canícula, para dejarnos a la vista el legado de aquellos que nos precedieron hace cientos, incluso miles de años.
Escuchar a Daniel Casado Rigalt es comprender por qué ha titulado su primer libro El arqueólogo enamorado (La Esfera de los Libros). Porque está enamorado de la arqueología. Y porque hace que, quien lee sus líneas, se enamore también de las "piedras" que a él lo cautivaron. De los secretos que esconden tras ellas. De la magia. De las sorpresas. De las curiosidades. No en vano, este libro está escrito en un tono muy ameno, alejado del docto discurso académico, y aderezado con un magnífico manejo del relato literario.
Daniel, ahora, sigue escribiendo. Prepara una novela histórica basada en la época romana. Y aquí ya tiene una lectora. Aunque él avisa: tardará. Ahora, su prioridad, es su recién estrenado cargo de profesor en la Udima. Y, sobre todo, Sandra y Jordana. Enhorabuena.
Fuente: AVNC.
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