domingo, octubre 31, 2010

Adiós, octubre, adiós

Se me va octubre de las teclas y la última semana se resiste a abandonar el calendario. Se me agarra, me clava las uñas, me va haciendo jirones la poquita voluntad que me quedaba.

Pienso en Josefina Samper y en el legado de Marcelino Camacho: "Si uno se cae, se levanta inmediatamente y sigue luchando". Pienso en su dignidad, en su entereza. En que lo suyo sí que fue lucha de verdad. Dificultades. Problemas. Angustias. Y que se levantaron cada día, y siguieron luchando. Por ellos y por los demás.

Después pienso en Miguel Hernández. Otro Luchador. Con mayúsculas. Otro hombre coraje. Otro ejemplo a seguir. Leo a la Gata Flora y no puedo evitar que se me remuevan las entrañas con versos como éstos:

"Hombres veo que de hombres
sólo tienen, sólo gastan
el parecer y el cigarro,
el pantalón y la barba.


En el corazón son liebres,
gallinas en las entrañas,
galgos de rápido vientre,
que en épocas de paz ladran
y en épocas de cañones
desaparecen del mapa.


(…)


Sólo quedan los hombres
al calor de las batallas,
y vosotros lejos de ellas,
queréis ocultar la infamia,
pero el color de los cobardes
no se os irá de la cara".

("Los cobardes", Miguel Hernández)

Y luego pienso en si la literatura es una justificación, una obligación o una excusa. O las tres cosas. O ninguna. Si sirve para que gente como Dragó deje impresas sus boutades haciendo alarde de pedofilia. Si debería servir para proclamar valores universales y hacer un mundo mejor. Si no es más que un vehículo para que cada uno le dé a la tecla como pueda y quiera.

Y si acaso importa lo que yo tenga que pensar sobre todo esto.

Supongo que, al final, Todo es silencio. Es la última novela de Manuel Rivas, y si no fuera porque este martes quién sabe cuántos minutos tendré libres, probablemente iría a la presentación. A ver si me inspira. O si me sumerge definitivamente en el silencio. Tampoco estaría mal.

2 comentarios:

  1. Alguien como tú no puede permanecer en silencio. Yo quiero serguir oyendo tus palabras. Qué post tan otoñal, por nostálgico... miau miau miau rrrrrrrrrrrrrrr (ronroneos tiernos te mando)

    ResponderEliminar
  2. Gracias, Doña Col. No será tan fácil que me calle, me temo. ¡Te arrepentirás de haberme animado a seguir hablando!

    Se agradecen los ronroneos...

    Besos.

    ResponderEliminar

Gracias por contribuir a este blog con tus comentarios... pero te agradezco aún más que te identifiques.

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