Es difícil encontrar alguien que apueste por el talento. O que apueste por algo que no sea solo el dinero, que, por otra parte, es apostar siempre a caballo ganador (salvo que compres deuda griega, claro).
Los apartados, de Fernando García Maroto, ha sido la novela galardonada. La obra cuenta la historia de un policía desterrado a un pequeño pueblo marítimo que "crece sobre una mentira". Haciendo un guiño a la literatura antiutópica que representan escritores como Huxley, Orwell o Bradbury, el autor describe la villa con estas palabras:
Aquí no existe un guardián, sino que todos lo somos; además de jueces, testigos y verdugos.
La falsedad que recorre la novela no solo fluye en las aguas que nutren el pueblo, sino también en la sangre de los protagonistas, que se engañan entre ellos y también a sí mismos. Ningún personaje se libra de la mirada crítica del autor, que refleja en cada uno de ellos un auténtico ejemplo de hipocresía. Los personajes quieren escapar no solo de una aldea donde no hay oportunidades, sino más bien de una personalidad sin ambiciones que, al reflejarse en el espejo, provoca auténtico asco a quien la ve. Por eso mismo, dándose cuenta de que "es siempre complicado luchar contra nuestro propio olvido", no hay esperanza posible.
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