Yo también he sucumbido al fenómeno Larsson. He visto ya las dos primeras películas y no he podido resistirme a perderme entre las páginas de los libros -que siempre dan mucho más de sí que el cine, aunque las adaptaciones son más que aceptables-.
El caso es que en mi lectura han llamado la atención varios párrafos en los que Mikael Blomkvist, protagonista de la trilogía Millennium, despotrica sobre la supuesta independencia e imparcialidad del periodista. Atentos:
"Mikael Blomkvist opinaba que el cometido del periodista económico era vigilar de cerca y desenmascarar a los tiburones financieros que provocaban crisis de intereses y que especulaban con los pequeños ahorros de la gente en chanchullos sin sentido de empresas puntocom. Tenía la convicción de que la verdadera misión del periodista consistía en controlar a los empresarios con el mismo empeño inmisericorde con el que los reporteros políticos vigilaban el más mínimo paso en falso de ministros y diputados. A un reportero político nunca se le pasaría por la cabeza llevar a los altares al líder de un partido político, y Mikael era incapaz de comprender por qué tantos periodistas económicos de los medios de comunicación más importantes del país trataban a unos mediocres mocosos de las finanzas como si fuesen estrellas de rock".
Creo que la observación sobre el servilismo de los periodistas económicos es extrapolable en todo punto a otros sectores de la información -se me ocurren casos flagrantes en el mundillo taurino, que es uno de los que más conozco-. Eso teniendo en cuenta, claro está, que en España la información política no es tan objetiva como la que Larsson describe en Suecia...
Es muy complicado ser independiente plenamente en el periodismo, pero estoy totalmente de acuerdo en que sería lo deseable. España es como sabes el lugar más peculiar del mundo, tenemos que aprender de fuera, y mucho.
ResponderEliminarLa labor del periodismo es una labor de vigilancia. Por eso entristecen tanto esos frecuentes editoriales conjuntos regados por subvenciones y amigueos. Como dice Arcadi Espada hoy en su blog de El Mundo, España es un país "donde la prensa es fiel, exactísimo reflejo" de sí mismo.
ResponderEliminarVida en azul: la independencia es difícil, pero la objetividad -o, por lo menos, la ausencia de partidismo- es totalmente necesaria -al menos en la información-.
ResponderEliminarPetrarca: el periodismo se encuentra en un estado tal que, en lugar de vigilar, debería ser vigilado (me temo).