Nunca le puso la mano encima. Nunca. ¿Cómo iba a denunciarle entonces? ¿Qué iba a decir en la comisaría? ¿Que no tenía un solo moratón, pero que él había pasado como una apisonadora por encima de su alma? ¿Que ya no sabía quién era? ¿Que ya no sabía qué le gustaba? ¿Qué quería hacer con su vida? ¿Qué hacía antes de conocerle a él? ¿Qué era reír? ¿Qué era salir con sus amigas?
¿Qué iba a decir? ¿Eh? ¿Qué? ¿Que ella era para él una puñetera mierda? ¿Que él hacía que se sintiera un cero a la izquierda en cada momento del día? ¿Que siempre andaban a gritos? ¿Que nunca hacía la comida que a él le gustaba? ¿Que el plato no estaba lo bastante caliente? ¿Que tenía que prepararle siete menús distintos cada noche porque él nunca estaba conforme con nada? ¿Y que cuando llegaba frente al plato, sólo la miraba con cara de asco y le decía que nadie cocinaba como su madre, que ella era una inútil y que no tenía que haberse casado nunca porque ni siquiera era lo suficientemente mujer como para haber tenido hijos? ¿Que no valía ni para eso?
¿Era todo eso motivo de denuncia? ¿Era motivo de denuncia que le prohibiera ir al psicólogo? ¿Que le escondiera las pastillas que le recetaban? ¿Que cuando se enfadaban -cuando se enfadaba él- lo arreglase todo con una copa de vino? ¿Y luego otra? ¿Y otra? ¿Y otra más? ¿Que él la había convertido en una muñeca de trapo, desvencijada, con las tripas de algodón asomando por encima de los vestidos ajados? ¿Con el pelo enredado en una madeja inmunda de pensamientos que no la llevaban a ningún sitio, porque donde quería irse era lejos, lo más lejos posible de él, y él apenas la permitía ir más allá de la puerta de su casa?
¿Eran eso malos tratos? ¿Lo eran? ¿Era maltrato que la gritase delante de todo el mundo? ¿Que jamás le dirigiera una mirada de cariño?
Y si aquello era maltrato, ¿por qué todo el mundo se callaba? ¿Por qué nadie decía nada? ¿Por qué sólo bajaban la cabeza y la miraban con cara de pena?
¿Cómo iba a denunciarle, si siempre que las cosas llegaban demasiado lejos, siempre como hoy, él llegaba con un ramo de rosas rojas, le pedía perdón y le decía entre pucheros que no, que aquello no iba a volver a suceder, que iban a ser felices, que es que estaba cansado, que le perdonase, que iban a arreglarlo, que había sido un torpe?
¿Cómo decirle al agente de turno que siempre pensaba que aquellas rosas rojas serían las últimas y terminarían junto a una lápida con su nombre en la soledad fría y gris del cementerio?
¿Que se estaba muriendo de pena y no había orden de alejamiento posible para tanta amargura?
25 de noviembre. Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres.
Campaña de sensibilización de la Federación de Mujeres Progresistas.
Foto: "Encadenada", en Flickr.
Pasión Vega, María se bebe las calles.
Sigo sin entender cómo puede existir gente así!!!
ResponderEliminarHabrá que seguir peleando para que todas estas cosas no pasen.
Besos
Sí, hay que pelear, y mucho. Esa gente está a menudo bastante más cerca de lo que pensamos. No es patrimonio exclusivo de las noticias.
ResponderEliminarBesos.
!ay! termino de leerte con el corazón encogido... ¡describes muy bien una realidad QUE DUELE! tan terrible y, lo peor, tan difícil de vencer... todavía hay muchos que miran hacia otro lado... ¡todavía se puede hacer más! ¡todos tenemos que aportar nuestro granito de arena para frenar ésto, para ayudar a mujeres que son maltratadas, física o psicológicamente por, los que se supone, que las quieren! ¡hay que joderse!
ResponderEliminar¡el maltratador lo es toda la vida!
Muy recomendable ver "Te doy mis ojos" de Iciar Bollaín.
¡Todo el apoyo, el ánimo y la fuerza a cada una de las mujeres maltratadas! ¡No estáis solas!
Isa, la peli que recomiendas es buenísima, como también lo es Sólo mía, de Javier Balaguer, con Sergi López y Paz Vega.
ResponderEliminarAcabo de llegar de ver la representación de Ahora que vamos deprisa, vamos a contar verdades, de Yeses, y también la recomiendo... están en una especie de gira por la Comunidad de Madrid... no sé si habrán acabado hoy, por ser el día que es...
Besotes.
No hay seguridad suficiente para ellas, ni a 1000 km de distancia y eso, es lo que las paraliza.
ResponderEliminarNo he llegado ni con mucho a eso, pero sí sé lo que es esperar a oir la llave en la cerradura de la puerta, para saber si habrá o no "gresca"...
El miedo es libre y lo peor es, que aunque él estuviera bajo tierra, el sol nunca vuelve a brillar en todo su esplendor.
Es la sensación que deja el TERROR.
Noelia, que bien describes las situaciones.
ResponderEliminarLas peliculas que comentais desgraciadamente son muy reales las dos, ojalá solo hubiese sido un guion de terror de cine, pero es real.
Hace muy poco lei una noticia que me dejó igualmente mal, un hijo que daba palizas tremendas a su madre de 74 años, y ella alegaba que se caia constantemente, que no eran malos tratos,hasta que la dejó en coma, parece ser que se está recuperando muy lentamente, ojalá no vuelva a ese infierno, parece ser tambien que el, está donde merece.
Y que tremendo lo que nos expresa Musa.
Besos.
Y lo malo es que las que sobreviven, lo hacen con cicatrices para toda su vida. Y aunque pasen los años, el miedo jamás desaparece. Y una simple llamada de teléfono con un número oculto, o una sombra en la calle similar a la de él...hacen sangrar la herida.
ResponderEliminarCómo puede ser alguien capaz de tanta crueldad...nunca lo sabremos.
Sí, Musa, sí. El miedo, una vez que se instala en las entrañas, es fiel compañero de viaje toda la vida.
ResponderEliminarWilliam: gracias por tus piropos constantes. Y efectivamente, es tremendo también el maltrato hacia los mayores... qué coño, todo tipo de maltrato.
Ladysteffi: la mente tiene vericuetos insondables. Y estoy contigo: una persona maltratada -o acosada, que para el caso es lo mismo- sufre las consecuencias hasta que se muera.
Es una pena pero es así. Una palabra y un gesto boniton hacen que creamos que nos compensen los malos tratos en el sentido amplio del término. Pero ¿por qué? ¿Tan débiles somos? Sí... que pena.
ResponderEliminarBesitos Noelia.
Mara, no sé si es debilidad o son mecanismos psicológicos de dependencia en los que los maltratadores resultan expertos. Es complicado. Muy complicado.
ResponderEliminarEs terrible, el maltrato físico y el homicidio es "solo" la conclusión de ese maltrato sutil, refinado, cotidiano.
ResponderEliminarSe que existe porque lo vemos a diario pero aún me cuesta creer que exista, no logro entenderlo.
Un beso Noelia
Son cosas incomprensibles, es cierto. La mente resulta ser de una complejidad inabarcable y los sentimientos, ni te digo.
ResponderEliminarBesos.