Guardar cosas puede parecer un ejercicio de masoquismo. Una manía de acumulación sin sentido. Un modo como cualquier otro de perder el tiempo.
Pero a veces viene bien.
A veces uno recorre los huecos de la memoria forzada y encuentra perlas que en su momento escondió en la concha opaca de un archivo cualquiera, sin saber que un día abriría la concha en cuestión y encontraría la perla, más grande, más brillante, plena en todo su sentido.
Perlas como éstas:
“Cuando estamos en un hospital y cuando nos enamoramos, nos damos cuenta de hasta qué punto son frágiles nuestras vidas y nuestros cuerpos”.
“Creía que me esperaba un bosque de historias y de chicos y de años por venir, y que no era tan grave dejar que uno se fuere, o perder un cuaderno con el borrador de una novela inacabada, porque vendrían más hombres y más ideas y no sabía, como sé ahora, que todo lo que uno deja ir lo pierde para siempre”.
“El amor se puede dar, pero no se puede pedir”.
La mejor, para mi, es la última. "El amor se puede dar,pero no se pued pedir". Es algo desinteresado, que surge naturalmente.
ResponderEliminarSí, lo jodido es darlo sin recibirlo. Aunque te creas que da igual. Al final nunca da lo mismo estar en desventaja.
ResponderEliminarPor esta entrada y la anterior, creo que hay historias que superar... o aprender a vivir con el dolor. ¿me equivoco?
ResponderEliminarGuardar cosas...espero que no sea de masocas..y si no yo también soy una de ellas!!jaja. Yo lo guardo casi todo...tengo las nóminas de hace 9 años!!
ResponderEliminarQué barbaridad, qué cosas se dicen...lo de enamorarse de una mesa no se yo. Ahí se ha pasado. Hombre...si es de diseño...jeje.
Pero la última frase no tiene desperdicio...Dar sin pedir nada a cambio. Ese y no otro es el amor verdadero. Aunque parezca imposible. Por eso a veces confundimos Amor con Necesidad (e incluso, con Obsesión). Necesitamos a alguien...pero no le Amamos si por Amor le encadenamos a nosotros o le pedimos que no salga de la jaula ni vuele alto, o que nos de lo que damos en la misma medida.