Comenzó. Como si las nuevas vidas tuvieran que comenzar un lunes. Como si el lunes tuviera que ser el principio de algo. Por narices. Porque sí.
Y eso que las cosas son porque son. Y muchas veces no llegan ni a ser. Y no pasa nada.
No es bueno acostumbrarse a ganar siempre. O a no perder nunca.
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