Aunque llevo años viviendo en la Sierra –más de lo que mi memoria alcanza a recordar–, nunca había visto el Belén Monumental de San Lorenzo de El Escorial. Pero para todo hay una primera vez, y hoy ha sido mi estreno en esta cuestión.
Ahí van algunos testimonios gráficos de una tarde muy agradable... en la que no ha faltado el chocolate con churros, mal que le pese a mi báscula –que le pesa, sí, que le pesa, y nunca mejor dicho–, porque llevaba con antojo desde hace dos días.
Mención aparte merece la siguiente figura: con bufanda para el frío, con un dedo hecho trizas... pero con la farmacia enfrente para que le cambien el esparadrapo. ¡Genial!
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