miércoles, enero 24, 2007

Triste celebración

Hoy es -casi "era", más que nada por las horas- San Francisco de Sales, patrón de la cosa de la pluma. Y parece que los genios tienen reservado hasta el día bueno para poner punto y final a su obra maestra, eso que damos en llamar "vida" pero que, seamos sinceros, tan sólo saben vivir esos genios y unos pocos más.

Ryszard Kapuscinski ha muerto. En realidad murió ayer, pero es precisamente hoy, el día grande de los periodistas, cuando la noticia vuela por las redacciones, se cuela en los boletines de radio y aparece hasta en los avances de los telediarios.

Como me suele ocurrir en estas ocasiones, es ahora cuando me doy cuenta de que apenas sé nada de él. Nada, salvo que fue un maestro. Y que siempre he dicho "tengo que leer a Kapuscinski", pero siempre he postpuesto la tarea.

Ahora me lo propongo en serio. Empezaré por Los cinco sentidos del periodista, a ver si me aplico el cuento. Como adelanto, me quedo con la descripción que del genio polaco ofrece Arcadi Espada -brillante entrada para una entrevista que hoy rescata en su blog-:

"Su sentido ético sobresalta: su periodismo es una misión de exigencia implacable cuyo objetivo es rescatar del olvido a los olvidados".

Como dice David Plaza, "era un gran narrador de historias". Y esto me sirve para rescatar una de las reflexiones que más me han llegado acerca del periodismo. Me la transmitió Carmen Rigalt en una de nuestras primeras conversaciones, concebida para ser una de las entrevistas de las que más orgullosa me siento: "a veces", dijo, "llego a la conclusión de que el periodismo ha muerto, porque el periodismo consiste en contar historias y ahora eso cada vez importa menos y cobra más importancia estar en la trinchera de los bandos mediáticos y marcar bien el paso del bando en el que escribes".

P.D.: Anoto también la reflexión de Espada acerca de otro de los "vicios" del periodismo de hoy: "cuando despierta, el periodismo se echa las manos a la cabeza, dios mío, sin pararse a pensar lo sospechoso que resulta descubrir un hecho debajo de un acontecimiento". Vaya, que pasan las cosas delante de nuestras narices pero no nos enteramos porque estamos demasiado ocupados mirándonos el ombligo.

1 comentario:

  1. Cuanta razón tiene Carmen Rigalt en ese comentario: el periodismo ha muerto. Ahora nuestra antaño adorada disciplina juega un perpetuo derbi futbolístico: o vas con uno, o con el otro... El periodismo ha muerto, ¡viva el periodismo!

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