lunes, enero 22, 2007

El día más deprimente del año

Al poco tiempo de llegar al trabajo, Isabel me ha dicho que me notaba de bajón. Que si era sólo porque la agenda marca "Lunes".

Yo le he respondido que no. He estado a punto de ponerle sobre aviso de mis vaivenes ciclotímicos, pero la advertencia me ha parecido droga dura cuando apenas llevo un mes con el nuevo equipo.

Aunque no me había parado a pensarlo, he buscado unas cuantas razones para sonreír menos de lo debido:

a) ha muerto el padre de Chema y es fácil identificarse con el dolor de una persona tan cercana... tan buena gente;
b) las noticias no paran de salpicarme con la sangre de la mujer asesinada a cuchilladas por su ex marido, que, para celebrar su osadía, se ahorcó en un árbol a las afueras del pueblo. La familiaridad del caso me asquea y tanta soga en tan poco tiempo me está empezando a asfixiar el alma;
c) mi mejor amiga no termina de creer que detrás de esta niebla hay un rayo de sol y no soy capaz de darle ánimos porque, aunque no tengo motivos para quejarme, yo tampoco termino de creer en otra cosa que no sea el aquí y el ahora... aunque este presente sea hoy una auténtica boca de lobo;
d) la cuesta de enero es una pendiente insufrible -no quiero pensar el día en el que llegue mi primera hostia con la Visa, que no sé para qué la he sacado- y aún me quedan en el monedero varios puertos de primera categoría de aquí a marzo;
e) con todo, lo que más sube es la báscula, y mi madre no para de hacer ricos pasteles y flanes que me anestesian el ánimo tanto como alimentan mi sentimiento de culpa por no ser capaz de decir "no" a la gula.

Y ahora, cuando pensaba regodearme en la desazón que me provoca saber que los vómitos emocionales de los talk-shows hacen a uno más rico que las arriesgadas operaciones bursátiles, me encuentro con que hay una explicación casi estadística a este bajón generalizado que reina a mi alrededor:

"Hoy es el día más deprimente del año", según demuestra un estudio de la Universidad de Cardiff.

Ánimo: apenas quedan dos horas.

3 comentarios:

  1. Beti, es precioso. Y aunque, como tú dices, muchos le consideren "cursi", es mi poeta favorito.
    Siento ser tan reiterativa, pero es lo que tenemos los ciclotímicos.
    Un beso enorme.

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  2. Que no se te olvide que incluso en los días más deprimentes hay rayos de sol. Si el 22 de enero tiene ese honor, yo tengo dos rayos de sol: es el cumpleaños de mi madre y de un amigo de los mejores que puede tener una persona.
    No pierdas nunca la sonrisa, es lo mejor que tenemos...

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  3. Juan, felicidades a los dos desde este rinconcito de la blogosfera.

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Gracias por contribuir a este blog con tus comentarios... pero te agradezco aún más que te identifiques.

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