Parece transparente. Se destapa y, de momento, tiene gas. Sube, y sube, y sube. Si no tienes cuidado, quizá hasta se salga de la botella, tanta es su energía inicial. En ocasiones, puede llegar a hacerte creer que es, incluso, chispeante. Esos primeros instantes los vive en su propia burbuja y te lleva hasta ella sin pedirte siquiera permiso. Te arrastra con ese torrente carbónico suyo que hasta parece natural.
Sin embargo, de pronto, sin venir a cuento, se desinfla. Las burbujas se van por donde vinieron, la botella se queda vacía y el líquido que había dentro, lejos de seguir siendo transparente, se va enturbiando como por encantamiento.
El mismo encantamiento que parecía tener este hombre gaseosa, la última de mis adquisiciones en este mercado de cenutrios del que soy, sin quererlo, clienta preferente.
El calificativo me lo sugirió Carmen una noche de desconcierto. Yo buscaba una explicación al parón de sus otrora insistentes llamadas, que le hicieron agobiarse solo, y ella sólo me respondió: "Nena, no busques razón alguna: este niño está en el pasillo de los hombres gaseosa... mucho ímpetu al principio, pero poca duración".
Y lo cierto es que C., como casi siempre, tenía razón. Porque la primera tarde -por suerte, no le llegué a oír roncar- las burbujas le duraron dos descorches. La segunda -quién iba a decirlo-, ni siquiera eso. Y yo que empezaba a buscar en el pasillo de los yogures, ilusa de mí, pensando que iba a estar mejor nutrida...
Claro, no contaba con que los yogures, a veces, te los venden caducados. Y, cuando se pasan de fecha, el calcio se convierte en gas carbónico. Y la gaseosa -oh, dolor-, dura lo que dura. O sea, asalto y medio.
Foto: Tintura, por Manel, en Flickr.
Ja, ja, ja !! La gaseosa siempre sabe mejor mezclada... y con un zumito dulzón pierde de entrada las burbujas.... y quizás tantas expectativas. Puede que sea una mezcla rara. ¿Y qué? ¿No somos raros? TODOS SOMOS RAROS
ResponderEliminarDos cosas, Noe:
ResponderEliminar1 - que se me había olvidado decirte que vi la mención que te hizo Carmen hará como dos semanas y, como conoces mis amores, me alegré mucho al leerlo.
2 - Ya estoy en el ajo de tu última movida profesional. Amos a jugarnos esa femenina femoral, Noe, y si necesitas algo ya sabes donde estamos.
La condesa de Estraza
Me gustaría decir que ese "amos" va escrito a sabiendas, no sea que pase por aquí mi corrector ortográfico particular y me suelte otro estacazo por no conocer las reglas de la escritura. Sí, el desconocido ente que me llama señora debido a mi edad, y no porque me corresponda el tratamiento por matrimonio.
ResponderEliminarBesitos.
La condesa de Estraza
Info: ante todo, he de decirte que me resulta muy extraño escribirte sin saber quién eres... pero en fin, el juego mola. La gaseosa sola tiene su puntito... sobre todo, porque no engorda. Con zumito resulta empalagosa. Y expectativas... al principio, no las hay; las crean los propios gases. Y sí, raritos, somos todos. Pero unos más que otros, ¿no crees?
ResponderEliminarCondesa: casi me caigo del sofá cuando leí la mención de Carmen. Esta que cito en el post es otra Carmen, que, como todas las Cármenes que conozco, es una tía de puta madre -y perdón por los tacos, pero ya me da todo igual-. Respecto a la movida... pues ahí estoy, un poco hasta las trancas por hacer el paseíllo en una plaza que puso boca abajo nuestra querida Rosa. No sé si estaré a la altura, pero mira... lo intentaremos. Le llamo estos días y le cuento. Y, de paso, tomamos un café. O un té. O lo que sea. El caso es que quiero verla. Que le debo a usted mucho y lo sabe.
P.D.: Al corrector, señora condesa, que le den. Y si le llama a usted "señora", no hace nada de más. Porque usted es una señora con todas las letras, una gran dama, y en eso no tiene nada que ver ni la edad ni mucho menos el matrimonio. Ea.
¡Vaya! La foto gana mucho con un texto tan mordaz.
ResponderEliminar¡Enhorabuena por tan exquisito Blog!
Estoy de acuerdo contigo,
ResponderEliminartodas las Cármenes que conozco son especiales,
como mínimo son tías muy raciales.
PepeFer
Gracias, Manel. Pero tu foto se viste sola... y el post gana con la imagen.
ResponderEliminarPepeFer: creo que Wilde se equivocó... tenía que haber escrito "La importancia de llamarse Carmen", no "Ernesto".
Saludos a ambos... y bienvenidos, cómo no. Espero veros por aquí a menudo.
PepeFer: sí, como Carmen Polo, verbigracia.
ResponderEliminarLa condesa de Estraza
Bueno, en Carmen Polo no había caído... pero creo que la excluiría. Me da grima. Y sus collares, más.
ResponderEliminarSiento mucho que guardes esos recuerdos de los hombres que han pasado por tu vida, a lo mejor, te falta tiempo para verlo con distancia y reirte, o diste simplemente, con el deshecho de tienta; por cierto, alguno me ha tocado, pero, a�n sin saber si son muchos o pocos los que han pasado por mi vida, de todos, aunque �nicamente sea por lo que en su d�a me hicieron sentir, guardo un buen recuerdo, incluso del "ex" oficial.
ResponderEliminarS� que no podr�a contar con ellos, pero lo que me hace diferente, es que ellos, dentro de lo razonable, conmigo, SI.
Un beso.
No, si con distancia lo veo... con distancia y con ironía, que no llega a ser humor, pero se le parece. Y, como digo siempre, no todo es realidad... en los relatos hay mucho de ficción. Y mucho de exageración. Que cada uno entienda lo que quiera... sólo pretendo deslizarme por las teclas y causar algo -risa, pena,... lo que sea- en quien me lea.
ResponderEliminar