sábado, febrero 27, 2010

50 razones, 50


50 razones, 50. 50 argumentos cabales. 50 raptos de lucidez. 50 actos de valentía.

Porque el toreo sin valor no es toreo, pero los aficionados, en muchos casos, pecamos de omisión. "El enemigo está dentro", dice Francis Wolff, autor de 50 razones para defender la corrida de toros, y es "la mala conciencia, un complejo dentro de nosotros" que no nos permite reconocer en público que amamos el toreo. Y así nos va.

El cineasta Günter Schwaiger -que acaba de estrenar la película Arena- lo dice de forma mucho más clara: "Es el momento de salir del armario", de reinvidicar sin fisuras que sí, que nos va la Fiesta, y a mucha honra. Que no somos salvajes, crueles ni sádicos, sino defensores a ultranza de algo más que una tradición o una expresión artística.

Pero tiene bemoles que tengan que venir a darnos argumentos un francés y un austriaco. Que "la Fiesta en Francia" suponga "la primera trinchera de defensa de la Fiesta en España", tal como resumía el propio Wolff. Que tengan que venir los de fuera a decirnos cómo apañárnoslas en casa.

El toreo vive sus horas más complicadas, sus jornadas más decisivas. El futuro -si lo hay- depende en gran medida de lo que suceda en el Parlamento catalán. De que salga adelante o no la iniciativa legislativa popular para prohibir las corridas de toros en Cataluña. Y, para evitarlo, no son suficientes los discursos de quienes subirán a la tribuna; todos nosotros tenemos que hacernos abanderados de al menos una de estas 50 razones para que no vengan los antitaurinos con las banderillas y nos claven un rejón en todo lo alto.

Estamos reaccionando, sí, e iniciativas como la publicación del libro de Francis Wolff, gracias a 6 Toros 6, la Fundación Wellington y la Mesa del Toro, lo demuestran. Pero vamos a paso de tortuga. Tardíos, lentos y pesados. Y no queda mucho tiempo.

Foto: Muriel Feiner.

2 comentarios:

  1. Yo defiendo los toros porque me sale que defendiendo la tauromaquia defiendo una de las bellas artes de España, así, sin complejos. Yo el rollo Macabeo ese de la pluralidad y demás zarandajas no me la creo, insisto. Nuca me aficioné a los toros por falta de tradición en mi casa, pero eso no quita que no sepa palpar y sentir dónde se está haciendo verdadero arte. Me encanta leer a algunos cronistas de la Fiesta. Si el periodismo deportivo es banalidad y cochambrera adolescente, el periodismo en el mundo de los toros maneja unos hilos que tienen que ver mucho con el pundonor, la honra y el honor. Me es indiferente el orden. Como tú bien dices, manda huevo que tengan que venir de fuera a defender lo nuestro.
    Va por usted, maestra.

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  2. Bate, tu argumento me recuerda mucho a las frases con las que Wolff comienza su libro: aluden a la tolerancia para aquellos que no son taurinos, y a la necesidad de defender la Fiesta por parte de quienes la llevamos dentro.

    Gracias por el brindis, torero.

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