Recuerdo que una profesora de la facultad, denostada por muchos -por mí también, en algunos momentos- a causa de su rigidez y su aparente prepotencia, recomendaba insistentemente leer la obra de este poeta asturiano. Empaparse de ella.
Yo, como siempre, he seguido tarde su recomendación. No he sido gran amante de la poesía.
Pero ahora estoy aprendiendo a sentir más. Con el corazón y con las letras. Y Ángel González me está ayudando. Sobre todo a lo segundo.
MUERTE EN EL OLVIDO
Yo sé que existo
porque tu me imaginas.
Soy alto porque tu me crees
alto, y limpio porque tú me miras
con buenos ojos,
con mirada limpia.
Tu pensamiento me hace
inteligente, y en tu sencilla
ternura, yo soy también sencillo
y bondadoso.
Pero si tú me olvidas
quedaré muerto sin que nadie
lo sepa. Verán viva
mi carne, pero será otro hombre
-oscuro, torpe, malo- el que la habita...
Ángel González
Todo tiene un fin.
ResponderEliminarNo soy degustador de poesía, aunque he escrito unas cuantas (no encontraba otra manera de expresar lo que sentía / desahogo) no me gusta leerlas. Lamento su muerte.
Qué cosa más cierta esa de que "todo tiene un fin". Nosotros, aunque no nos lo creamos o no lo pensemos demasiado, también.
ResponderEliminarNo he leído ninguna poesía tuya... a ver cuándo nos dejas degustar alguna.
Besos.
Está claro que él sólo ha dejado ésta vida en cuerpo...y no en alma. Quien escribe poesía perdura para siempre. Bueno, quien escribe, en general ;-)
ResponderEliminarSí, supongo que escribir es una forma como otra cualquiera de buscar la inmortalidad. Sólo que muchos nos quedamos en el purgatorio... jejejeje. Besos.
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