viernes, enero 04, 2008
Una tarde en el Gijón
Ayer no escribí. No aquí. De hecho, es más que probable que, hasta el día 22, mis apariciones bloggeras sean mucho más escasas que de costumbre. Ya contaré por qué. O no.
Pero ayer debía haber escrito. Ayer tenía que haber contado la tarde tan provechosa que Germán me regaló, primero en el Café Gijón, después con un paseo por las calles de Madrid que más parecía llevarnos a la revelación de la primavera que a un comienzo insospechado del invierno, más tarde con nuestra ya típica parada de avituallamiento en Fnac, a la que siguió un reconstituyente chocolate en San Ginés -el primero de mi vida, por cierto, igual que fue el primero el Moods que me ofreció y que me ventilé casi entero mientras subíamos la Gran Vía-, para terminar caminando, prácticamente solos, desde Ópera hasta Moncloa, descubriendo una visión majestuosa del Palacio de Oriente, todo hecho de luz en la caída de la tarde.
Fue un magnífico comienzo de año. Colosal. Con razón yo siempre he dicho que mis años comienzan el 2 de enero.
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Ya me has dejado totalmente intrigado... Espero con paciencia ese día 22 (que además es fecha de cumpleaños señalados, así que no se me va a olvidar, ¿eh...?) para que nos cuentes (o no...).
ResponderEliminarJejejeje... quizá tanta intriga sea desmesurada... ¿El 22 de enero es tu cumple?
ResponderEliminarOlé que sí!!! vaya tarde más productiva no¿? y ahora a esperar ese 22 de enero.
ResponderEliminarBesos
Querido Javi, habrá de ser una espera activa, que sabes bien lo que me juego... Besos.
ResponderEliminarA por ello, Noelia, a por lo que sea, ya nos contarás el día 22 (o no).
ResponderEliminarLa condesa de Estraza
El paseo desde luego era para contarlo, la foto de la mesa ya nos muestra el acogedor momento.
ResponderEliminarPues sea lo que sea, que tengas suerte y que el 22 te traiga algo bueno.
Gracias, condesa. Si no cuento nada será, fundamentalmente, por pudor... Sabes que no me considero lo bastante buena para nada.
ResponderEliminarWilliam, la foto no es lo mío, pero me mola. A ver si los Reyes me traen una camarita nueva, que abulte menos, que la mía despierta ya ciertas risas. Gracias a ti también por tus buenos deseos.
No, el mío no, eso no llegará hasta marzo, pero tengo dos cumpleaños ese día, je, je... Así que ese día soplaré y soplaré y la verdad descubriré cual lobo feroz, je, je...
ResponderEliminarJejejeje... pues cuidadín con los pulmones!!!
ResponderEliminarGuapa me alegro de que empieces el año con esa sonrisa :) que todos los días sean así!
ResponderEliminarGracias!!!! Y tú que lo veas, preciosa...
ResponderEliminarJoer, una tarde con Germán, tú sí que eres afortunada.
ResponderEliminarSí soy afortunada, sí... A ver cuándo tengo la fortuna de pasar una tarde -o compartir un café- contigo.
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