Mi cabeza me ha traicionado. Lo hace a menudo, impulsándome a pensar cosas sin sentido, a buscarle al gato todos los pies que no tiene y a exprimir los asuntos hasta encontrarles explicaciones del todo incongruentes. Y siempre dolorosas.
Pero esta vez, además, me ha traicionado con una jaqueca que me ha tenido fuera de juego desde el miércoles. Quiero consolarme pensando que me habéis echado de menos. Pelín creída que es una. Supongo que me equivoco. Pero, por si acaso, pido disculpas por la ausencia y trato de redimirme con una fábula que encontré el otro día en el blog de Marc Vidal –un gurú del 2.0 al que conviene seguir si a uno le interesa el mundillo– y que me ha animado a tomar alguna decisión importante. O a pensármelo. A echarle valor, en todo caso.
El águila es el ave que vive más tiempo, llegando a alcanzar 70 años. Sin embargo, para llegar a esa edad, a los 40 años tiene que tomar una seria y difícil decisión. A los 40 años el águila se encuentra en una fase decisiva y delicada de su vida: las uñas se le han puesto largas y flexibles, y así ya no logra agarrar los animales de los cuales se alimentaba; el pico alargado y puntiagudo se ha puesto curvo, lo que le complica el cazar y el alimentarse. Sus alas están envejecidas y pesadas porque las plumas están más gruesas y se le hace cada vez más difícil volar. En ese momento de la vida, el águila sólo tiene dos alternativas: morir o enfrentar un doloroso proceso de renovación que va a durar 150 días.
Ese proceso consiste en volar hacia lo alto de una montaña y alojarse en un nido cerca de una pared, donde no necesite volar. Luego de encontrar ese lugar, el águila comienza a batir con el pico en la pared hasta lograr arrancárselo. Después de que lo arranca, espera que nazca un nuevo pico, lo que tarda algunas semanas. Una vez que tiene su nuevo pico, el ave va a poder después arrancar sus uñas. Cuando las nuevas uñas comienzan a nacer, el águila comienza a arrancarse las viejas plumas. Recién después de cinco meses, cuando ese proceso está terminado, sale para el famoso vuelo de renovación y para vivir entonces 30 años más.
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