José Tomás, comprometido contra la violencia de género

Serio, pero con el rostro henchido de satisfacción. Con los ojos brillantes. Satisfecho por saber que su toreo tiene sentido más allá del ruedo. Que sirve, por ejemplo, para animar a chavales a leer y a escribir sobre un problema social de grandes dimensiones: la violencia de género.

José Tomás ha hecho el paseíllo hoy en Galapagar para entregar los premios del concurso de redacción que organiza su fundación. Su discurso, breve pero certero, pone el acento en la necesidad de aceptar, reconocer y valorar las diferencias entre sexos –porque es lo que nos enriquece–, pero también en la obligación moral y social de condenar las desigualdades.

Os dejo su intervención completa, en vídeo y en texto. No tiene desperdicio.





En el año 2008, un niño mexicano, Rubencito, de diez años, ganó el premio de dibujo que la Unión Europea convocaba sobre igualdad de género. Rubencito dibujó, aparte de otras cosas, a una mujer embarazada con una banda de presidenta de la República. El sentido del dibujo era que la pareja se preguntaba cómo quería que naciera su hijo y ambos coincidían en que no les importaba que fuera niño o niña, pero sí que tuviera los mismos derechos y responsabilidades.


Decía Gregorio Marañón: "No son los dos sexos superiores ni inferiores el uno del otro; son simplemente distintos". Tenemos que luchar contra la desigualdad, no contra la diferencia. Cualquier pueblo que se tilde de "progresista" tiene que tener en la igualdad de género su causa más noble. Cualquier pueblo que quiera progresar no puede hacer de menos a la mitad de su población –no olvidemos que el género femenino constituye la mitad del género humano–.


Si miramos la historia veremos que se han producido cambios importantes, pero todavía nos queda mucho camino por recorrer. Un cambio con la meta de conseguir un futuro más justo, donde nuestros derechos, responsabilidades y oportunidades no dependan de si nacemos hombre o mujer.


Los estudios sobre violencia de género demuestran que una de las tácticas del violento es aislar a la víctima. Hoy aquí, con vuestros trabajos de redacción, con la presencia de todos nosotros, estamos haciendo justamente lo contrario, es decir, reunirnos, arroparnos y unirnos, poniendo así nuestro particular grano de arena para conseguir que algún día no tengamos que escuchar ni una sola noticia, ni un solo suceso sobre violencia de género y que la igualdad de género sea una realidad. Quizá eso hoy os parezca una utopía, pero si trabajamos todos juntos, de verdad, poniendo todo nuestro empeño, os aseguro, queridos alumnos, que lo podemos conseguir.


Quiero aprovechar este acto y la presencia de los medios de comunicación para mandar nuestro apoyo y aliento al pueblo de Japón, que tan alto ejemplo están dando al mundo de valor, abnegación y disciplina en este momento y en medio de la tragedia que están viviendo.

P.D.: Aprovecho el post para recordaros que los royalties de mi próximo libro, Tinta y oro, irán dirigidos a proyectos contra la violencia de género. Si consigo ayudar a una sola persona con mi escritura, aunque sea de manera indirecta, el esfuerzo habrá merecido la pena.