La libertad de expresión empieza por el estómago. O sea, por la deglución. Al menos eso creen en Burger King.
¿Que no pueden hacer publicidad -porque se habían comprometido a ello, voluntariamente- de las grandes raciones? Pues abren un blog para transmitir las "bondades" de la comida rica en calorías.
Y yo con mi dieta proteica...
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En Casa Tarradellas han sido más cautos...
Efectivamente, porque la polémica, por muchas vueltas que le den en www.manthem.com, no se ha montado por el contenido del anuncio, sino por anunciar un producto que aporta más de la mitad de las calorías que se necesitan diariamente. Y no, exactamente, porque las aporte, más bien porque se había llegado a un acuerdo con Burger King en el sentido de que no iba a haber promociones de productos que excediesen ciertas cotas establecidas. Me parece una chorrada todo este rollo y creo que la cosa no está en censurar anuncios, sino en educar debidamente a los ciudadanos en la práctica de una alimentación sana. Luego, cada uno es muy libre de hacer de su capa un sayo y ponerse o no hasta el culo de lo que le apetezca o considere conveniente.
ResponderEliminarLo de casa Tarradellas, lógico. Al margen de hacer apología de una glotonería más que considerable, el prota del anuncio encima era un menor.
Casi siempre estamos de acuerdo, betialai...
ResponderEliminarPues claro, bonita. Si es que me encanta lo que escribes y, sobre todo, cómo lo escribes. Si me llegas a pillar unos cuantos años antes, en plenas facultades, no como ahora que ya estoy fané y descangayao, y cuando me parece de todo punto deleznable cometer un infanticidio, ten por cierto que ya podías haberte dado por raptada. De fijo, ya te digo.
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