No, no soy del sur. Soy de Madrid. Y a mucha honra.Es verdad que el sur me tira. Es cierto que tengo el corazón partío y el alma rota. Que se me va la vida cuando oigo el rasgueo de una guitarra. Que caigo rendida ante el olor a azahar. Que me envuelve el duende de las callejuelas de Triana. Que me pierden las luces que salpican la noche sevillana desde la calle Betis.
Todo eso es cierto.
Pero yo nací gata. En Chamberí. Y hoy es mi día. Aunque no me llame Paloma, soy chulapona. Una imagen vale más que mil palabras...
P.D.: Por favor, no tengáis en cuenta el abuso del colorete. Antes no había cursos de automaquillaje ni se estilaba lo de "menos es más"...
Chulapa, pero chula-chula que reconoce sus gustos y raices sin desmerecer los otros.
ResponderEliminarImpresionante documento. Una Noelia gata y chulapona, como corresponde a los Madriles desde siempre. Sólo te falta "El Pichi" detrás con aquel organillo que tocaba en las inmediaciones de la plaza.
ResponderEliminarFeliz fiesta. Nos debemos un chotis por lo menos.
Un beso.
Gracias y buenas noches.
ResponderEliminarSalud
El Coronel
William: por supuesto, creo que los gustos propios no están reñidos con el respeto por los gustos ajenos. La diversidad enriquece. Y mucho.
ResponderEliminarBerrendita: el Pichi bien podría ser mi hermano, pero es mucho menos folclórico que yo. Nos debemos un chotis y lo que tú quieras, preciosa. Besotes.
Coronel: gracias a ti, siempre. Sobre todo por tu fidelidad y por los ánimos que transmites.
Sí, sí, mira ésta,
ResponderEliminarel Pichi su hermano, dice, cuando lleva un verano la tía que no para en rama verde ni por casualidad.
La condesa de Estraza
Condesa, qué poco discreta es usted!!! Yo que creía que me guardaba los secretos... Jajajaja... Pero elijo bien, ¿a que sí?
ResponderEliminarOiga, joven, que yo no he descubierto ningún secreto suyo de momento, no me toque los 'costaos'
ResponderEliminar¿o quiere que largue y ponga el chabolo patas arriba?
Bastante mérito tiene una, no te jode, sabiendo lo que sé de esto, de eso y de aquello, y permanecer en repetuoso silencio como una santita.
La condesa de Estraza
Vale, vale... no he dicho nada. Será mejor quedarse calladita de momento (lo digo por mí).
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